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Cultura 24 de julio de 2023

Potes: “No quiero ceder al hecho de centrarme en una sola cosa, porque me aburre”

Sus dos últimos libros son "Soy un perro" y "Rencor de amor", títulos que pintan sus intereses diversos a la hora de escribir. Como maestra, también salió de su zona de confort. Ya jubilada de la docencia, reconoce: "La planificación de la escritura se parece mucho a la planificación docente".

Inquieta y entusiasta, Marisa Potes recuerda: "Como maestra pedía cambiar de grado, pedía cambiar de área". En la escritura hace lo mismo.

“El mundo es demasiado vasto como para estar en un solo género y escribir para una sola edad”. Lo dice Marisa Potes, la escritora marplatense que, libro a libro, hace gala de su versatilidad. “Me han dicho que soy una rara avis”, ríe esta maestra ya jubilada que también en la docencia viró el rumbo varias veces. El año pasado, tras varios libros dedicados a la literatura juvenil, sorprendió con “La soledad de los secretos”, una novela romántica que sucede en Mar del Plata. Y ahora es noticia por “Soy un perro”, destinado a las infancias, y por “Rencor de amor”, otra historia de amor que sucede en 1910, en Buenos Aires, mientras se arman los festejos por el centenario de la Revolución de Mayo y el cometa Halley embellece los cielos.

En “Rencor de amor” la protagonista es Martina Delacroix. “Su familia está pasando un mal momento económico y lo único que puede hacer es buscar un buen partido, porque cuando quiso ocuparse de las cuestiones de negocios, el padre que no es muy hábil, la mandó a bordar o a charlar con sus amigas, la mandó a hacer cosas de mujeres”, adelantó en una entrevista con LA CAPITAL.

El entorno son las fiestas que se organizan por el Centenario. “Desde enero y hasta diciembre, todo el año es una fiesta y el apogeo empieza el 18 de mayo que es cuando comienza la Semana de Mayo. Ese día fue el de mayor acercamiento del cometa, se esperaba que el cometa se estrellara o que envenenara a todos, fue increíble, que el mayor acercamiento fuera el día del comienzo de la Semana de Mayo en una noche de luna, con un cielo completamente despejado en Buenos Aires… el cometa pasó con todo su esplendor”.

Potes tiene más de diez libros publicados y un entusiasmo por la escritura que no declina. “Pongo a los personajes en un brete, en un escenario y ese escenario va condicionando sus comportamientos. Yo voy viendo qué pensaría y cómo va resolviendo y ahí van apareciendo otros personajes más, es un poco como una investigación el desarrollo de la novela, más allá de la investigación histórica que hago para abastecer ese escenario, para que sea verosímil”, delata su método en relación a las novelas históricas que publicó.

– ¿Por qué te interesa tanto este recorte histórico de las primeras décadas del Siglo XX y en las clases altas? Tus dos novelas románticas ocurren en ese período.

– Esas dos novelas las escribí con algunos años de distancia. “La soledad de los secretos” la escribí entre 2006 y 2007 y “Rencor de amor” entre 2009 y 2011. La empecé a escribir y la quería terminar para el 2010, la terminé en 2011. Yo no escribo rapidito. Me atrajo el período histórico y en cuanto a esa sociedad el tema de los secretos y los prejuicios y que tienen que ver un poco, me parece, con lo de la vieja tragedia griega. Las tragedias se les ponían a los ricos, los pobres ya tienen bastante como para andar poniéndoles cosas, lo cual no quita que no escriba también sobre otras clases sociales, pero me parecía un ambiente muy rico porque el prejuicio limita, coarta libertades de una manera tremenda en la vida cotidiana de las personas. Yo no es que tomo un suceso histórico, una guerra o un ataque, sino el contexto de esa guerra y el contexto social más que nada. Y acá todo ese contexto social se da con un país que estaba festejando el Centenario, pero la invitada más importante era la Infanta de Borbón, la heredera de España. Todo lo que se hacía era para lucir para afuera, más allá de que se buscaba el progreso, pero el progreso estaba en manos de la clase más pudiente y conservaban no solo el poder sino el dinero unos pocos. Cuando se encienden todas las luces para la noche del 25 de mayo, se iluminó toda la Plaza de Mayo y alrededores, pero el resto de la ciudad se quedó a oscuras, el sistema no aguantó. Pero a nadie le importó. Igualmente duró poquito la luz en la Plaza de Mayo. Me parece muy atractivo (esa época) porque además es un contexto de una clase social a la que no pertenezco.

– Y en “Soy un perro” escribís desde el punto de vista de un perro, ¿qué preocupaciones tiene un perro?

– Comer, los amigos… El primer apunte de este libro surgió de haber observado un perro. Yo llevaba a mis hijos a la escuela, 7.30 de la mañana, y un día veo salir un perro vecino que pasa a buscar a otro perro. Le ladra, pasan los dos por otra casa a buscar otro perro y así como cuatro o cinco se reúnen y se quedan en una esquina. Me pareció maravilloso. Quise un poco contar eso, una situación en libertad. Más allá de que para el perro doméstico la libertad es estar bien con su tutor, su dueño entre comillas, su familia. Pero no todas las familias son buena gente, entonces acá la preocupación concreta de estos perros es que Oli (otro de los personajes) está viviendo una situación de violencia. Así que intervienen.

– Puede decirse de vos que sos una escritora ecléctica, cambiante, dúctil en cuanto a las narrativas. ¿Te sentís identificada?

– Sí, me han dicho rara avis hace poco. No quiero ceder al hecho de centrarme en una sola cosa, porque me aburre. Como maestra tampoco lo hice en su momento. Yo pedía cambiar de grado, pedía cambiar de área.

– Lo tuyo es salir de tu zona de confort.

– Sí, con todo lo que implica. Además lo asocio a mi carrera docente, elegí magisterio porque me gustaba de todo un poco, no hubiera podido ser de una sola materia y especializarme. En la literatura me pasa lo mismo.

– De maestra a escritora, ¿cómo se dio esa transformación?

– Yo tuve dos etapas de escritura muy fuertes: una como adolescente que escribía especialmente para mí, para jugar y no se lo mostraba a nadie, sólo a una sola amiga. Y la segunda cuando dije “Vamos a escribir en forma profesional”, que para mí es escribir con cuidado. Y eso lo empecé a hacer mientras era maestra. Hablando con un grupo de docentes, empecé hablando como escritora y terminé hablando como maestra por supuesto, me di cuenta de que la planificación de la escritura en cuanto a creatividad se parece mucho a la planificación de las actividades docentes. Vos tenés que contar algo que querés contar para que el otro escuche y lo entienda y tu forma de comunicarlo tiene que ser lo más eficaz posible.



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