La presidenta del Concejo Deliberante, Marina Sánchez Herrero, ponderó que este año el cuerpo trabajó de forma “incesante” y logró “instrumentos necesarios para que los marplatenses y batanenses tengan una mejor calidad de vida”.

La concejal radical que preside el deliberativo local desde el 9 de diciembre de 2021 trazó un balance “positivo” de 2022 y valoró que la tarea legislativa contempló “la mirada de todos los bloques políticos”.

“Lo primero que destaco es la actividad que hubo en el cuerpo legislativo. Se cumplió la casi totalidad de las sesiones ordinarias que correspondían, además de las extraordinarias y las especiales. También se avanzó con instrumentos legislativos muy necesarios para el Ejecutivo, muchos de ellos en materia de seguridad”, destacó en diálogo con LA CAPITAL.

“Además, se avanzó en cuestiones conceptuales acerca de qué tipo de ciudad queremos y hacia dónde queremos ir. Inclusive, se avanzó en cuestiones que tuvieron que ver con qué tipo de funcionarios queremos, aprobando Ficha Limpia, que fue una iniciativa del interbloque (de Juntos por el Cambio)”, agregó.

-Este año se aprobaron proyectos como el de la Zona Roja, el reconocimiento facial, los decks y el Distrito Tecnológico, entre otros. ¿Está satisfecha con la tarea legislativa?

-Sí, todo eso tiene que ver con el concepto de calidad de vida. Hubo mucha impronta en materia de seguridad, que es un reclamo social para que el intendente pueda avanzar con herramientas tecnológicas muy necesarias. Nosotros, desde el cuerpo deliberativo, acompañamos y generamos el debate. Cada uno mostró el concepto de ciudad que quiere.

-Cuando asumió, se presentó la duda sobre cómo iba a ser la relación con la oposición, que había sido muy buena en el período anterior, en plena pandemia. ¿Cómo la describiría hoy, en la antesala de una elección clave como la del año próximo?

-Cambió el cuerpo. Y eso naturalmente lleva a que los distintos actores tengan su impronta y su mirada. Tanto la oposición como yo asumimos estos lugares desde la responsabilidad. Por sobre nuestras propias miradas están las responsabilidades de los cargos que llevamos adelante. Y mi cargo, entre otras cosas, tiene que ver con la búsqueda de la institucionalidad, del consenso y del diálogo para avanzar en la tarea legislativa. Después, podemos coincidir o no, sacar instrumentos legislativos con miradas comunes o no. Y eso se dio. La muestra es la cantidad de sesiones que tuvimos y los instrumentos legislativos que sacamos. Hubo absoluta libertad, se trabajó en el disenso, con respeto, y todos votamos como lo considerábamos.

-Impulsó proyectos que iban más allá de los debates candentes, como la ordenanza marco para el medioambiente. ¿Está conforme en cómo se trabajó al respecto?

-Es una ordenanza que tiene un fuerte contenido ambiental, con un concepto muy moderno. Nos pone en un lugar distinto, jerarquizando el área, el concepto, acomodando y reordenando la normativa que hay en el municipio. Fue un trabajo conjunto. Tuve reuniones conjuntas con todos los secretarios a los que se les pidieron informes. Ese trabajo fue informado a la oposición y logramos tener una síntesis. Muchas veces, la función pública funciona como si las dependencias fueran compartimentos estancos y, luego, cuando tenés que generar un diagrama general, compatibilizar es el proceso más dificultoso. Bueno, en esta ordenanza marco que buscó unificar la legislación ambiental de Mar del Plata y Batán también unificamos la mirada.

-¿Cómo definiría su relación con el intendente?

-Mi vínculo con Guillermo (Montenegro) es de absoluta fluidez, de permanente diálogo. Más allá de la pertenencia a un espacio político, hoy él es el intendente y yo soy la presidenta del Concejo. El trabajo que él y yo tenemos es conjunto, no solo desde la pertenencia al espacio político, sino también desde la responsabilidad de los cargos que tenemos.

-¿Cómo avanza el proceso de despapelización?

-Cuando llegué al Concejo Deliberante, había un nivel de avance importante en lo que tenía que ver con la digitalización. La pandemia había dado un empujón. Entendimos que no podíamos retroceder un centímetro, y que lo que nos quedaba por avanzar era enorme y chico a la vez: tenía que ver con hacer un Concejo cien por ciento despapelizado y cien por ciento digitalizado. Primero, me reuní con todos los bloques y les hice saber mi intención de avanzar en ese sentido. El apoyo fue unánime. Nadie planteó ninguna dificultad. Luego, me reuní con los directores de las distintas áreas del Concejo y lo que parecía un pedido muy ambicioso resultó un hecho: en agosto supimos que a partir de enero vamos a estar despapelizados y digitalizados. Capacitamos concejales y asesores, pusimos en valor la tecnología del Concejo. Y todo esto fue a costo cero: los empleados del área de Tecnología desarrollaron un programa íntegramente nuestro. Es el primero en la provincia. Todos los concejales tenemos firma digital, están modificados todos los reglamentos internos y generamos una cláusula por la que, salvo una causa excepcional y urgente, utilizar hoy papel en el Concejo sea de nulidad absoluta. Y eso fue una decisión conjunta de todos nosotros: de los bloques y de los trabajadores y trabajadoras del Concejo que hicieron que eso fuera posible.

