Peritan computadoras del empresario descuartizado y descubren la última activación de su teléfono
La Policía Federal trabaja sobre los dispositivos que eran propiedad de Fernando Pérez Algaba, cuyo cadáver fue hallado descuartizado dentro de una valija en un arroyo. Además, establecieron que su teléfono celular se activó por última vez en General Rodríguez.
Los investigadores del crimen del empresario Fernando Pérez Algaba, cuyo cadáver fue hallado descuartizado dentro de una valija en un arroyo de la localidad bonaerense de Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora, comenzarán a peritar la computadora y un ipad de la víctima con el fin de obtener información sobre sus últimos movimientos y comunicaciones.
Fuentes judiciales confirmaron que la apertura de los dispositivos electrónicos estará a cargo de la Policía de la Ciudad, luego de que la pericia no lograra realizarse en la Policía Federal Argentina (PFA) por cuestiones técnicas.
Los investigadores intentan de esta manera establecer los últimos movimientos de Pérez Algaba (41), apodado “Lechuga”, cuyo cuerpo apareció descuartizado entre el domingo 22 y el martes 24 de julio adentro de una valija y una mochila arrojadas en el Arroyo del Rey, en la localidad bonaerense de Ingeniero Budge, en el partido de Lomas de Zamora.
La computadora Mac book pro y el Ipad, ambos de la empresa Apple, propiedad del empresario que se dedicaba a la compra venta de vehículos de alta gama y que tras la pandemia se había volcado al negocio de las criptomonedas, fueron secuestrados del departamento que alquiló de manera temporaria en la localidad de Castelar, cuando llegó desde Barcelona, y dónde se iba a hospedar hasta el 19 de julio, un día después de su desaparición.
Además, los investigadores esperan los resultados de las dos muestras levantadas de la camioneta Range Rover Evoque blanca en la que se movilizaba Pérez Algaba antes de ser asesinado.
“Lo último que tenemos es que se juntó con dos exsocios y examigos y que el teléfono celular registra su último movimiento ahí alrededor de las 18 horas”, detalló un vocero judicial con acceso a la causa, al referirse al campo de General Rodríguez inspeccionado, donde la víctima mantuvo un encuentro el 18 de julio pasado con Nahuel Vargas y con Maximiliano Pilepich, un hombre vinculado al rubro de la construcción que le había prestado la camioneta.
Fue precisamente Pilepich quien el pasado viernes, casi una semana después del hallazgo de los restos de la víctima, entregó el rodado a la policía de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Lomas de Zamora.
Esos dos hombres, al declarar días atrás como testigos en la causa por el homicidio que lleva adelante el fiscal 5 de Lomas de Zamora, Marcelo Domínguez, admitieron haberse encontrado con Pérez Algaba cerca de las 17.30 o 18 de ese martes 18 de julio para terminar de saldar una deuda de 150 mil dólares que habían contraído con él.
Según sus dichos, revelados por los pesquisas, “Lechuga” concurrió a bordo de esa camioneta hasta General Rodríguez, donde se encontró con Vargas y con Pilepich, que lo aguardaban en otro auto.
Allí, Pérez Algaba habría recibido 60 mil dólares de esa deuda -los otros 90 mil ya se los habían pagado en una escribanía de Castelar- y, tras ello, le devolvió la camioneta a Pilepich, que se retiró con Vargas del lugar, uno en cada vehículo.
Para los investigadores, lo que pasó luego es el gran enigma del relato de Vargas y de Pilepich, hasta ahora testigos en la causa.
Los dos hombres -quienes en febrero pasado habían denunciado tras un altercado a “Lechuga” por amenazas- aseguraron que el empresario les dijo que se quedaría esperando que alguien lo pasara a buscar, por lo cual se retiraron en la Range Rover.
Ese fue la última vez que Pérez Algaba fue visto con vida y que su teléfono celular se activó, añadieron los voceros, quienes no obstante aclararon que aún resta llevar adelante diversas diligencias y que no cuentan con evidencia suficiente que permita concretar nuevas detenciones en la causa, más allá de la de la mujer trans apresada por ser la dueña de la valija en la que fue hallado el cuerpo descuartizado del empresario.
A su vez, un peritaje realizado este martes en la sede de la Policía Científica de Lanús determinó que no eran de sangre las manchas halladas en una campera y una remera de Alma Nicol Chamorro, la mujer trans detenida como partícipe secundaria del crimen.
Chamorro, quien aún no declaró en la causa porque en su primera indagatoria optó por negarse, fue detenida porque los investigadores determinaron que la valija en la que fueron hallados algunos de los restos de Pérez Algaba estaba en su poder y había sido sustraída por ella a familiares suyos.
La desaparición del empresario fue denunciada por la dueña del departamento que éste le había alquilado en Ituzaingó de manera temporal entre el 12 y 19 de julio últimos, quien al no tener noticias suyas y no recibir respuesta a sus mensajes, decidió acudir a la policía.
Los voceros dijeron que de la autopsia surgió que Pérez Algaba fue ejecutado de dos disparos por la espalda y que fue descuartizado tras su muerte.
Un investigador confió que hasta el 2020 Pérez Algaba era un empresario exitoso, que se dedicaba a la compra y venta de autos con buenos resultados, pero que tras la pandemia de coronavirus comenzó a realizar inversiones en criptomonedas y manejos financieros que lo llevaron a contraer deudas y ganarse enemigos.