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La Ciudad 9 de febrero de 2023

Tras la tormenta, las playas volvieron a llenarse de hidrozoos y ovicápsulas

Al igual que en diciembre y enero, el fenómeno volvió a presentarse en diferentes sectores como Playa Grande.

 

En diciembre, en enero y en febrero. Desde que empezó la temporada de verano, en todos los meses hubo al menos un par de días en que las imágenes de la playa causaron sorpresa.

Una gran cantidad de algas y una especie de “huevos” de plástico llenaron distintos sectores de la costa marplatenses.

Tras la tormenta de la madrugada del miércoles, volvieron a aparecer y en algunos sectores como el de Playa Grande, en cantidades importantes.

Un especialista del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep) confirmó a LA CAPITAL que se trata de hidrozoos y ovicápsulas.

“Son arribazones que suele darse con las corrientes marinas (sudestadas) que acumulan algas y otros elementos de la vida marina, que los arrastran hasta la costa”, detalló el investigador Federico Isla y agregó que es algo “común de nuestra costa dominada por tormentas, son hidrozoos fijos a las rocas, perdieron fijación y las olas las acumulan”.

En tanto, respecto a las ovicápsulas, explicó que “se distribuyen según corrientes de fondo y las olas se encargan de sacarlas a la playa intermareal”.

En esas cápsulas, denominadas comúnmente huevos, pueden desarrollarse hasta 30 embriones de volutas o caracoles que, alcanzado el período correspondiente, rompen la protección y se incorporan al medio marino.

En este caso, los huevos corresponden a una especie de caracol que podemos encontrar en las costas durante estos fenómenos a los que se denomina volutas negras o volutas brasilianas, más precisamente “pachycymbiola Brasiliana” que es el nombre con el que se conoce a un caracol muy común que habita en la costa bonaerense y uruguaya en la franja submareal y en profundidades de hasta 20 metros, detalló Isla.

Además, aclaró que los “arribazones” no representan ningún riesgo para quienes concurren a la playa. A lo sumo su permanencia, si es que el mar no los arrastra aguas adentro cuando se producen las crecientes, puede generar feos olores derivados de su proceso natural de descomposición.