Matías De Caro lo explicó en sus redes sociales. “Siempre tuve una obsesión con la simetrías y las perspectivas. Todo tiene que estar perfectamente centrado. Siguiendo algunas cuentas, sentí que con un drone podría satisfacer esa locura, y la de muchos”, escribió.

Lo cierto fue que a lo largo de enero, en sus cuentas de redes sociales, De Caro fue publicando fotografías de distintos paisajes y espacios de Mar del Plata que no dejaron de llamar la atención.

En este contexto, LA CAPITAL se contactó con el autor de estos trabajo, y él mismo contó su experiencia de la siguiente forma.

“Mi nombre es Matías (www.instagram.com/mdcaro), tengo 34 años y este verano elegí Mar del Plata como destino para tomarme un descanso. Desde que supe que iba a visitar MDQ, sabía que además de disfrutar del mar y de conocer todos esos nuevos cafecitos y restaurantes que habían abierto, quería retratar a la ciudad de la forma que más me gusta: a través de las fotos simétricas.

No es la primera vez que la visitaba con el drone, pero mi obsesión por los planos cenitales me llevó a volar por primera vez en Punta Mogotes para encontrar el placer visual en la disposición de las carpas. Tampoco había volado en la zona de la Bristol, donde, además de cruzarme con una arquitectura perfecta, la cámara me sorprendió con 2 chicos jugando a la pelota. Ellos, la pelota y sus sombras.

La repercusión de las fotos en Instagram y Twitter no hicieron otra cosa que hacerme pensar en cuándo volver. ¿Qué edificio o playa me habrá quedado sin retratar?”