Por el caso de gripe aviar, murieron 20.800 mil aves en una granja del paraje La Polola
Lo confirmó Fernando Navarro, de Avimars. De acuerdo al protocolo, se controla a las gallinas que están a tres kilómetros a la redonda. Y se establece un campo de mayor vigilancia a 10 kilómetros.
Por el caso de gripe aviar que se presentó en Mar del Plata murieron 20.800 aves en una granja del paraje La Polola, informó el veterinario Fernando Navarra, de Avicultores Mar y Sierras (Avimars).
El profesional contó en declaraciones a LU6 Radio Atlántica que el caso se detectó “en una granja importante, en la zona de la ruta 88”, que “no es (de una marca) de Mar del Plata”, sino que alquilaba los galpones.
Las aves presentaron cuadros agudos, desconocidos por el veterinario actuante, Máximo Conde, y padecieron muerte súbita, explicó Navarro, que dijo desconocer si hubo que sacrificar a algunas. “Por lo que me dijo el colega, no hubo necesidad de sacrificar porque es una enfermedad desconocida para tratar, no hay ninguna clase de anticuerpos”, señaló.
Navarro aseguró que la muerte en las aves es algo que ocurre “muy rápido” ante la aparición del virus. “No se olviden que están en galpones, encerradas, y hay un contacto muy directo. Se transmite por boca, nariz y materia fecal”, indicó.
“Es un foco que se detecta en un establecimiento en aves de corral”, especificaron fuentes del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
El veterinario actuante realizó la denuncia correspondiente al organismo (es lo que corresponde por protocolo), que se llevó la muestra y dio positivo.
Al lugar en que se detecta el virus se lo declara “zona de foco” y se bloquea “por completo”, señaló Navarro. “Se elimina el 100% de la producción de todo: pollo, huevo, lo que sea. Hay que hacer enterramiento y encalado, obviamente que se impermeabiliza el pollo para no contaminar las napas, se tapa como mínimo con dos metros de tierra y se encala con cal viva”, describió.
“Terminado ese proceso la granja queda bloqueada por dos períodos de incubación”, lo que significa “unos 60 días de inactividad”.
A la zona ubicada a tres kilómetros alrededor del foco se lo denomina “perifoco”, y allí el Senasa audita las gallinas que hay en los distintos establecimientos. “Se hace una vigilancia mucho más estricta de la que ya se estaba haciendo, que es estricta”, comentó Navarro. Y apuntó que “hay varias granjas en esa zona, pero por suerte ninguna presentó” el virus.
Por su parte, más allá del perifoco, y hasta los 7 kilómetros a la redonda, se declara una zona de vigilancia, que implica controlar más todos los movimientos de las granjas.
“Tenemos tres tipos de situaciones que se vienen monitoreando. Aves silvestres, de traspatio, que son las de autoconsumo, y las de corral, que son del circuito comercial”, explicaron en el Senasa. “Es importante destacar que la influenza aviar afecta a las aves y no se transmite por consumo de carne o huevos. Solo si se manipula un ave enferma sin medidas de seguridad. Por eso venimos informando las vías de notificación para que ante cualquier sospecha se avise a Senasa”, agregaron.
En el mismo sentido, Navarro aclaró que “no hay ningún problema” para el consumo humano. “Tanto el pollo como el huevo por esa vía no contagian”, subrayó.