Kimberley en un Mundial, números cambiados y la “resurrección” de un arquero
Lo que ocurrió hace 45 años en el Mundial 1978.
El sábado 10 de junio en Mar del Plata se dio un hecho que quedó para el gran anecdotario de los mundiales, la tarde en la que Francia fue Kimberley, porque tuvo que vestir la camiseta “verdiblanca” en el 3 a 1 frente a Hungría por falta de juegos diferenciados.
Fue el quinto encuentro de los seis disputados en esta ciudad. Por el desarrollo del campeonato, el de menor importancia, ya que Francia y Hungría llegaron a la tercera fecha del Grupo 1 sin chances de clasificar, debido a las derrotas previas con Argentina e Italia. Eso se vio reflejado en la convocatoria: pagaron entrada apenas 23.127 espectadores, pese a que se realizó un sábado.
Media hora antes del inicio, cuando los protagonistas hacían los movimientos precompetitivos con buzos, Henri Michel notó el color del cuello de Törocsik. “Francia juega de blanco”, afirmó el capitán del FC Nantes, a lo que recibió como respuesta un contundente “no, Hungría”.
Las delegaciones se dirigieron al vestuario de Armando Coelho para despejar las dudas. Allí, el árbitro brasileño le informó al seleccionado galo que debía usar su camiseta de color azul. El yugoslavo Mijailov Andreivich, miembro del comité ejecutivo de FIFA, lo avaló de acuerdo a la circular enviada a los equipos a principios de mayo.
En ese momento el dirigente de la Federación Francesa, Henri Patrelle, se percató de un error que le costó el puesto: tomó como referencia una nota de febrero y no leyó el texto que cambiaba las primeras instrucciones.
En condiciones normales, eso no era un problema mayor. Pero Francia se había olvidado su indumentaria tradicional en Capital Federal. En consecuencia, los galos le pidieron a los húngaros que cambien las suyas, pero estos habían dejado sus casacas rojas en Chapadmalal, a 30 kilómetros de distancia. Al menos, eso dijeron.
Años más tarde, Michel Hidalgo puso en duda la buena voluntad de sus rivales. El árbitro Coelho, en tanto, deslizó otra teoría: “La historia que se comentaba en los vestuarios aquel día era que Francia se había sentido agraviado por la derrota con Argentina y, en venganza, no tomó el uniforme de reserva”. Cualquiera sea el motivo del olvido, la situación puso a Kimberley en los ojos del mundo.
Kimberley, al rescate
Francia debía buscar otras camisetas, con el horario del partido ya muy cercano, el público impaciente en las tribunas y los canales de TV de todo el mundo modificando su programación. De no conseguirlas, el bochorno sería mayor, ya que el partido no se podría jugar y los puntos quedarían en poder de Hungría.
Boca, club ubicado a pocos metros del estadio, estaba cerrado. Entonces, Mario del Rosso, vicepresidente de la Liga Marplatense de Fútbol, ofreció una solución: jugar con las casacas de Kimberley. Le hizo el pedido con urgencia a Luis Nicolai, presidente de la Comisión de Fútbol del club albiverde. Finalmente, el directivo Carlos “Pocho” Cubero (tío de Fabián Cubero, el jugador de Vélez) y el utilero Agustín Vallejo salieron desde el estadio rumbo a la sede de Independencia 3030 en un Ford Falcon que el primero usaba habitualmente como taxi.
Como era sábado, el escaso tránsito ayudó para hacer los 5 kilómetros (entre ida y vuelta) con mayor celeridad.
Sin las llaves del “guardarropa” en mano, Vallejo tuvo que romper un candado para acceder a la indumentaria. Y pudo tomar el juego con bastones blancos y verdes, con números negros y sin escudo, que finalmente utilizó Francia.
Un número en la espalda, otro en el pantalón
Pero hay otro detalle interesante dentro de esta curiosa historia. Aquí los números iban del 1 al 16 y como los arqueros usaban el 1 y 12, había solo catorce juegos para prestar (del 2 al 11 y del 13 al 16).
Con 22 convocados, Francia tenía 19 futbolistas disponibles (sin contar los tres arqueros, que obviamente tenían otra indumentaria). Así, solo lucieron la verde y blanca los diez jugadores de campo titulares y los dos que ingresaron luego: uno de ellos Platini, con la 15.
Entre los once de salida, Hidalgo incluyó a Dominique Rocheteau y Olivier Rouyer, quienes estaban inscriptos con el 18 y 20 en la lista de FIFA. Kimberley no tenía numeración tan alta, por lo que con permiso del árbitro -que se guió por los números de los pantalones azules franceses- utilizaron la 7 y 11, respectivamente.
El destino le hizo un guiño a Claude Papi, quien jugó ese día su único partido en un Mundial. Debía hacerlo con la camiseta 12, pero ante esta situación se puso la 10, que tenía mucho más que ver con su estilo de juego. En tanto, el segundo ingresado desde el banco, Didier Six, tenía el número 19 en los cortos pero el 6 en la espalda.
Inusual demora
La inédita situación provocó la demora del inicio por 40 minutos. El partido arrancó 14.25 ante un público que pasó de la impaciencia (con el golpeteo de manos y los silbidos) al asombro por la vestimenta y los aplausos de aprobación por el juego.
El partido que menos gente convocó en Mar del Plata fue el más atractivo, con dos equipos que se brindaron al espectáculo sin nada que perder.
Todos los goles se anotaron en el primer tiempo. Christian López y Marc Berdoll adelantaron a Francia, Sandor Zombori marcó el descuento y Dominique Rocheteau -el 18 que jugó con la 7- puso el 3 a 1 definitivo.
Para el segundo tiempo apareció en cancha Michel Platini y también una bandera blanca y verde en la tribuna, con simpatizantes que alentaron sin parar a Kimberley. O a Francia. Esa tarde fue lo mismo.
La “muerte” de Bertrand-Demanes
El arquero Jean Paul Bertrand-Demanes había sido titular en los dos primeros compromisos de la selección francesa en el Mundial 1978. En el segundo, contra Argentina, se golpeó la espalda contra el palo derecho de uno de los arcos del estadio Monumental.
A los 10’ del complemento fue reemplazado por Dominique Baratelli y trasladado para realizarse los estudios médicos correspondientes.
Los días siguientes entre la prensa corrió el rumor de su fallecimiento, noticia que se difundió en países como España y Holanda.
“¡Hubieras visto la cara de varios periodistas cuando me cruzaron en el palco del estadio de Mar del Plata!”, expresó muchos años después el arquero para el medio francés 20minutes.
“Ha habido un rumor en Buenos Aires acerca del jugador francés número 21, Jean Paul Bertrand-Demanes. Se dice que murió después de los daños sufridos en Argentina-Francia. Desafortunadamente se expandió por Europa. No es verdad. He conversado con el jugador mientras se encontraba bebiendo café en el estadio Mar del Plata. Está lesionado, pero eso es todo”, tuvo que aclarar en un comunicado Jarle Haysater, coordinador de la EBU (European Broadcasting Union) en esta ciudad, durante el encuentro entre Francia y Hungría.
Bertrand-Demanes, quien ostenta el récord de presencias con la camiseta del FC Nantes (532), todavía hoy a los 71 años siente dolores en la espalda por aquel golpe. Pero puede contar la anécdota.
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