-¿Cien por ciento despapelizado y digitalizado quiere decir que todos los expedientes estén digitalizados?

-Quiere decir que a partir del 2 de enero todo va a ser digital. Eso va a redefinir no solo la tarea y el funcionamiento del Concejo, sino hasta los espacios del cuerpo. Y para atrás después tenemos que ver qué tiene valor histórico, qué puede ser desechable, qué está dentro del plazo de obligación de guardado. Ese es un proceso que también se inicia.

-¿Cómo evalúa la accesibilidad de los vecinos?

-Tenemos una muy buena página y este año han cambiado todo lo que son las redes. Lo que tiene que ver con el acceso ya era un camino que se venía dando y que nosotros profundizamos. La despapelización y digitalización es un concepto de gestión que tiene que ver con la transparencia, pero básicamente con una mirada de eficiencia y eficacia. Y además con utilizar las herramientas tecnológicas con el concepto de inclusión. Es decir, la posibilidad del acceso. Eso para nosotros es lo más importante. Generamos los instrumentos para definir qué tipo de poder legislativo queremos dejarle a la ciudad.

-¿Cuál es el desafío del Concejo para 2023?

-El Concejo Deliberante no tiene un desafío. Tiene una toma de decisión: acá lo que importa es la tarea legislativa; luego, lo que cada actor del cuerpo tenga (como objetivo) respecto a su realidad política partidaria es algo que deberá ser su esfuerzo. Quiero que se entienda: no es que nos sentamos y lo hablamos, no entendemos que pueda ser de otra manera. Eso es así porque Mar del Plata requiere que trabajemos en instrumentos legislativos para potenciarla, para avanzar en clave de futuro, así como necesidades cotidianas. Hay cuestiones de transporte que se están debatiendo, la cuestión ambiental es de absoluta trascendencia, hay cuestiones de cotidianeidad. Esto requiere que estemos a la altura de las circunstancias, más allá del año electoral. Mi desafío personal es seguir cumpliendo con el mandato que me fue dado tanto por los ciudadanos como por la responsabilidad de llevar adelante la institucionalidad del Concejo que me dieron mis compañeros. Luego, como cuerpo, no hay desafíos, hay trabajo. Tenemos que seguir trabajando por Mar del Plata y Batán.

-El trabajo de los cuerpos legislativos suele resentirse en años electorales. No parece sencillo que, por ejemplo, se consensúe un proyecto como el pliego del transporte.

-Ahí es central darse cuenta qué es lo que la sociedad nos está diciendo. Nos está diciendo que ya es difícil para ellos la realidad y que necesitan que nosotros estemos a la altura de las circunstancias y trabajemos sobre lo que ellos necesitan. Luego, están las cuestiones político-partidarias. Entiendo que el punto de la pregunta es que en años electorales tal vez se dificulten más los consensos. Bueno, eso es lo que hoy la ciudadanía nos reclama, que entendamos que las dificultades tienen que ser solo para ver cómo resolvemos su problemática. Lo otro es partidario. Está bien, porque cada uno muestra el tipo de sociedad al que quiere ir y está bien que se lo haga saber al ciudadano, pero no está bien que eso entorpezca la función para la que fue electo.

Tecnología “en clave de inclusión” y una norma “a la altura de las circunstancias”

La titular del Concejo Deliberante, Marina Sánchez Herrero, subrayó el impulso que este año se dio al Distrito Tecnológico, al tiempo que remarcó que la ordenanza de la Zona Roja llegó para “resolver una problemática”.

“La realidad es que yo hace mucho vengo viendo la importancia de la tecnología en clave de inclusión, puesta para mejorar la calidad de vida de la gente. Mar del Plata es el quinto polo tecnológico y lo que hicimos a nivel provincial, que tuvo una mirada muy uniforme, fue incluir a Mar del Plata en la ley de incentivo”, señaló a LA CAPITAL.

“La cuestión tecnológica en Mar del Plata es una gran generadora de empleo, de avance en el derrame natural en las otras áreas de la sociedad y somos un referente nacional. Queríamos ser el distrito eje en la provincia de Buenos Aires y sobre eso trabajamos mucho”, agregó.

Enseguida, apuntó: “Al Distrito Tecnológico queremos potenciarlo; de hecho, desde el Concejo se avanzó en incentivos al área, nos adherimos a la ley provincial y vamos a seguir trabajando para incentivar la actividad. Estamos convencidos de que derrama positivamente en todo: turismo, salud, educación, industria. Incentivarlo es una política pública”.

Además, la presidenta del Concejo destazó la ordenanza de la Zona Roja. “Tenía que ver con una problemática que planteaban los vecinos y había que resolverla. Nosotros le dimos el instrumento legislativo y el Ejecutivo adoptó las decisiones que tenía que adoptar a partir de esa situación. Y me parece que en eso estuvimos a la altura de las circunstancias”.