Pedro Aznar y el arte como motor de cambio: “Democracia no debería ser votar por los menos horribles”
"El mundo no se hizo en dos días", disco doble y conceptual que Aznar presentará este domingo en el teatro Radio City, gira en torno a la ecología y al medio ambiente. "Lo que hagamos en los próximos diez años puede hacer descarrilar el futuro de la vida en el planeta, nada menos", dijo.
"El arte es una plataforma desde la cual se puede opinar y comunicar ideas", dijo el músico.
Además de realizar un recorrido por su extensa obra musical, Pedro Aznar llegará a Mar del Plata con una novedad: su disco “El mundo no se hizo en dos días”. Se trata un flamante material de estudio, con canciones nacidas en 2018 y otras escritas durante la pandemia.
El resultado es un álbum doble de veinte canciones, en el que se atreve a acercarse a géneros como el hip hop y el reggaeton y que apunta, desde lo temático, a generar conciencia sobre la ecología y el impacto de la contaminación. Según dijo, es su disco “más personal en mucho tiempo”.
Azar lo presentará este domingo, desde el escenario del Teatro Radio City (San Luis 1750). Entrevistado por LA CAPITAL, el artista reconoció que éste es un disco político en el que también se permite jugar con una cuota de humor para denunciar la cosificación de la mujer, en la canción “No voy a cantarle a tu culo”.
-En tu nuevo disco recuperás un aspecto de la música que pareciera estar algo olvidado, la crítica al estado de las cosas. ¿Considerás que “El mundo no se hizo en dos días” es un disco político?
-Sin duda. Es político en el sentido amplio de la palabra, más allá de lo partidario. Se mete con ideas fuertes y opina sobre el estado de cosas que vivimos como sociedad, como cultura y como especie, en un mundo que nosotros mismos estamos poniendo en riesgo con nuestras acciones, todos los días. Apuesta por un cambio de conciencia y por tomar la responsabilidad de un momento bisagra de la historia como este. Lo que hagamos en los próximos diez años puede hacer descarrilar el futuro de toda la vida en el planeta. Nada menos.
-¿Creés que el rock, el arte y la música en general tienen un rol en materia de ecología y de ciudado del ambiente, pueden aportar algo?
-Las decisiones deberían pasar por los ciudadanos, más que por los gobernantes. Democracia no debería ser votar cada cuatro años por los menos horribles y quedarnos en nuestras casas sin hacer o decir nada. Lo más grave de todo es que los que gobiernan ni siquiera son los gobernantes. Son las corporaciones. El arte es una plataforma desde la cual se puede opinar y comunicar ideas, desde un contexto que va más allá de la palabra, que también incluye la emoción. Es una herramienta muy poderosa de cambio social.
-¿De qué manera colaboró la pandemia en este disco?
-La tomé como un retiro creativo. Y pasé ese tiempo entre la introspección, la reflexión sobre nuestro papel en el momento actual, la escritura, la composición y los conciertos que hacía por internet. En ellos, no sólo tocaba música sino también leía poemas y cuentos y reflexionaba en voz alta. La devolución agradecida que me hizo la gente me convenció de ser mucho más abierto en cuanto a los temas que me preocupan.
-Sorprendés con ritmos que no fueron muy transitados por vos, como el hip hop, ¿por qué este acercamiento? ¿se vienen más canciones en estos géneros?
-Los géneros de la música urbana hacen un uso intensivo de la poesía. Y la poesía es, desde mi infancia, una de mis mayores pasiones. Es natural que me sienta interpelado por esos estilos, y que los use para decir cosas fuertes. No es la primera vez que lo hago, de hecho. Ya en Radio Pinti, de 1990, grabado junto a Charly García y Enrique Pinti estaba esa semilla. Más tarde, en 2011, el tema que le da título a mi álbum Ahora también exploraba esos recursos.
-En “No voy a cantarle a tu culo” parece que transitás el humor…
-Por supuesto. Pero usando la ironía combinada con una mirada crítica. El tema reflexiona sobre la insistencia de algunos autores de ese estilo en cosificar a la mujer y convertir el sexo en una mercancía. Lo más importante de la canción es que es sexo-afirmativa, todo lo contrario a una crítica puritana. Y el mensaje más relevante está en el estribillo: Todo tu ser (yo quiero) / Todo tu ser (yo pido) / Todo tu ser (yo espero). Y remata con un guiño: Venga, vamo’ a comer.
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