Isaías Gabriel Hernández (20), el joven asesinado de un balazo el domingo a la noche, era un changarín que vivía en la marginalidad del barrio Nuevo Golf, había tenido conflictos penales en el pasado y ciertas disputas personales en la zona que le valieron un violento ataque en mayo, en el que recibió un tiro en una pierna.

Hernández vivía junto a su pareja en una precaria construcción de Calle 69 al 4500, donde el domingo, minutos pasados las 23, dos hombres fueron a buscarlo y tras una discusión, por motivos a establecer pero que estaría vinculada a la compra venta de droga, se generó un tiroteo -ya que la víctima también habría estado armada- en el que sufrió un disparo mortal.

Al terminar el tiroteo, los agresores huyeron del lugar y un amigo de Hernández lo subió a su Volkswagen Gol Trend y lo llevó rápidamente al Hospital Interzonal, donde se constató su muerte.

El hecho es investigado por la fiscal Andrea Gómez, quien dispuso que se realice este lunes por la tarde la autopsia de la víctima y que policía científica realice las pericias de rigor en la casa donde ocurrió el ataque.

Según informaron fuentes consultadas por LA CAPITAL, en la vivienda del barrio Nuevo Golf los agentes de Policía Científica secuestraron, con un hisopado, una mancha hemática para su posterior análisis.

Además, encontraron marcas de un tiroteo del que participaron diversas armas: hallaron cuatro vainas servidas de calibre 9 milímetros, un proyectil deformado y cuatro accidentes balísticos en el frente de la casa de Calle 69 al 4500. Además, un accidente balístico en la puerta de ingreso, una vaina servida calibre 22, dos tiros en las paredes del comedor y cocina, dos proyectiles deformados, un cartucho completo calibre 22 en la cocina y un accidente balístico próximo a la ventana de la cocina donde se encuentra un proyectil deformado.

Por otra parte, en el patio secuestraron una moto de 110 cilindradas, sin patente, que tiene pedido de secuestro activo por haber sido robada el pasado 22 de junio en jurisdicción de la comisaría tercera.

La investigación se centra en un ajuste de cuentas, por lo que buscan entre las relaciones de la víctima y los conflictos que tenía para hallar a los sospechosos.