El nuncio apostólico en Argentina, monseñor Miroslaw Adamczyk, nacido en Polonia y con un sólido dominio del español, arribó en las últimas horas a Mar del Plata en el marco de su visita pastoral al país encomendada por el Papa Francisco, quien -según aseguró- “piensa y reza continuamente” por Argentina.

El representante de la Santa Sede fue recibido en la sede local del Obispado por el Obispo Gabriel Mestre, con quien compartirá hasta el domingo una amplia agenda de actividades en la ciudad, la cual comenzó este viernes con un desayuno con la prensa al que asistió LA CAPITAL.

“Normalmente estoy en la Capital, pero juntamente con Monseñor Gabriel Mestre hemos pensado que como nuncio podía visitar por unos días también la capital de vacaciones argentina”, dijo en el comienzo de sus tres días de actividades junto a sacerdotes pero también con fieles de la diócesis de Mar del Plata.

El nuncio habló de todo y enseguida hizo una referencia a la situación que se vive en Ucrania a partir de la guerra con Rusia y aseguró que “no estamos en buenas aguas económicas en el mundo entero”.

En ese sentido, agregó que “la enseñanza social de la iglesia siempre vale”, sobre todo con “una cosa tan sencilla como un sueldo justo que permite a alguien que trabaja todo el mes tener el dinero para tener sus cosas desde el primero hasta el último día del mes, porque la primera injusticia es cuando uno trabaja todo el mes pero no le alcanza para pagar sus facturas. Hay una situación muy difícil en muchos países pero no podemos olvidar la justicia. La Justicia es por ejemplo un sueldo justo”.

Consultado por el objetivo de su visita pastoral, el nuncio apostólico contó: “Mi situación es muy particular. Yo soy polaco y el Papa me ha enviado a ser representante suyo en Argentina, y normalmente el nuncio informa al Santo Padre sobre la situación local, pero el Papa conoce mucho más Argentina que yo mismo. Pero también mi visita es una ocasión para recordar que ustedes no son solamente los católicos en Mar del Plata o en Argentina, sino católicos del mundo entero”.

Asimismo, su visita es también “una ocasión para renovar nuestra oración por el Santo Padre”, quien hace dos años, cuando inició su misión en nuestro país, “lo primero que me dijo es que reza y piensa en Argentina continuamente” y “no podemos tener dudas de que él está siempre con su corazón y su pensamiento en su país”, señaló.

En cuanto a la posibilidad de que el Papa Francisco viaje a la Argentina, como se espera desde que asumió como máxima autoridad de la Iglesia católica, el nuncio apostólico mencionó: “El Santo Padre me ha dicho: ‘Tengo ganas de venir’, así que vamos a ver”.

Por otro lado, Adamczyk eligió no referirse a los recientes dichos de Francisco sobre la pobreza en Argentina. “El Santo Padre tiene todo el derecho de hablar de su patria pero no envía a un nuncio en Argentina para dar apreciaciones de la situación”, comentó al respecto.

Sin embargo, sí habló de otro de los comentarios del Papa en torno a la homosexualidad -pidió que la Iglesia abra las puertas a las personas del colectivo LGBTQ-, y al respecto afirmó que “lo que dijo refleja el pensamiento de la iglesia: no queremos perseguir a nadie por sus condiciones o elecciones, es algo que se trata de la dignidad de cada persona”.

Acerca del estado de salud del Papa, el nuncio apostólico recordó que “el Santo Padre tiene 86 años” y que más allá de “algún dolor en la rodilla”, su salud, “como él mismo dice, es el de una persona de su edad, pero puede perfectamente gobernar la iglesia porque su mente está más que clara”. “Yo tengo 60 y quisiera tener la salud de él cuanto tenga 86, si llego”, dijo bromeando.

Miroslaw Adamczyk compartió a su vez su visión sobre la Argentina. “Es el país número 9 en casi 30 años en diferentes nunciaturas. Cuando uno llega a un país tiene una mirada fresca y puede ver muchas cosas. Los argentinos son cordiales, abiertos, con sentido de hospitalidad, trabajadores y con una cualidad muy importante: la gente es feliz y se contenta con pocas cosas“, dijo.

Por último, expresó “sus mejores deseos” para la comunidad de Mar del Plata y auguró “prosperidad, salud y felicidad” para todos.