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El País 23 de julio de 2023

Vaca Muerta enfrenta el desafío de formar recursos humanos para poder potenciar su crecimiento

En el yacimiento de hidrocarburos contaba en enero con unos 37 mil trabajadores empleados de manera directa afiliados a distintos gremios vinculados a la industria petrolera

Mientras que algunas regiones logran mantenerse a flote gracias a inversiones en sectores clave, otras se ven sumidas en una profunda crisis debido a la caída del consumo.

Por Ignacio Ortiz

El desarrollo de Vaca Muerta deberá sobrellevar una eventual limitación vinculada a la disponibilidad de recursos humanos capacitados en la industria de los hidrocarburos, desde operarios, supervisores, hasta ingenieros, cuya búsqueda se multiplica en el sector y será más intensa con los proyectos en marcha para los próximos años.

La provincia de Neuquén lleva 26 meses ininterrumpidos de crecimiento del empleo y equiparando la marca histórica de 136.000 puestos, con un impulso que se adjudica en particular al desarrollo del sector energético vinculado tanto a la producción de gas y petróleo como a las obras vinculadas.

La industria en los últimos años viene debatiendo cómo sobrellevar los denominados cuellos de botella que genera el desarrollo de una infraestructura y disponibilidad de equipos que no logra acompañar el ritmo de crecimiento de la producción.

A esto se suma la limitación que podría significar la falta de personal calificado.

Ariel Kohan, consultor y excoordinador de Gabinete de la Secretaría de Energía, dijo que -con números de enero pasado- en Vaca Muerta había unos 37.000 trabajadores empleados de manera directa afiliados a distintos gremios vinculados a la industria petrolera.

“Ese número va a ir creciendo hasta 2026 hasta alcanzar los 91.000 empleos, es decir un aumento de casi el 150%”, proyectó el especialista.

“Esos 54.000 nuevos trabajadores para ocupar la demanda de las distintas franjas de funciones requieren una formación muy particular, tanto para operar en la boca de pozo, como para participar en maniobras de perforación y fracturación como para manejar los equipos de transporte”, remarcó.

Es que el incremento de la capacidad de evacuación, en el caso del petróleo, permitirá llevar de los 300.000 barriles de crudo que se producen hoy en Neuquén a poco más de un millón de barriles entre 2026 y 2027.

La posibilidad de triplicar la actividad de Vaca Muerta requerirá de más trabajadores, aunque no de manera lineal respecto a los períodos previos.

Para Kohan, el problema en torno a la disponibilidad de recursos humanos ya existe “y si no se atiende por falta de una política de formación, deberá cubrirse con gente que venga de otras regiones del país o del exterior”.

Todo lo que debe acompañar al desarrollo productivo de Vaca Muerta tendrá fuerte impacto en la región con una migración que se anticipa importante, con sueldos que puedan arrancar en los 600.000 pesos de bolsillo, y que va a generar una demanda de servicios no sólo en la ciudad de Añelo, sino también en otras ciudades y localidades de la zona como Cipolletti, Centenario, Cinco Saltos o Plottier.

Para Conrado Bonfiglio, gerente de la Seccional Sur del Instituto Argentino de Petróleo y Gas (IAPG), la falta de formación de trabajadores “es un problema anterior a Vaca Muerta y tiene que ver con una industria muy tecnificada, con avances tecnológicos muy rápidos y donde todo el mundo tiene necesidad de actualización”.

Este diagnóstico se está reflejando en un fenómeno que afecta a otras cuencas productoras, en particular a la del Golfo de San Jorge, donde se observa que “mucha gente se está yendo de Comodoro Rivadavia a Vaca Muerta, ya sea porque se las llevan las propias empresas a sus operaciones en el no convencional o porque vienen otras firmas a tentarlos por su enorme experiencia”.

Ante esta situación reconocida por toda la industria, el IAPG desarrolló una Escuela Técnica Virtual de alcance nacional para el dictado de la Tecnicatura en Petróleo y Gas, que formará a los futuros trabajadores en los aspectos técnicos, de seguridad y medioambientales, para tratar de dar respuesta al perfil de demanda.

La carrera comienza el 7 de agosto y ya tiene sus primeros 100 inscriptos que podrán tener una oportunidad laboral tras los tres años de formación, pero “hasta hoy las empresas están capacitando a la gente a su costo, lo que demanda mucho tiempo de preparación para que comiencen a trabajar o preparando a trabajadores ya formados en sectores afines”, dijo Bonfiglio.

El nivel de demanda se extiende también a los ingenieros que requiere la industria del Oil & Gas, y en muchos casos, ante la falta de profesionales formados específicamente, se invita a especialistas de otras ramas para cubrir los puestos vacantes.

Así lo destaca Daniel Rosato, vicepresidente primero de la Sociedad de Ingenieros en Petróleo, quien consideró que “si Vaca Muerta despega como debería, se va a requerir mucha mano de obra calificada y no calificada. Y la preocupación debería apuntar a esta última que lleva más tiempo y debería comenzar cuanto antes”

“Hoy la industria de los hidrocarburos requiere más ingenieros en petróleo de los que egresan de las seis universidades que ofrecen el título en la Argentina y es necesario realizar un esfuerzo coordinado con las empresas y otras organizaciones porque mientras tanto ese faltante se está cubriendo con ingenieros de otras especialidades a los cuales se los está entrenando”, sostuvo Rosato.

Para Pablo Bereciartúa, presidente del Centro Argentino de Ingenieros, “el país tiene una larga tradición petrolera y hoy cuenta con un recurso disponible más que abundante que además de requerir de mucha inversión es necesario para su desarrollo mucho talento”.

“La Argentina -agregó Bericiartúa- tiene una historia extraordinaria de sus recursos humanos, pero tenemos que ver que una buena parte de esta oportunidad del desarrollo energético y de la transición hacia nuevas fuentes requiere de capacidades competitivas y de calidad”.

En ese sentido, el titular del Centro de Ingenieros dijo que “el mensaje es que el país tiene que invertir en educación, lograr que las universidades, los institutos y las empresas que tienen sus áreas de desarrollo y de investigación, sean actores clave en la formación de los profesionales que requieren estos ecosistemas”.

Télam.



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