Por Guillermo Fasano (*)

Claramente hay pesimismo en la sociedad. Y una situación de vulnerabilidad de vastos sectores de la sociedad (en los niños muchos más de la mitad) que nos tendría que agobiar.

¿Tenemos futuro? Podremos salir de este estado de cosas?. La historia no nos ayuda a ser optimistas. Todo tipo de gobiernos y planes económicos han demostrado solo en algunos casos unas mejoras efímeras para la historia de un país. Pero en el mediano y largo plazo (30,40,50,70 años) la decadencia ha sido la constante.

Con muchos años de experiencia y trabajo (mas de 50), ya había perdido la esperanza hasta que encontré un mensaje nuevo en la pandemia. El del Movimiento Nacional PYME (MONAPY). ¿Qué tiene de diferente, de esperanzador?

Nacido y creado por empresarios PYMES de todas las actividades y de todo el país, fundamentalmente del interior, tiene una abordaje distinto de los planes económicos macro pensados y ejecutados hasta ahora.

En primer lugar porque releva datos y cifras incontrastables de la actividad económica. Sintéticamente: las PYMES generan el 42 % del PBI. El Estado el 48 % y las Grandes Empresas 13 %.

Pero es importante destacar aquí que el aporte al PBI del Estado no genera la misma riqueza que las empresas. Largo de discutir pero es bueno señalarlo.

Las PYMES dan el 75 % del empleo privado en Argentina. Hay mucha más información pero con estos datos hagamos este planteo. Cuáles son los dos principales problemas económicos de fondo (no coyunturales crónicos como inflación, dólar, deuda, etc. ) de Argentina? Termina siendo uno solo: la falta de empleos de calidad y los bajos salarios. Sin pleno empleo, ergo sin crecimiento no hay plan macro que dure.

¿Quien puede generar empleos de calidad y aumento de salarios?. El Estado se financia con impuestos y solo puede aportar empleo por la demanda del crecimiento vegetativo de la población (1,5 % anual). ¿Las Grandes Empresas?.

La historia nos demuestra que han sido impulsores de empleo pero claramente insuficientes y costosas. Las desgravaciones impositivas de las Grandes Empresas hoy significan más de la mitad del déficit fiscal. Y con todos esos subsidios solo generaron el 25 % del empleo privado. Además es inimaginable pensar en radicaciones de Multinacionales en el país, por lo menos por las próximas dos o tres décadas.

Vaca Muerta (hoy funciona con subsidios), ¿Minería, Off Shore? Sí, está bien, pero el país necesita generar 200.000 empleos por año para absorber el crecimiento vegetativo y el recupero del estancamiento y estos emprendimientos no los van a generar.

Con datos estadísticos elaborados por el Observatorio de la Fundación PYME en el primer año de aplicación, la Ley PYME generará 2.100.000 puestos de trabajo en blanco.

Las PYMES son la salida. Somos el 42 % del PBI y PODEMOS CRECER casi al infinito. Solo necesitamos leyes que simplifiquen la forma de trabajar y que modifique la legislación actual que fueron todas pensadas para estructuras de gran empresa.

Un poli rubro hoy para contratar un empleado necesita un abogado y un contador. Son cuatro ideas básicas que deben ponerse en marcha en forma simultánea para las PYMES

Sin tocar ningún derecho de los trabajadores, eliminar la industria del juicio laboral que impide la generación de empleo y que perjudica principalmente a los asalariados.

Desgravar impositivamente a los trabajadores que es el sector de la economía que más impuestos paga.

Facilitar a las PYMES el acceso al financiamiento. Aunque no debemos olvidar que muchos proyectos se pueden financiar con los dólares/colchón. Y no necesitaremos seguir mendigando inversiones extranjeras, muchas de ellas con condiciones inaceptables para la soberanía.

Reforma impositiva para eliminar los impuestos distorsivos.

Todo eso está previsto en la nueva Ley PYME del MONAPY. Con esas cuatro reformas, de forma simultánea, la economía Argentina va a volver a crecer.

Las 700.000 PYMES del país esperamos esta señal para volver a Argentina al lugar del mundo que nunca debió abandonar. Nosotros las PYMES tenemos el capital económico y humano para volver a recuperar el potencial que nos merecemos.

Y no empiecen con el costo fiscal. Porque no lo tiene. Sí tiene incomodidad para los conservadores del statu quo.
Podemos desafiar a quien se quiera tomar el trabajo de debatir seriamente, con horas y días de estudio un análisis de este PLAN simple que parece novedoso pero que se aplica en todo el mundo y que beneficiará básicamente a los sectores más vulnerables que hoy mendigan por una salario de pobreza o por un plan social de indigencia.

(*) Presidente Cámara Textil de Mar del Plata,  secretario MONAPY Buenos Aires