“Una locura, me cuesta caer”, dice Eduardo “Wali” Iturriaga sobre lo que vivió la última temporada con “La Jenny, claro que sí”, espectáculo de humor que se transformó en uno de los más vistos del verano pasado. El cómico correntino, ganador de un premio Estrella de Mar en el rubro revelación y creador del personaje “Jenny, la paraguaya” entre muchos otros, regresará ahora a Mar del Plata para revivir aquello: en el escenario del Teatro Neptuno se presentará desde este miércoles y hasta el sábado con su show que fue un verdadero furor.

“Uno toma conciencia de lo que pasó -analiza en una entrevista con LA CAPITAL- y la verdad que fue un verano súper movido, de muchísimo trabajo. Estábamos prácticamente todos los días con doble función y me quedé con un poquito de ganas de disfrutar un poco más de Mar del Plata, porque al final estuve dos meses y medio y por ahí salí a caminar un poco, pero no tanto. Fue una experiencia inolvidable y tengo muchas ganas de volver”.

Me acuerdo de haber llegado en diciembre a Mar del Plata y haber visto el Neptuno que tiene más de 1100 localidades y decir ‘uy, ¿qué va a pasar?

Lo anterior de Wali en otros veranos fue pasar brevemente por Mar del Plata en el medio de una gira costera, siempre con espectáculos de humor. A La Jenny y a otros personajes los creó especialmente para sus redes sociales, espacios en los que cosecha miles de seguidores. Sin haber pasado por la televisión, el correntino desembarcó este 2023 en Mar del Plata, de manera fija durante todo un verano. Y fue un éxito que, incluso, llegó a desmontar a grandes del espectáculo.

“Yo pienso que es un trabajo el que venimos haciendo hace mucho, no solamente en el teatro, sino con el contacto con la gente en nuestras redes, la gente no compró solamente a los personajes, sino que compró todo el combo, el combo de mi familia, cómo nos mostramos nosotros, nuestro día a día”, asegura el humorista. Y dice que el éxito nunca lo volvió pendante, ni superior, ni creído. “Nunca nos sentimos así, sabemos que es una rueda, a veces estás arriba y a veces abajo y eso la gente también lo percibe”.

-Cuándo decidiste venir a Mar del Plata, ¿imaginaste esto que sucedió? Teatros llenos, dobles funciones, gente esperándote afuera para sacarse fotos…

-Desde el primer día en que empezamos a hacer teatro siempre fue una locura en cuanto a agotar teatros, de algún modo estaba acostumbrado a que siempre es un récord en todos lados. Lo malo de esto es que te hace alejar un poco de la realidad. Cuando los espectáculos no funcionan está bien, porque eso pasa en el teatro, está bien que pase porque es parte del proceso. Me acuerdo de haber llegado en diciembre a Mar del Plata y haber visto el Neptuno que tiene más de 1100 localidades y decir ‘uy, ¿qué va a pasar, voy a cumplir esas expectativas y con esa presión que me pongo todos los días?’. Antes de empezar decía, ‘bueno, me conformaré con lo que suceda, es un momento de hacer pie y de decir estas cosas también tienen que pasar’. Pero empezó la primera semana y hasta la última pasó todo lo contrario: nunca, nunca el teatro estuvo vacío. Es más de lo que me esperaba, obviamente.

-Después de tanto trabajo, ¿pudiste descansar?

-Muy poquito, muy poquito, llegamos y arrancamos con con el cole, tengo cuatro hijos y todo lo que eso significa. Estamos acomodándonos después de dos meses de ausencia acá en nuestra casa y automáticamente ya empezamos a armar la gira, porque se viene una gira internacional. Llegué de Miami porque estamos armando la gira para Estados Unidos, también estoy armado la gira de Paraguay y de Uruguay y por Argentina. Mucho no se pudo parar, pero bueno también es un trabajo que lo disfruto mucho hacer, es parte de mi vida y a veces cuando no estoy haciendo esto un par de días ya siento que me falta.

-¿Qué dice el público de Paraguay sobre La Jenny, la paraguaya?

-Yo tenía un miedo tremendo desde que arranqué esto, porque arrancó como un chiste, en casa, para jugar a algo y disfrazarme. En ese momento tenía otro trabajo, toda la vida manejé gimnasio. Además, este personaje arrancó como una especie de homenaje a mi abuela, que era paraguaya y yo obviamente correntino, criado de toda la vida en Corrientes, yendo y viniendo a Paraguay. Era algo natural: la tonada, el guaraní que compartimos, pero obviamente cuando eso se hizo popular y se viralizó lo primero que pensé es qué van a pensar los paraguayos, no me conocen, puede entenderse como algún tipo de burla, pero al toque se pudo contar y y explicar en las redes, así que ahora es cariño. El cariño es mucho más de lo que yo me imaginaba. Estoy con muchas ganas de ir para allá.

-¿Qué es lo que te sorprende de la gente, qué comentarios?

-Uno a veces no dimensiona todo lo que se puede hacer con el humor o cómo uno a una persona le podés cambiar la vida, gente que está pasando momentos muy malos, de pérdida, de enfermedades y te encuentra en la puerta del teatro y te abraza como si nos conociéramos de toda la vida y compartimos momentos muy delicados. Yo lo valoro mucho, porque me hace tomar mucha dimensión de todo lo que pasa. A veces uno se aleja mucho… pero recibir todos esos comentarios privados te hace estar cara a cara con la gente. Ni hablar de la gente que se va disfrazada al teatro, nosotros vivimos cada función como un recital, así que cada día es una locura diferente