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Deportes 20 de noviembre de 2016

El más esperado fue el menos pensado

Peñarol dio la nota y venció a San Lorenzo. Fue 82 a 80 en Mar del Plata para terminar con una racha de siete derrotas en fila.

Por Marcelo Solari

Porque la mochila de derrotas ya pesaba demasiado. Porque enfrente estaba el campeón y casi nadie se atrevía a apostar a favor de Peñarol. Por muchas otras razones, el triunfo se festejó como hacía rato no pasaba en el Polideportivo.

El “milrayitas” pudo torcerle la muñeca a San Lorenzo, el mejor equipo de la Liga Nacional de Básquetbol 2016/17, al que venció por un apretado 82 a 80. De esta forma, puso fin a una nefasta racha de siete derrotas en fila y, al mismo tiempo, frenó las nueve victorias en serie que arrastraba el “azulgrana”.

Acaso frente al rival menos pensado, llegó el alivio para Peñarol, con una formidable respuesta de sus relevos y un triple mágico de Rob Reed, quien había tenido una noche apagada y apareció en el momento justo.

De acuerdo a la actualidad de uno y otro, el desarrollo comenzó a inclinarse hacia el lado más lógico. San Lorenzo impuso condiciones con su defensa zonal y adelante profundizó con Jerome Meyinssé y los aciertos lejanos de Marcos Mata. Así se distanció rápidamente (3-11) antes de los 5 minutos.

Tras la esperada interrupción solicitada por Marcelo Richotti, se produjeron drásticos cambios. Nicolás Zurschmitten y Sebastián Suárez ingresaron por Juan Pablo Figueroa y Franco Giorgetti, más Juan Manuel Torres en lugar de Roberto Acuña, que llegó enseguida a su segunda falta personal.

Con esas variantes, el “milrayitas” encontró más energía. El nuevo base entró con gol, el pivote obligó más en el poste bajo, hubo un par de corridas positivas y la distancia se acortó drásticamente (12-13).

Un infortunio en la tribuna (cedió una baranda y dos aficionados se precipitaron al vacío y tuvieron que ser hospitalizados) motivó la suspensión momentánea del juego en un pasaje muy favorable para Peñarol.

De todas maneras, pareció como si el paréntesis hubiera perjudicado a los dos, ya que en el tramo final del cuarto ambos perdieron precisión. La buena era que el local se había puesto en partido. La mala, que sus dos pivotes acumulaban dos faltas personales cada uno.

El equipo combativo le dio muy buenos resultados a Peñarol cuando regresaron para el segundo cuarto. Especialmente en defensa, con un tremendo trabajo de Zurschmitten para interceptar línea de pase y generar robos y contraataques. Además, con la doble base en cancha, el relevo peñarolense tomó sus mejores chances de lanzamientos con altos porcentajes (anotó 13 puntos en la primera mitad).

San Lorenzo no había podido generar juego interior y desde afuera fallaba todo. Recién apareció Mata (3/3 triples en los 20 minutos iniciales) para cortar una sequía de más de 4 minutos.

Pese a que después de una buena gestión que lo llevó a adelantarse 26-19 el local vio esfumarse su ventaja en poco tiempo, conservó la calma y tuvo paciencia. Acuña empezó a rendir más, el chileno Suárez aportó lo suyo y con un marcado dominio del rebote (Alejandro Diez tomó 9 recobres en los dos cuartos iniciales), llegó a disfrutar de una máxima renta de 39-30.

El actual campeón de la Liga apenas pudo encestar 3/13 triples (23%) y un flojo 34% de sus tiros de cancha. Pero se fue a los vestuarios a sólo dos posesiones de distancia de la igualdad.

Esa intensidad y concentración para seguir con el plan había que mantenerla a rajatabla. Pero al comenzar el tercer cuarto, apenas levantó el pie del acelerador Peñarol y permitió que San Lorenzo empezara a presionar. Con la
correcta conducción de Nicolás Aguirre y un triple con el sello de Selem Safar, el líder de la Conferencia pasó al frente (41-42) a 6m51.

Entonces hubo un golpe por golpe entre el oficio de Mathias Calfani y las respuestas de Suárez, quien protagonizó lo mejor de la noche tras una corrida y una volcada notable tras la cual además recibió falta no cobrada. Por la protesta se ganó un “técnico” Diez y trascartón, un triple de Aguirre estampó el 56-56.

De allí en adelante, entre faltas técnicas y foules intencionales sancionadas al “milrayitas”, fue San Lorenzo el que dispuso de varias oportunidades para tomar el control. Pero Peñarol resistió y se mantuvo al frente.
A 7 minutos del epílogo (66-63), Zurschmitten asustó a todos al salir con una molestia muscular en el gemelo de su pierna izquierda. Fue tratado en el banco y logró reingresar cuando quedaban por jugar 3m12 y con el pleito sin resolver (73-74).
Una gran resolución de Aguirre lo dejó solo para volcarla a Calfani y el 74-78 presagiaba un desenlace triste para Peñarol. Sobre todo porque el puertorriqueño Guillermo Díaz se había hecho importante en ese tramo.
Sin embargo, tras un libre fallado por Rob Reed, Diez sumó dos rebotes en ataque valiosísimos, y Giorgetti anotó sobre el límite de la posesión. Luego, el chaqueño le robó el balón a Mata y Reed anotó el triple ganador.