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La Ciudad 9 de julio de 2023

La tendencia de la campaña y los recelos de siempre entre municipio y Provincia

Juntos por el Cambio no deja pasar ninguna declaración de Raverta que cuestione la gestión. La candidata opositora se preocupó por evitar acusaciones sobre la toma en Belisario Roldán. Avances por el predio de residuos.

El intendente Guillermo Montenegro y el secretario de Seguridad, Martín Ferlauto, el viernes, en los terrenos del barrio Belisario Roldán que un grupo de familias pretendió ocupar.

Por Ramiro Melucci

Aún está en ciernes, pero la campaña ya muestra una tendencia. Fernanda Raverta habla, y Juntos por el Cambio sale en fila a contestarle. Cuestiona al gobierno municipal, y le devuelven gentilezas con el provincial. Sugiere “falta de compromiso” de Guillermo Montenegro, y le responden con “incumplimientos” de Axel Kicillof.

Sirve de muestra el temporal. Sin tareas de mantenimiento y con microbasurales en distintos barrios, “las lluvias golpean el doble a los vecinos”, dijo la candidata de Encuentro Marplatense. La complementó el bloque de concejales de Unión por la Patria con un pedido de informes sobre la cantidad de evacuados que hubo tras los 75 milímetros que cayeron el miércoles y las tareas de mantenimiento y limpieza de bocas de tormenta realizadas desde 2020.

Para la defensa oficial se alistaron desde el primer candidato a concejal de Montenegro, Agustín Neme (PRO), hasta Guido García, de la Coalición Cívica, y la radical Vilma Baragiola, que también integran la lista. Al reclamo de Raverta de que los funcionarios “se arremanguen y se pongan a trabajar”, el oficialismo le opuso “la inacción del gobierno provincial, que no cumple con los convenios firmados con el municipio desde hace años para llevar adelante las obras”.

En el fango se metió Obras Sanitarias: le envió una nota a la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Provincia con las obras comprometidas en el distrito que ayudarían a evitar anegamientos. Una suerte de recordatorio de los convenios firmados y a medio ejecutar.

Cada uno elige su adversario. El de Raverta y Pulti es el gobierno de Montenegro; el del intendente es el kirchnerismo y, por añadidura, la administración de Axel Kicillof. “Vemos una elección polarizada. Ya no es la elección de tercios de la que supo hablar Cristina Kirchner”, dicen en el comando de campaña del jefe comunal. “En las PASO, los votos de Guillermo van a ser los que saquen en Mar del Plata Horacio (Rodríguez Larreta) y Patricia (Bullrich). Y los de Fernanda van a ser los de Massa y Grabois. No vemos que pueda haber un corte importante de boleta”, resumen.

El “laburo” y la producción, la seguridad y la “discriminación” en sus diversas variantes son los asuntos que el oficialismo llevará como bandera. Raverta y Gustavo Pulti promueven el eje programático, la planificación de la ciudad. Reivindican los pasos que se dieron en esa dirección durante la gestión de Acción Marplatense, pero sin nostalgia. “La mirada es hacia adelante”, dicen en Encuentro Marplatense.

El nombre y la ingeniería electoral sugieren una búsqueda de votantes de centro. Como con Virginia Sívori y Ariel Ciano en 2021, la intención es generar empatía con la clase media, clave para ganar una elección en una ciudad como Mar del Plata. Eso dicen las ubicaciones de Horacio Taccone (Acción Marplatense) y Juan Manuel Cheppi (Frente Renovador) en el primer y tercer lugar de la lista.


 Al reclamo de Raverta de que los funcionarios “se arremanguen y se pongan a trabajar”, el oficialismo le opuso “la inacción del gobierno provincial, que no cumple con los convenios firmados con el municipio desde hace años para llevar adelante las obras”.


El contexto no es sencillo. El Observatorio de la Universidad Fasta acaba de revelar que el 82% de los marplatenses consultados en una encuesta (un total de 335) tiene dificultades para llegar a fin de mes, y que buena parte tuvo que recurrir a préstamos familiares o de amigos o realizar trabajos adicionales para cubrir sus gastos del mes. El 67% dijo que no pudo ahorrar durante el último año y el 14%, que se endeudó. En ese océano de urgencias económicas deben nadar los candidatos. 

