Procesaron a “El Fantasma” por falsificar dólares desde una casa de Mar del Plata
Para la Cámara Federal de Apelaciones “no existe orfandad probatoria”, como habían cuestionado las defensas de José Luis "El Fantasma" Otegui, su su hijo, su hermano y su sobrino. La organización operaba desde una vivienda del sur de la ciudad y ponía en circulación billetes de dólares apócrifos en varios puntos del país.
La Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata confirmó los procesamientos con prisión preventiva y el embargo en 100 millones de pesos de los hermanos José Luis y Miguel Gustavo Otegui y de sus respectivos hijos por considerarlos miembros de una asociación ilícita dedicada a la falsificación de dólares y a su puesta en circulación.
El caso llegó a la instancia de apelación después de los recursos interpuestos por las defensas de los acusados. En audiencia oral, el fiscal general ante la Cámara, Daniel Adler, pidió sostener los procesamientos en base al caudal probatorio reunido, y en esa línea firmaron la resolución los jueces Eduardo Jiménez, Gabriel Di Giulio y Bernardo Bibel.
La causa se había iniciado a partir de constancias extraídas de un expediente que tramitaba ante el Juzgado Federal N°2 de Neuquén, donde un imputado señaló a quien habría falsificado 35 billetes de 100 dólares que le habían sido secuestrados. En consecuencia, el magistrado de aquella ciudad declaró la incompetencia y remitió las actuaciones a Mar del Plata. Enseguida, el juez federal Santiago Inchausti dispuso múltiples medidas investigativas, que incluyeron tareas de campo e intervenciones telefónicas y derivaron en allanamientos en domicilios de la ciudad balnearia y en Mendoza.
Luego de las declaraciones indagatorias llevadas a cabo el 10 de marzo pasado, el juez dispuso los procesamientos de la banda liderada por José Luis “El Fantasma”Otegui y a quien secundaba su hermano Miguel Gustavo y sus sendos hijos (llamados igual) hombres por encontrarse comprobada en esa instancia la existencia de una organización destinada a falsificar, distribuir y vender billetes apócrifos.
Ante los recursos de apelación de las defensas, la Cámara Federal convocó a la audiencia oral prevista en esa etapa, donde el representante del MPF planteó que las pruebas reunidas resultaban suficientes para la confirmación del auto de procesamiento con prisión preventiva en todas sus partes. Para ello argumentó acerca de la permanencia en el tiempo de la banda, la extensión territorial del daño causado, que a su criterio se evidenciaba en atención a las causas formadas en distintas jurisdicciones, y la clara distribución de roles y funciones en una multiplicidad de planes delictivos.
Los camaristas analizaron las pruebas reunidas en la instrucción. Destacaron que, como resultado del allanamiento de la vivienda situada en el sur de Mar del Plata, se habían secuestrado numerosos elementos de interés, como billetes presuntamente apócrifos, una prensa, una matriz de cobre de cien dólares, mesas de trabajo para serigrafía con un reflector, tintas, esmaltes sintéticos y barnices, lupa y luz ultravioleta, entre otros. Además, se valoró el resultado de las intervenciones sobre las líneas telefónicas de los acusados. Para los jueces de Cámara, en la causa “no existe orfandad probatoria”.
Entendieron asimismo que del análisis de las pruebas quedó demostrada la existencia de un acuerdo de voluntades perfeccionado por los acusados, con miras a concretar pluralidad de planes delictivos de manera perdurable en el tiempo.
“Esos planes recriminables desde el ámbito de lo penal estarían dados por la falsificación y posterior inserción en el mercado de los dólares estadounidenses apócrifos que realizarían con su actividad, aportando cada uno desde su lugar una contribución indispensable para que el programa criminal sea desarrollado en el tiempo sin limitaciones de planes que pluralmente se pergeñan en el seno de la empresa criminal destinada a falsificar moneda extranjera a medida que los compradores le fueran solicitando los billetes adulterados”, explicaron los jueces.
Vale recordar que en los años 1998 y 2008 los Otegui ya habían sido detenido por la misma actividad ilegal, incluso la segunda vez con un gran operativo en la misma casa del barrio San Carlos, en el sur de Mar del Plata.
La captura
José Luis “El Fantasma” o “El Viejo” tiene hoy 82 años. Vivía en una casa de la calle 14, una gran casa quinta. El lugar tiene 3 parrillas y convivía con su esposa. En el mismo gran terreno, en otra vivienda, residía su hijo con su propia esposa. La casa tiene un sistema de cámaras de seguridad que vigila y cuida de la presencia de intrusos. Algunas de esas parrillas en el año 2008 fueron usadas por la familia Otegui para incinerar dólares y otras pruebas cuando vieron que el allanamiento era inminente.
A algunas cuadras de allí, vivía el hermano de “El Fantasma”, una persona algo menor pero con una gran importancia en el funcionamiento de la organización.
Según surge del expediente, “El Fantasma” era el que elaboraba los billetes, de la misma manera precisa y prolija como lo hacía desde la década del 90. Se lo considera en el mundo de la falsificación, un profesional y sus billetes son de una calidad superior a la que puede producir un falsificador cualquiera. De hecho las pruebas que cualquier comercio o particular puede hacerle a un billete de esos (lápiz óptico, luz ultravioleta, marca de agua, filamentos, textura y trama del papel) no detecta que es un copia. Solo cuando esos billetes quieren ser ingresados en el sistema bancario se advierte la estafa.
El hermano de El Fantasma se ocupaba de los insumos y también de la distribución en Buenos Airs y CABA, mientras que los hijos de ambos eran los distribuidores que contactaban a pasadores en diferentes puntos del territorio nacional. “No hay un patrón común para pasar los billetes, pero en la actualidad hay mucha compra on line y pago en efectivo en el lugar de retiro de la mercadería”, dijo una fuente de la investigación. Eso sí, no se registraron operaciones en Mar del Plata. Todo lo que se falsificaba, salía de la ciudad.
El valor del dólar falso y la ganancia varía de acuerdo a la etapa. Por cada billete gana el imprentero y gana el distribuidor algo así como la mitad del valor de dolar blue. En esta organización, ambas instancias la manejaba la misma familia y terminaba haciendo un gran negocio con el pasador, quien le extrae la última rentabilidad al billete falso. Esta semana varios agentes de la Policía Federal se desplegaron en Mar del Plata, unos pocos en Mendoza, y decidieron irrumpir en la casa de los “O”. Incluso la orden de allanamiento llegó un día después de una maniobra de distribución que hubiera permitido un secuestro mucho mayor.
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