“Brenda Díaz te ha enviado una solicitud de amistad”, fue la notificación que leyó el balcarceño tras ingresar en su cuenta de Facebook. La foto de perfil mostraba a una mujer atractiva y joven. Aceptó de inmediato, y poco después se inició entre ellos una conversación virtual. Durante la charla, intercambiaron fotografías eróticas y antes de despedirse la usuaria le pidió el teléfono, como excusa para llamarlo luego porque en ese momento debía entregarle la computadora a su madre. El hombre se lo dio, y entonces empezó su calvario.

-¿Te diste cuenta lo que hiciste? Mi hija se está masturbando con tus fotos. Mi señora la encontró y rompió la computadora. Ahora vas a tener que pagar los gastos o te voy a denunciar.

Esa amenaza, vociferada del otro lado de la línea, era la de un supuesto padre enfurecido. Poco antes, el balcarceño que se había hecho amigo de Facebook de una menor no había querido contestar la primera llamada, porque en la pantalla aparecía que la misma era realizada desde un número oculto. Sin embargo, un mensaje, también amenazante, le hizo sentir la obligación de hacerlo. Y cuando por fin aceptó la comunicación, supo que debía seguir las órdenes que el llamante le impartía.

El caso que ahora sale a la luz se produjo el 7 de marzo pasado, y según la investigación del fiscal Rodolfo Moure fue una puesta en escena realizada desde la cárcel de Batán, por un recluso que está condenado a 18 años de prisión. Se trata de José Luis Liberti, quien en 2014 fue juzgado y sentenciado a la mencionada pena por el crimen del bebé de su pareja.

De acuerdo a la reconstrucción de aquel hecho, el hombre mató al niño de apenas un año de un golpe contra la cuna porque lloraba y era ruidoso. Después, intentó disimularlo llevándolo a una guardia médica y diciendo que se había caído de la cama, lo cual fue desechado rápidamente por la operación de autopsia.

Cuando el balcarceño que se había puesto en contacto con la usuaria de Facebook Brenda Díaz entabló una charla con el supuesto padre de la joven, se asustó y pensó que podría ser denunciado por ese hombre por “grooming” o pedofilia virtual. Entonces, aceptó entregarle el dinero que el llamante le exigía.

En un comienzo, el presunto padre de Díaz le dijo que debía hacer una transferencia bancaria vía CBU por 40 mil pesos, pero el balcarceño le dijo que sólo tenía 35 mil y en efectivo. Entonces, recibió como orden que debía llevárselos a una mujer en una casa de calle 37, entre calle 2 y Maipú, de la localidad serrana.

Esa diligencia se produjo después y al llegar acompañado de su primo a la vivienda mencionada el usuario de Facebook seguía en comunicación con el hombre. “Ni se te ocurra cortar el teléfono porque te mato”, le había espetado su interlocutor.

Del domicilio citado salió la mujer, quien también mantenía una conversación telefónica por altavoz. Rápidamente, el balcarceño comprendió que hablaba con la misma persona. “¿Qué hiciste ahora?”, le dijo la moradora de la propiedad al llamante. Mientras tanto, otra joven salió de la casa e invitó a pasar a los recién llegados.

Una vez en el interior, se hizo entrega del dinero y también el usuario de Facebook debió darles a las ocupantes del inmueble su teléfono celular. Más tarde, se fue con su primo, que atendió un último llamado del supuesto padre de Brenda Díaz, en el que ante una nueva amenaza le dijo que lo iba a denunciar.

El descubrimiento de la extorsión

Efectivamente, el hombre que había hecho entrega de los 35 mil pesos cayó en la cuenta de que había sido extorsionado e hizo la denuncia en la Sub Delegación Departamental de Investigaciones (Sub DDI). Así, se formó una causa judicial que quedó a cargo del fiscal Rodolfo Moure, y se reconstruyó el hecho.

Con la recolección de diversas pruebas, los pesquisas supieron que la llamada recibida por el denunciante del supuesto padre de Brenda Díaz había sido realizada desde la cárcel de Batán y que el autor era en verdad el recluso Liberti, ya que las mujeres que recibieron el dinero no eran otras que su madre y su hermana.

Entonces, el fiscal Moure pidió órdenes de allanamientos a la celda 27 del pabellón 14, perteneciente al área II de la unidad penitenciaria, y a la vivienda de las sospechosas. Tales procedimientos fueron realizados este miércoles y finalizaron con el secuestro de dos teléfonos celulares en poder de Liberti, y la detención de ambas acusadas.

En poder de las aprehendidas, además, se encontró el teléfono celular de la víctima de la extorsión. Se trata de María Inéz Leguizamón (64) y Milagros Elizabet Carballido, quienes quedaron alojadas en el Destacamento Femenino.