Bosques saludables, personas saludables
Por Jorge Meza
Los bosques son más que una masa verde. Son reservorios naturales que brindan servicios culturales, económicos y ecosistémicos como la protección de los suelos y el agua y también la fijación de carbono, rol muy necesario en la lucha contra el cambio climático.
Una de las mayores amenazas de los bosques son los incendios forestales y, en consecuencia, nosotros mismos, pues se estima que más del 90 por ciento de esos incendios se originan por acciones humanas.
En 2012, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 21 de marzo como el Día Internacional de los Bosques. Mediante esta celebración se buscó alentar a los países y a sus ciudadanos a adoptar iniciativas en favor de la protección y la conservación de los bosques, además de su recuperación y regeneración.
Este año la fecha se conmemora bajo el lema “bosques y salud”, precisamente porque los bosques son claves para la seguridad alimentaria y la nutrición: no se puede lograr una buena salud sin una buena nutrición.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), entre 1990 y 2020, se perdieron dos tercios de la superficie forestal de América Latina. La tasa de deforestación se ha ido reduciendo. Entre 2010 y 2020, América Latina y el Caribe tuvo una tasa neta de pérdida de superficie forestal promedio anual de 2,6 millones de hectáreas, lo cual representó la mitad respecto a la década anterior.
En la Argentina, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, estimó que, entre 1998 y 2021, la pérdida de bosques nativos fue de cerca de 7 millones de hectáreas, una superficie similar a la de la provincia de Formosa.
Es una pérdida importante si se tiene en cuenta que según el Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos (OTBN) provinciales, el patrimonio de Argentina es de 53,6 millones de hectáreas. Además del bosque nativo, Argentina cuenta con 1,3 millones de hectáreas de plantaciones forestales, de acuerdo con los datos de Plan ForestAR
Con los períodos de sequía intensos en la Argentina, el impacto de los incendios forestales se ha incrementado notablemente. En Salta el fuego arrasó bosques nativos en las zonas montañosas entre agosto y diciembre de 2022. Además, hubo más de 1.500 alertas de fuego en los departamentos de Orán y General José de San Martín. Las alertas de incendios también ocurrieron en otras provincias como Buenos Aires, Entre Ríos, La Pampa, Río Negro, Chubut y Corrientes; en esta última provincia el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) informó que se quemaron más de 100 mil hectáreas en lo que va del 2023.
FAO en la Argentina coopera con el Gobierno en sus esfuerzos de conservar y promover un manejo sostenible de los bosques y beneficiar a las personas que de ellos dependen de manera directa, y contribuir al cumplimiento de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Por ello acompaña y asesora en la ejecución del Proyecto de Pagos Basados en Resultados de REDD+, el cual es liderado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
El proyecto cuenta con el financiamiento del Fondo Verde para el Clima (GCF, por sus siglas en inglés), el cual otorgó al país 82 millones de dólares, como retribución a la reducción de 18 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalentes (CO2eq). Esto corresponde a una parte de los 165 millones de toneladas que dejó de emitir en el período 2014-2016, a partir de la reducción en deforestación en las regiones del Parque Chaqueño, en la Selva Tucumano Boliviana, en el Espinal y en la Selva Misionera.
De los proyectos que el GCF apoya a nivel global, 7 se desarrollan en América Latina por un valor superior a los 300 millones de dólares y la Argentina tiene el segundo proyecto más importante en materia de bosques después de Brasil.
El Proyecto, que tendrá una duración de seis años, contribuirá a promover la integración intersectorial e impulsará el establecimiento de 7 cuencas forestales sostenibles, alcanzando a 7.000 familias de productores, comunidades y trabajadores de la madera y prestadores de servicios forestales; de 95 planes integrales de manejo comunitario y 92 planes de manejo de bosques con ganadería integrada que beneficiarán en forma directa a 2.900 familias de comunidades locales e indígenas; y, de 8 planes estratégicos de prevención de incendios a nivel provincial.
Los bosques nos brindan mucho más de lo que pensamos o percibimos conscientemente. Hay que frenar la pérdida de los bosques, pues cuidarlos es garantizar la seguridad alimentaria y la nutrición de la población, conservar la biodiversidad del planeta y ofrecer a los jóvenes la oportunidad de un mundo y un futuro mejor.
Télam.