Lucas Bastida se topó contra un rival superior y perdió en Francia
Claro triunfo por puntos del local Bakary Samake. El joven de 19 años se quedó con el título mundial juvenil superwelter de la Federación Internacional de Boxeo (FIB). Las tarjetas lo favorecieron por sendos 99-90 y un 97-92.
La segunda presentación del marplatense Lucas Bastida en el exterior terminó con un duro revés. En L’Arena de Gagny, Seine-Saint Denis, el joven Bakary Samake, de 19 años, le ganó con total autoridad por puntos en fallo unánime y se quedó con el vacante título mundial juvenil superwelter de la Federación Internacional de Boxeo.
Dos de las tres tarjetas vieron vencedor al local por 99-90 y la restante por 97-92.
Ni la juventud ni la condición de local le pesaron a Samake, un boxeador más completo, veloz y fuerte que Bastida. El francés impuso su mayor alcance de brazos, llegó primero en la gran mayoría de los cruces y colocó los golpes más sólidos durante toda la noche.
Desde el primer round se percibió que el “Tornado” estaba ante una noche difícil. Sin embargo, más allá de la diferencia de bagaje técnico, justo es decir que Bastida se la jugó. Fue superado, pero nada se guardó.
Nadie podrá decir que no fue al frente. Intentó achicar la distancia, ir a pelear cuerpo a cuerpo y tratar de desbordar a su espigado adversario.
Ese pareció ser el camino para el pupilo de Fernando Sosa, que dio lo mejor en la segunda vuelta.
Samake, sin embargo, se reveló como un gran contragolpeador y salió pegando casi siempre que el marplatense intentó acorralarlo contra las cuerdas. Y así fue ampliando las diferencias a voluntad.
Incluso, entre el octavo y el noveno round, Samake conectó sucesiones de golpes muy potentes y Bastida corrió riesgos de ir para la lona. Pero absorbió todo el castigo con gran entereza y terminó de pie ante un rival con mucho futuro y que sorteó con autoridad y solvencia el lance más exigente de su carrera.
Samake estiró su récord a once triunfos, con seis definiciones por la vía categórica. El marplatense, en cambio, sufrió la tercera derrota de su carrera y su marca quedó en 19-3-1, con once resoluciones por la vía rápida. Y se quedó con las ganas de conseguir un éxito internacional que le abra las puertas a plazas más interesantes.