por Víctor Molinero

Uno de los deportistas marplatenses más grande de todos los tiempos marcó a fuego una disciplina en Argentina con sus épicas actuaciones internacionales. Tal fue su impacto, en una época sin globalización ni redes sociales, que muchos consideran que Guillermo Vilas “refundó” el tenis en este país. Miles se volcaron a las canchas de polvo de ladrillo para intentar seguir sus pasos. Una encuesta realizada por LA CAPITAL hace más de diez años lo eligió como el mejor deportista marplatense de la historia.

Cuatro décadas más tarde, otro representante de la ciudad parece marcarle el camino a chicos y chicas a partir de su notable protagonismo en una gesta futbolística.

Emiliano “Dibu” Martínez, el arquero de la Selección Argentina que con él como figura ganó Copa América, Finalissima intercontinental y Mundial de Qatar en poco más de un año generó un entusiasmo que hoy se refleja en los clubes del fútbol marplatense, pero también en cualquier plaza, potrero o cumpleaños infantil.

En los picados entre amigos ya no faltan voluntarios para ir al arco. Se acabó el “un gol cada uno” y el mirar de reojo al que se dejaba hacer el gol para salir rápido del arco.

En todo el país, y especialmente en Mar del Plata, los chicos y chicas quieren ser arqueros como “Dibu”, el guardavallas que entró en la historia del deporte nacional con su sensacional atajada en el tiempo suplentario de la infartante final mundialista frente a Francia.

En la semana comenzó a tratarse en el Concejo Deliberante un proyecto del edil Vito Amalfitano (Frente de Todos) para que el estadio municipal (actualmente denominado José María Minella) pase a llamarse Emiliano Dibu Martínez.

Y Fernando Muro, concejal de Vamos Juntos, propuso por su parte que se levante una estatua de bronce en homenaje al arquero de la Selección en la plazoleta Astor Piazzola.

El mismo lugar donde, mientras tanto, una gigantografía del Dibu, supo motivar colas de marplatenses y turistas que esperaban su turno para retratarse con una imagen que pasó a ser una postal de Mar del Plata.

Dibu en los clubes locales

Coordinadores, entrenadores y referentes del fútbol infanto juvenil en esta ciudad confiaron LA CAPITAL que la “dibumanía” llegó a los clubes marplatenses y se vio reflejada en cómo se multiplicaron los chicos y chicas que quieren “ir al arco” aunque sea en un picado informal.

“El cambio lo notamos a partir de enero. La escuela de verano siempre funcionó pero es tranquila por el tema del calor y las vacaciones. Pero ya a mediados de enero nos sorprendió la cantidad de chicos que había en la escuela. En febrero se incrementó y empezamos a abrir los ojos. Y en marzo explotó. Mucha demanda que nos llevó a abrir turnos nuevos. Salimos a buscar más profes. Tenemos entre 180 o 200 chicos y 8 profes trabajando en la escuelita.

El año pasado era la mitad de esos números”, detalló Leandro “Chuni” Merlo, responsable del fútbol de River Plate sobre los ecos post consagración mundialista.

“El gran impuso lo dio el ser campeones del mundo. Messi, el Dibu y todos los jugadores de la Selección fueron un impulso para que muchos chicos de temprana edad quieran sumarse a jugar al fútbol”, agregó.

Los más chicos ahora quieren ir al arco. En la foto un grupo posa delante de una gigantografía del Dibu que engalana el complejo QuintanaFutbar.

“Suele pasar que después de cada Mundial crece la cantidad de chicos que se suma y después, con el tiempo eso se va diluyendo. Pero es verdad que en este caso se nota un poco más y también que hay más chicos que se entusiasman con lo de ser arqueros por Dibu. Como pasó en su momento cuando (Sergio) Goycoechea fue figura en el 90”, reconoció por su parte Daniel Valdés, el exdefensor de Aldosivi que desde que se retiró es palabra autorizada en la coordinación de escuelitas de fútbol en la ciudad, hoy con trabajo desdoblado entre Quilmes y el Complejo Peralta Ramos.

“Puede que sea así, que haya más arqueros. Pero lo que más veo es jugadores de campo que se compraron la camiseta del Dibu o los guantes. O en un picado informal quieren atajar, lo imitan en los gestos. También trabajo en Open Sports y se que se vendió cualquier cantidad de guantes de arquero y eso tiene que ver con el Dibu claramente”, aportó Juan Manuel Vuoso, coordinador del fútbol de Kimberley.

“No es que vinieron más chicos a querer ser arqueros a Kimberley pero si en lo informal, en los entrenamientos o en los picados muchos quieren atajar. Eso se nota muchísimo”, agregó.

Entre las chicas quizás se nota todavía más la tendencia de imitar al arquero marplatense.

“Después del Mundial muchas de las chicas que ya teníamos vienen con ropa del Dibu y quieren probarse como arqueras. Sobre todo las más chiquitas. Entre 5 y 12 años muchas chicas quieren ser arqueras ahora”, contó Marcelo Rodríguez, coordinador del fútbol femenino de Aldosivi, que acaba de llegar con su primer equipo al fútbol de AFA.

“Y cuando anunciamos que íbamos a jugar AFA se potenció. Todos los días tenemos llamados de chicas que quieren venir a probarse a Aldosivi”, se entusiasmó.

Dibu Martínez traspasa fronteras. 🫶pic.twitter.com/ButJ0znh7W

— Sudanalytics (@sudanalytics_) April 6, 2023

“Es verdad que aumentó. No solo chicos sino también chicas. Y lo del Dibu es así, muchos chicos vienen con la camiseta del Dibu. Pasa en Alvarado y, por lo que hablé con otros profes, en muchos más clubes de la ciudad”, coincidió Juan Nayar, encargado del fútbol infantil en Alvarado.

“En las nenas más chiquitas se nota mucho. Hay varias que quieren ser arqueritas ahora. Además vienen con la remera del Dibu”, reforzó también Sol Pérez Guerra, coordinadora del fútbol femenino de San José.

Las arqueritas de San José en pleno entrenamiento.

Claudio “Ruso” Rodríguez, coordinador del fútbol de Independiente, reconoció el aporte que hizo el Mundial para nutrir las distintas categorís del fútbol menor en la ciudad.

“Nosotros tenemos un montón de pibes en el club. Pero después del mundial explotó y se sumó gran cantidad de chicos, afirmó.

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La “dibumanía” se ve en los clubes pero también en las escuelitas de fútbol y las plazas diseminadas por toda la ciudad. Acá, donde nació el arquero campeón del mundo. Donde Emiliano Martínez dio por tierra con aquello de que “nadie es profeta en su tierra”.