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Opinión 27 de noviembre de 2016

Alegría por el tenis, preocupación por el fútbol

por Vito Amalfitano

Clima de primera. Mucha gente de Aldosivi en la vuelta a su lugar en el mundo, la cabecera sur del Minella. Insolito era que los que tienen la obligación de darnos seguridad no la garantizaran si no había un cambio de tribuna. Mucha gente de Vélez. Cerca de 4000. Más incluso que los que presagiaba su presidente Raúl Gámez. Duelo de hinchadas como pocas veces se da en este fútbol argentino restringido generalmente para los visitantes.

En medio de ese clima la radio fue protagonista, con la mayoría de los espectadores pendientes de la definición de la Copa Davis. Nada de redes sociales. El wi fi no anda bien en el estadio del Mundial. Quienes escuchaban las emisoras locales se unieron en un grito cuando se concretó la victoria del tenista azuleño Federico Delbonis ante Ivo Karlovic en Zagreb. Los desprevenidos lo confirmaron enseguida cuando lo anunció la clásica voz en Aldosivi, el periodista Néstor Gambini: “Argentina campeón de la Copa Davis”. Sonó raro e increíble. Estalló, ahora sí, todo el estadio. Acababa de sellarse una de las páginas de más gloria en la historia del deporte argentino. El Minella no fue indiferente, como ningún argentino.

En la cancha, un partido ordinario. Un Aldosivi que va y va pero no se ordena nunca. Cristian Llama generó cierto desequilibrio por izquierda en el primer tiempo, y hasta provocó una expulsión. Pero primero estuvo poco y mal acompañado y después salió de la cancha, reemplazado por Medina, que tiró el centro que pudo haberle dado la victoria al equipo de Mar del Plata en el final, para un cabezazo apenas desviado de Lugûercio. Pero también el conjunto marplatense pudo haberse quedado sin nada en el último contraataque de Vélez, cuando Pavone dejó solo al pibe Alvarenga, quien le pegó muy de abajo a la pelota y la elevó por sobre el travesaño.

Con un hombre de más durante mucho tiempo Aldosivi no repensó el partido nunca para hacer valer esa diferencia. Siguió en su vorágine y su descontrol. Amontonar delanteros no significa atacar mejor. Y Aldosivi , ahora con Darío Franco, con carencias de origen en la formación este plantel, pone más atacantes, pero no marca goles. Preocupa encontrar la salida.