En el mar de desencantados busca pescar Javier Milei. En Mar del Plata sus armadores necesitan instalar al candidato a intendente, Rolando Demaio. Con ese propósito, hablará de producción, reclamará planes de alivio fiscal y exigirá una optimización de los recursos municipales. Algo así como lo que ha dicho Alejandro Carrancio –armador de La Libertad Avanza en la quinta sección y candidato a diputado– en las discusiones del presupuesto y la rendición de cuentas en el Concejo Deliberante.

En el búnker libertario no tienen dudas de que LLA romperá en octubre el piso de votos para incorporar concejales. Los dos primeros forman parte de Crear, el partido de Carrancio: Emiliano Recalt es el vicepresidente, Cecilia Martínez, la presidenta. Cuentan que por esas pertenencias, por el primer puesto en la lista de diputados provinciales y por la inscripción de su ahora socia, Juliana Santillán, en el sexto lugar de la nómina de diputados nacionales, el edil se ufana en las tertulias libertarias de haber tenido “un mejor cierre de listas que Pulti”. No zafó, sin embargo, de las acusaciones por supuesta venta de candidaturas que pesan sobre La Libertad Avanza. Las rechazó con vehemencia.


Fernanda Raverta, el geólogo Luis del Río y Gustavo Pulti.

Fernanda Raverta, el geólogo Luis del Río y Gustavo Pulti.


También Unión por la Patria podría tener un capítulo judicial. Alvaro Fanproyen, exfuncionario de Arroyo y con un efímero paso por la lista de Juan Schiaretti, pidió la impugnación de la adhesión de Encuentro Marplatense a Unión por la Patria. Sostiene que la lista de Raverta y Pulti no debería ir adherida a las demás de UxP y prometió ir hasta la Corte si la Junta Electoral no le da la razón.

Con el convencimiento de que la impugnación no va a prosperar, la máxima preocupación de Raverta y su entorno en las últimas horas pasó por obturar la posibilidad de que Montenegro volviera a responsabilizar a la Provincia y la Nación de incentivar la ocupación de tierras.

Enterados de la toma en el barrio Belisario Roldán, obraron con premura para advertir sobre la situación al gobierno bonaerense. Principalmente al ministro de Seguridad, Sergio Berni, y al de Hábitat, Agustín Simone. El aviso derivó en la denuncia que formalizó en la comisaría decimosegunda el delegado del Instituto de la Vivienda, Mariano Zurita. El mismo que en octubre del año pasado había sido tildado por el oficialismo local como “ideólogo” de las tomas.


La máxima preocupación de Raverta y su entorno en las últimas horas pasó por obturar la posibilidad de que Montenegro volviera a responsabilizar a la Provincia y la Nación de incentivar la ocupación de tierras.


En su recorrida por el predio junto al secretario de Seguridad, Martín Ferlauto, en la mañana del viernes, Montenegro evitó mencionar la intervención de la Provincia. En cambio, dijo que de la toma le avisaron los vecinos e insistió con su postura contra la ocupación de terrenos. Planteó que “no es la forma” de alcanzar la vivienda propia. Idéntica expresión utilizó más tarde el director de Asuntos Legales del Instituto de la Vivienda, Rodrigo Méndez, que viajó especialmente para interiorizarse de la situación.

El gobierno municipal también concentra esfuerzos en otros frentes. Envió al Concejo un llamado a licitación para la publicidad en la vía pública y otro para el estacionamiento medido, con la promesa de presentar un tercero, vinculado a la carga y descarga de mercadería. Logró avanzar con la licitación para la operatoria del predio de residuos, para la que se presentaron cuatro oferentes: Pasalto Materiales, Transervice, Transportes 9 de Julio y Polo Ambiental. Y hace números para licitar el mes próximo la ampliación del predio.

En un informe enviado al Concejo, el Emsur estimó que el costo de la intervención, “a valores de enero/marzo”, asciende a $ 677,4 millones. Especificó que la primera etapa de los trabajos se realizará con fondos propios y que el plazo de obra proyectado es de 150 días. En el municipio lo tienen claro: la obra debe hacerse sí o sí. La consecuencia de no llevarla adelante sería el tan temido colapso.