Estudiantes de la Escuela Superior de Medicina de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) realizaron un viaje hacia el norte salteño para realizar actividades sanitarias de campo tanto en los hospitales como en los asentamientos de la zona, donde habitan comunidades de distintos pueblos originarios. Lo hicieron en el marco de las prácticas profesionales que contempla el plan de estudios de la carrera.

El primer grupo integrado por 12 personas arribó y se instaló en El Espinillo, ubicado en El Impenetrable Chaqueño, donde fueron recibidos por el intendente Qom Zenón Cuellar y por el director del Hospital local. El segundo grupo continuó su viaje rumbo a la segunda posta, y llegó al municipio Santa Victoria Este, ubicado en la provincia de Salta, cerca de la triple frontera con Bolivia y Paraguay.

Los estudiantes salieron el 1° de febrero y estarán en la región hasta el 28, y no están solos sino acompañados por docentes: “Es una movida de más de 100 personas, todo el mes, estamos viviendo nuestra primera semana y estamos muy contentos con esta acción,” comentó Adrián Alasino, director de la Escuela Superior de Medicina de la UNMDP, quien se encuentra acompañando al segundo grupo.

El contexto

El municipio de destino está alejado de la urbanización y la ciudad más cercana es Tartagal, “toda la zona está habitada en su mayoría por pueblos originarios: guaraníes, wichis, chorotes. Es una de las zonas más desfavorables del país en cuanto a indicadores sanitarios, por eso hay muchas acciones que se desarrollan acá. La cuestión es que la gente de los pueblos originarios vive en estas tierras como se vivía hace más de un siglo” agregó.

Las problemáticas más frecuentes tienen que ver con la desnutrición infantil y materna, “cuestiones que tienen que ver con la alimentación” aclaró Alasino que además mencionó que se lidian con enfermedades que, aunque allí son muy frecuentes, los estudiantes no están acostumbrados a ver. “Hay mucha tuberculosis, que tiene un tratamiento complejo, también hay dengue, vinchuca, es zona de Chagas que en el norte es endémica”, dijo.

Pero las enfermedades no son el único problema, lo es también la entrada y la asistencia sanitaria a estas comunidades debido a las numerosas barreras. Entre las dificultades aparece el acceso a los asentamientos, “se desarrolla en un lugar complejo, a veces hay dificultades con el agua potable, a veces llueve y los caminos se tornan intransitables, así que hay que singularidades.

Los propósitos

“Se entra a las comunidades utilizando una estrategia que ha sido la del agente sanitario, una persona propia de la comunidad entrenada como enfermero, que habla el mismo idioma y permite ingresar a esos espacios. Si no fuera gente de ellos mismos, no se podría hacer”, expresó el Director de la Escuela Superior de Medicina

“Hay muchas barreras, las de acceso son fuertes pero las culturales mucho más”, comentó Alasino, pues los asentamientos no tienen ningún tipo de servicios como luz y agua y otras carencias. “Muchas comunidades son directamente una carpa abierta hecha con un plástico negro y esa es la vivienda, es complicado, y obviamente las condiciones de higiene y alimentación no son óptimas, muchas veces comen solo una vez al día…”, precisó.

Por último Alasino comentó que “hemos visto cosas difíciles en estos días y para los estudiantes es una actividad solidaria y humanitaria porque a estos lugares muchos médicos no quieren venir, por eso si la misma gente no entra al sistema de salud es muy difícil. La realidad ha golpeado a la puerta de nuestros estudiantes casi médicos y estamos muy contentos con la experiencia que están viviendo. Tienen ideas, están sensibles respecto de la situación y eso también los hace madurar como profesionales y personas”.