La botella de vidrio que delató a los autores de un brutal asalto
La Justicia local condenó a dos delincuentes que asaltaron a una mujer de 62 años y luego la sometieron sexualmente.
En pleno verano de 2022 dos intrusos se colaron a una casa del barrio Las Canteras y sorprendieron a la única moradora, una mujer de 62 años que hablaba por teléfono con su hija. La llevaron a punta de cuchillo hasta una de las habitaciones, la ataron de pies y manos y, luego de exigirle la entrega de dinero, abusaron de ella. Pero uno de los ladrones tuvo la imprudencia de correr una botella de vidrio que le molestaba y allí dejó el rastro necesario para su identificación.
Esta semana, poco más de un año después Ricardo Agustín Latorraca (23) y su cómplice Joel Olivares (22) fueron condenados tras un acuerdo al reconocer su responsabilidad en el despiadado hecho.
Latorraca recibió una pena unificada de 9 años y 6 meses de prisión, mientras que Olivares, el autor del abuso sexual, deberá pasar 11 años en la cárcel.
El fiscal Mariano Moyano consiguió las condenas luego de una acusación que no tuvo margen de dudas a partir del hallazgo de la huella dactilar de Latorraca y del reconocimiento fotográfico de Olivarse efectuado por la víctima.
Todo comenzó a las 9.30 de la madrugada del lunes 21 de enero cuando Ricardo Latorraca y Joel Olivares escalaron la reja de una casa del barrio Las Canteras y se dirigieron al patio trasero donde sorprendieron a la moradora, una mujer de 62 años. Tras agarrarla por detrás y taparle la boca la trasladaron hasta uno de los dormitorios donde le colocaron un cuchillo en la garganta. Para asegurarse un mayor control sobre la víctima, le ataron sus manos con unas medias.
Los dos delincuentes le dijeron a la mujer que se trataba de “una batida” y que sino les entregaba dinero la matarían. Al revisar las distintas dependencias de la casa los ladrones se apoderaron de un televisor, un teléfono celular, una billetera, 1.200 dólares estadounidenses; 270 euros; una garrafa y otros objetos de valor y prendas de vestir.
Sin embargo, cuando ya habían sustraido todo lo que podían, Olivares, con la ayuda de Latorraca, manoseó a la mujer y la obligó a practicarle sexo oral.
Cuando la policía convocada al lugar analizó la escena del delito logró “levantar” una huella de una botella de vidrio que uno de los delincuentes había tocado en la habitación.
Días después, al conocerse la identidad de Latorraca (su huella estaba en la base de datos de delincuentes con prontuario), se ordenó un allanamiento y se lo detuvo, pese a que intentó escapar. En su casa del Armenia al 2800 la policía encontró también el teléfono celular, la garrafa y un cuchillo de la víctima.
En tanto, a Olivares la mujer lo reconoció por álbumes fotográficos en Tribunales de personas “conocidas” por Latorraca.
Latorraca fue condenado por ser coautor penalmente responsable del delito de robo agravado por escalamiento y por el uso de arma y partícipe necesario del delito de abuso sexual con acceso carnal doblemente agravado por la pluralidad de intervinientes y por el uso de arma. Olivares, en tanto, fue considerado coautor penalmente responsable del delito de robo agravado por escalamiento y por el uso de arma, autor penalmente responsable de los delitos de abuso sexual con acceso carnal doblemente agravado por la pluralidad de intervinientes y por el uso de arma, portación ilegal de arma de fuego de uso civil (Hechos I, II y III causas nro. 8107 y 8091), robo agravado por el uso de arma impropia y de utilería en grado de tentativa (hecho causa nro. 8176) y coautor penalmente responsable del delito de robo agravado por ser cometido con arma sin aptitud funcional acreditada (hecho causa nro. 8122).