Carl Langebaek: “La Conquista española está rodeada de mitos”
El escritor colombiano desmenuza el contexto político, económico, social y hasta religioso de los viajes de Cristóbal Colón y el protagonismo poco explorado de mujeres, indígenas y negros.
Carl Henrik Langebaek durante una entrevista con EFE, en Bogotá (Colombia). Foto: EFE | Mauricio Dueñas Castañeda.
Por Jaime Ortega Carrascal
BOGOTÁ, Colombia.- La historia de la Conquista de América está llenas de mitos y grises, como que fue un enfrentamiento de dos culturas, que las huestes españolas estaban llenas de presidiarios o que los indígenas eran gente atrasada, incapaces de adaptarse a los cambios, asegura el antropólogo colombiano Carl Henrik Langebaek.
En su libro “Conquistadores e indios. La historia no contada” (Debate), lanzado en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FilBo), Langebaek desmenuza el contexto político, económico, social y hasta religioso de los viajes de Cristóbal Colón y el protagonismo poco explorado de mujeres, indígenas y negros.
“La Conquista española está rodeada de mitos. Uno cree que ya todo se ha dicho y todo se ha hablado, pero en realidad repetimos mitos. Quizás uno de los más comunes es que los indígenas fueron pasivos ante la Conquista, que la superioridad militar de los conquistadores básicamente los avasalló y que los indígenas no tuvieron forma de defenderse. Ese es un mito muy grande y muy repetido”, afirma en una entrevista con EFE.
Otro mito es que ese periodo fue de enfrentamiento de dos culturas, la española y los indígenas, “y resulta que ambas cosas son construcciones de la Colonia. La identidad española no estaba consolidada en el siglo XVI, no había españoles, la gente se identificaba más con su pequeño pueblo, con su provincia”.
“Y por otro lado no había indígenas, no había indios porque ese es un invento colonial. Había un montón de comunidades muy diversas con intereses distintos, algunas comunidades ayudaron a los conquistadores, otras que resistieron y otras huyeron”, afirma Langebaek, doctor de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos) y profesor de la Universidad de los Andes, de Bogotá.
La mentalidad indígena
En la misma categoría entra la creencia de “que los indígenas no tienen historia, que los indígenas no son capaces de cambiar, que son adversos al cambio” y que su resistencia fue para conservar idéntica su cultura, cuando lo que pasó fue que fueron “capaces de usar las armas españolas, de aprender castellano, de hacer alianzas con los españoles o con otras sociedades indígenas”.
De la misma forma desmonta la tesis de que España envió a miles de presos a conquistar el Nuevo Mundo, “un mito absoluto” porque “la cantidad de presidiarios que llegó fue mínima” debido a que la Corona hizo un esfuerzo para que eso no sucediera y además, el viaje era muy costoso.
“La Conquista está llena de grises, de caminos mucho más complejos que lo que nos han dicho y uno de esos cuentos es ese, que llegaron muchos prisioneros que habían sido soltados de las cárceles. Esa no es una información correcta”, explica.
Sin desconocer que los conquistadores fueron crueles, tanto los españoles como los franceses o los ingleses, añade que en las carabelas vino gente de diferente origen y condiciones sociales.
“Hay unas estadísticas muy bonitas que muestran cómo en 1539 llegaron 19 carpinteros y 300 criados, o llegaron burócratas del Estado español. Entonces, acá llegó una población muy diversa, mucha de la cual jamás empuñó un arma contra los indígenas, que eso es otra historia que no nos cuentan”, sostiene.
Las mujeres
En el capítulo “Las muchas caras de la Conquista”, el autor rescata el papel de las mujeres en este periodo, tanto españolas como indígenas.
“Llegaron muchas mujeres de España, no en la misma proporción que los hombres, aunque en algunos años alcanzaron a ser entre el 40 y el 45 % de la migración”, y no solo como acompañantes de sus esposos sino también empresarias, mujeres que se disfrazaban de hombre para que las dejaran participar en las huestes conquistadoras, ganaderas, panaderas, hubo de todo”, señala.
También “del lado indígena las mujeres fueron clave porque en las sociedades indígenas la mujer ocupa un lugar preponderante para negociar con el enemigo, para negociar con el extraño y las mujeres desde muy temprano son guías, son traductoras. Son mujeres que muchas veces se unen con los españoles y tienen hijos con los españoles, a veces de forma voluntaria”, aclara.
En su opinión, “la Conquista la hemos mirado a través de una cantidad de mitos insólitos”, como por ejemplo “que los españoles del siglo XVI fueran racistas, y no”, argumenta, y explica que, por el contrario eran una sociedad mestiza en la que había “gente de África, del norte de Europa, había judíos, había moros”.
Con base en todo eso, el autor señala que el mensaje de su libro es que hay que “salir de los esquemas simplistas”, sobre todo para los políticos “que nos quieren meter que esto fue una cosa de buenos y malos (…) y mostrar una realidad que siempre desafía lo que nos han dicho”.
EFE.
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