Un peritaje sobre la ropa recuperada de Iara Nardelli (16), la adolescente cuya muerte sigue constituyéndose en un misterio tras la aparición de unos pocos restos de su cuerpo en un descampado, intenta determinar si pudo haber sido atacada por una jauría.

Personal especializado de Policía Científica trabajó en la jornada del lunes sobre ropa interior (una bombacha y un corpiño), una campera, un buzo, una chalina y una remera de hilo negro que fueron recuperadas del predio de Madariaga y Brandsen, en el barrio Virgen de Luján, a varios metros de distancia de dónde un vecino halló el cráneo y un trozo de tibia.

El propósito de este estudio solicitado por el representante de la familia de la menor, el abogado Maximiliano Orsini, es el de establecer si tiene la ropa daños compatibles con el ataque de perros. Vale recordar que el estado en el que estaban los restos óseos y su casi total desaparición tiene por principal hipótesis la acción de fauna cadavérica, ejecutada en particular por perros callejeros de comprobada existencia en esa zona de la ciudad. Incluso, el mismo día en que fueron descubiertos los huesos, un menor de 9 años fue atacado por más de una docena de animales en el baldío.

El informe forense determinó que el cráneo sí había sido afectado por la fauna del lugar, pero es de total importancia saber si el accionar de los perros fue con Iara Nardelli vestida. ¿Por qué? Sencillamente porque existe la presunción investigativa de que la menor haya cometido suicidio y en esa posibilidad la fauna cadavérica debería haber dañado las prendas que llevaba.

La fortaleza de la hipótesis del suicidio se basa no solo en un par de antecedentes que confirman esa conducta en la adolescente y que, además, uno de esos episodios acabó con ella internada en el Materno Infantil y con la intervención directa de la Justicia de Familia. Precisamente desde la Justicia de Familia fue que se ordenó su ingresó en el Hogar Aldeas Infantiles, donde Iara Nardelli vivía desde el año pasado y en donde fue vista por última vez en la mañana del 30 de junio último.

Por otra parte, a 300 metros de donde estaban los restos, no solo se encontraron esas prendas de vestir. También había blisters de medicamentos -gran cantidad- y un cuaderno de anotaciones con mensajes de puño y letra en los que contaba sus padecimientos y adelantaba un escenario suicida.

Iara Nardelli.

Sin embargo, lo que trastoca esa idea y obstaculiza el avance de la investigación de la fiscal Romina Díaz es la forma en la que aparecieron los restos de la menor. Para que la hipótesis de suicidio se sostenga debería explicarse todo con el accionar de los perros. Por eso es fundamental el resultado del estudio detallado de las prendas de vestir.

Lo que pudo saber LA CAPITAL, a través de una primera impresión de Orsini que presenció el peritaje, es que el corpiño tenía roturas al igual que la bombacha, aunque podrían no haber sido causadas por el desgarro de mordidas de perros. También el buzo tenía una manga descosida y la remera de hilo algunos pequeños tajos. Esas roturas, la ausencia de sangre -excepto en el corpiño- o de tierra adherida por el arrastre y el estado general de las mismas descartan que hayan vestido un cuerpo devorado por perros. De todas maneras, aún resta el dictamen final de la Policía Científica y su comunicación a la fiscal Díaz.

El panorama es complejo porque hay prueba en el expediente para no dejar de lado la hipótesis del suicidio, pero a la vez se suman algunas evidencias que la ponen en crisis. Mientras tanto se desconoce si la fiscal Díaz ordenó nuevas medidas para establecer si hubo participación de terceros en la desaparición de Iara Nardelli y en su deceso.

La forma en la que murió la adolescente -mecánica y causa- se ignora y desde el punto de vista forense es prácticamente imposible resolverla. Se esperan estudios histopatológicos sobre muestras periciables como médula ósea o cerebro y también bulba capilar que se obtuvo de un mechón hallado a poca distancia y que aún era sujetado por una “colita”.

Iara Nardelli desapareció el 30 de junio cuando salió de Aldeas Infantiles, en Luro al 10200. Los escasos restos de su cadáver fueron hallados el 10 de julio, a menos de 1.200 metros de allí. La data de la muerte fue fijada entre el 6 y 7 de julio. Por lo pronto la causa continúa caratulada “averiguación causales de muerte”.