“El humor es una manifestación espontánea del humano con la finalidad de salvarse”
Diego Capusotto y Nancy Giampaolo presentan "El lado C". Los artistas hablaron con LA CAPITAL sobre este trabajo que indaga en la parte desconocida y más cuidada del perfil del humorista.
Diego Capusotto y Nancy Giampaolo.
Por Dante Galdona y Rocío Ibarlucía
Diego Capusotto habla con seriedad, pareciera un oxímoron, pero no lo es. Contundente en sus respuestas, reflexiona sobre el humor, la televisión, las redes y la charla abierta que traerá a Mar del Plata, en la que hablará de lo que nadie sabe de él y sus personajes. Elige el teatro para acercarse a la gente y le ofrece el mismo cariño que sabe recibir. Quiere contar cosas y dejar al espectador que decida si es realidad o ficción lo que dice sobre el escenario, así como un lector puede creer o no en el verosímil literario. La periodista y autora de libros sobre feminismo disidente Nancy Giampaolo lo lleva por ese camino y forma con él un dúo que funciona como un todo indivisible.
Antes de presentar su espectáculo “El lado C (Lo que no verás en las redes)” en Abbey Road, este martes a las 21, hablaron con LA CAPITAL.
-¿De qué va la charla que traen a Mar del Plata? ¿Nos vamos a reír, reflexionar, llorar…?
-Diego Capusotto: Esto que hacemos con Nancy no es un espectáculo teatral, creo que puede funcionar como un espectáculo teatral en la medida en que hay alguien que está contando algo que para el espectador puede ser verdad o mentira, pero está contado de una manera que, como en la literatura, puede ser falsa, pero se hace cierta en la medida en que es relatada. Creería que es algo que tiene que ver con el interés de escuchar en otro contexto a alguien a quien se admira. A mí me pasaría. Si Frank Zappa diera una charla, yo iría a escucharlo, y esto por supuesto no es de ninguna manera porque me esté comparando con él, sino que es alguien cuyo trabajo admiro y me encantaría escucharlo hablar, contar cosas. Lo digo en términos de afecto entre personas, el mismo que yo tengo por Zappa alguien lo tendrá por mí. Y es posible todo esto porque lo hago con Nancy y una pata apoya en la otra y el relato ya no es solo personal, sino que está apropiado por los dos. Casi como una actuación por momentos.
-Nancy Giampaolo: Es esto que Diego dice. Agregaría que hay mucho interés en la gente por conocer de cerca a alguien que no expone su vida en redes sociales, ni suele dar demasiadas notas. La falta de exposición mediática de Diego contrasta con la trayectoria tan rica que tiene como actor, y me parece que la fascinación del público con él va un poco por ese lado.
-¿Qué es el humor y para qué sirve?
-DC: El humor es una manifestación espontánea del humano con una sola finalidad que es la de salvarse.
-¿Cómo te llevás con Nancy trabajando? ¿Qué tipo de dupla se forma cuando están juntos?
-DC: Yo creo que funcionamos como un dúo maravilloso (risas). Esto que hacemos es algo que está armado por los dos y que, por supuesto funciona por los dos, que nos conocemos desde hace mucho y nos llevamos muy bien. Y se produce una cuestión afectiva de la gente que se acerca por los trabajos previos que he tenido.
-¿Extrañás la televisión? ¿Pensás volver? ¿Hay algún proyecto?
-DC: Los ámbitos para hacer humor son cualquiera en donde uno esté parado. La verdad que a mí que esté o no esté en la televisión tampoco me importa mucho.
-¿Cómo es el proceso de composición de tus personajes? ¿Solitario o compartido?
-DC: Los personajes aparecen siempre, a partir de cuando uno se levanta, hasta cuando se va a acostar. En algún momento siempre aparece un personaje que se convierte en alguien mucho más interesante que uno y que en algún momento emerge, cobra vida, a partir de una ficción.
-¿Cómo va la película que estás filmando con Montalbano?
-DC: El rodaje con Montalbano ha terminado y ha sido una experiencia muy grata, muy emotiva y muy inquietante por el personaje que me tocó en suerte. Y por el elenco y por el propio Néstor, con quien tenemos una hermandad de muchos años y miradas muy similares, y si no son similares, cada uno se involucra en la aventura del otro. La hermandad es un poco eso. La película calculo que va a salir en abril o mayo en alguna plataforma.
