Uno de los programas típicos que realizan los turistas durante sus vacaciones es la recorrida por Juan B. Justo, conocida popularmente como “la avenida del pulóver”, ya que a lo largo de dos kilómetros y medio el rubro comercial que se impone es el textil.

La visita se programa, especialmente, cuando las jornadas no acompañan climáticamente para la estadía playera. Los locales de las diversas marcas se suceden, uno al lado del otro, ofreciendo variedad de modelos, texturas y precios.

Si bien durante la primera quincena del mes, el sol y el calor coparon la mayoría de los días (hubo sólo dos con lluvia), a poco del inicio de los últimos 15 días de enero ganó la niebla y la llovizna.

Sin embargo, las ventas se mantienen frías como el clima. “Hay mucha gente caminando, pero muy pocos llevan bolsas. Hay mucha consulta, y algunos se prueban, pero pocos compran”, describió Roxana, con 26 años de experiencia detrás del mostrador.

Hasta ahora las consultas y las pruebas se imponen a las ventas.

“Los primeros 15 días el clima no nos acompañó a nosotros -dijo- y ahora recién empieza la quincena. Hay pocas ventas a pesar de las promociones“. Con ofertas desde “4 mil pesos” para un pulóver clásico, le experimentada vendedora explicó que “no hay plata, porque casi todas las ventas se hacen con tarjeta de crédito y nosotros tenemos 3 cuotas sin interés, pero a veces te piden 6 cuotas por montos bajos”.

En el local que regentea se ofrecen descuentos del orden del 15% por pago en efectivo aunque “la mayoría se maneja con los plásticos -reiteró- y cuando ven los descuentos en efectivo te dicen ‘voy al cajero y vuelvo'”. El problema, a su entender, es que en la zona “no hay cajeros, hay que ir hasta el puerto. Nos falta infraestructura, incluso lindas cafeterías”.

A lo largo de dos kilómetros y medio se suceden los comercios del rubro textil.

Lentitud

Los diferentes modelos y colores de la nueva colección se exhiben tanto en una vidriera de reconocida marca, pero todavía las ventas se presentan “flojas”. Con descuentos del orden del 15% para los pagos en efectivo, los ofertas y promociones también intentan traccionar las ventas.

“A nuestro rubro no lo favorece el buen clima y en lo que va del mes hubo preponderancia de días lindos, así que esperaremos a ver si repuntan las ventas”, señaló una de las vendedoras.

Con ofertas que chalecos inflables desde $12 mil, una casa de camperas ofrece un amplio catálogo de modelos, tanto para hombres, mujeres y niños, aunque todavía “no notamos la gran llegada de gente. Es decir, viene y circula mucha gente, también autos, pero pocos se deciden a comprar”.

Muchos turistas adquieren las camperas para pasar el invierno que se viene.

Con bermudas y un rompevientos, Emiliano recorría Juan B. Justo junto a Mariana, su novia, en busca de productos textiles para llevar a su hogar. “Es un clásico pasar por acá en busca de algún pulóver, pero estamos viendo a ver qué nos conviene. La verdad es que los precios no están mal, así que algo llevaremos”, contó la mujer.

En una de las sucursales de otra de las marcas clásicas en tejidos describieron como “tranquilo” al movimiento comercial aunque destacaron que “hay bastante gente, pero circulan y compran poco”.