-¿Cuánto de ficción y cuánto de realidad hay en el espectáculo que traen a Mar del Plata?
-DC: No voy a decir si es cierto o no lo que cuento, simplemente la gente decide si lo cree o no, y entra en una especie de fascinación frente al relato. También hay un material audiovisual relacionado a mi trabajo como humorista que complementa el diálogo.
-¿Por qué elegís el teatro en lugar de las redes sociales u otros medios para compartir tu intimidad?
-DC: Porque me interesa el teatro, y no me interesan las redes.
-¿Cómo viene siendo la recepción de este espectáculo?
-DC: Venimos haciendo estas charlas por un montón de lugares del interior del país con una recepción muy halagadora.
-Hoy no hay casi lugar para el humor y la ficción en la televisión. ¿Creés que ha mutado hacia otros territorios dentro del medio?
-DC: El humor está en todos lados. No sé si importa si está en televisión o no. Siempre es una manifestación de cualquier persona que integra una escena que lo aleja un poco de la realidad o en su defecto en quien cuenta la realidad de otra manera.
-¿Cómo es trabajar con Diego? ¿Es siempre ese tipo desopilante que vemos?
-NG: Es muy lindo, nos divertimos, y no es alguien que esté en plan desopilante todo el tiempo, por suerte. Sería demasiado intenso. Es un tipo al que le gusta hablar en serio, escuchar y compartir silencios.
-Sos una feminista bastante crítica del feminismo mainstream. ¿Te han intentado cancelar por esto?
-NG: Más que feminista soy periodista y escribí mucho sobre género por algo que se impuso en la agenda pública y en las políticas de Estado, en ambos lados de la grieta. Jamás me sentí cancelada, pero sí recibí puteadas de personas que se sentían aludidas con algunas críticas que planteo. Ninguna me invitó a debatir. Quizás sea porque la lógica de las redes, que es el espacio favorito de la discusión feminista, es menos de debate que de auto exposición.
-¿Pensás que existe la cultura de la cancelación? ¿Te molesta?
-NG: Creo que existe en los términos planteados por Noam Chomsky, y que es un signo de decadencia. Tengo un libro de entrevistas dedicado en parte al tema y su relación con la literatura. Hablé con Alan Pauls, Ariana Harwickz, Martín Kohan y Ana María Shua, autores diversos que coinciden en cuestionar la intervención de algunos activismos en el campo cultural.
-¿Creés que una lucha en apariencia correcta como es la visibilización de las violencias contra las mujeres está perjudicando conquistas alcanzadas por el feminismo histórico?
-NG: A veces se interpretan como conquistas cosas que ya estaban saldadas, en tanto otras muy básicas, tipo tener la licencia aceptable por maternidad o los lactarios en espacios laborales que recomienda la OMS, ni siquiera se discuten. En ese punto estamos como Haití, por debajo de las semanas mínimas recomendadas y carentes de estructuras para compatibilizar trabajo e hijos. No vi a los feminismos enfocar tanto ahí como en otros logros presuntos onda “responsabilidad afectiva” y cosas por el estilo.
-¿Debería haber un diálogo entre las diferentes posturas feministas para llegar a ciertos acuerdos mínimos?
-NG: No creo que haya suficiente diálogo real entre posturas diversas. Más bien hay de esas cosas pobrísimas como tomar declaraciones de alguien con quien estás en desacuerdo y salir a matarlas en las redes sin debate real.
-¿Cómo profundizar el debate y ampliar las ideas feministas a problemas concretos de la actualidad? ¿Cómo salir de la idea de una revolución declarativa, de la idea de voltear a un enemigo (el macho, el patriarcado) para ir por lo que pasa en lo cotidiano?
-NG: Recordando que el poder es el que determina el destino de las mayorías, y es ahí donde hay que cuestionar, antes que nada. Y el poder no es solo un gobierno, o un partido, o una institución o un país o un sistema, sino una multiplicidad de actores sociales que tienen, justamente, el poder de cambiar las cosas en favor de las mayorías o de las elites que el mismo poder integra.
-¿Sirve la lucha por el llamado lenguaje inclusivo? ¿Realmente cambiaría algo de lo que está mal en el sistema?
-NG: Si el lenguaje inclusivo es una necesidad del pueblo, se va a imponer solito. Si no prende y hay que luchar por él como decís, no era tan necesario.
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