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Interés general 23 de diciembre de 2022

Hacia un bimonetarismo nacional ahorrando en Argentino Oro

Por Paulo Germán Ares*

Argentina es un país con dos monedas instituidas por ley. Por un lado cuenta con una de curso legal que es el Peso, establecida por la ley 23.928. Pero gracias a la nunca derogada Ley 1130, también cuenta con el Argentino Oro. Esta última cotiza trimestralmente en el BCRA pero su aprovechamiento es muy bajo e incluso puede ser que el lector de esta nota, se esté anoticiando de la existencia de dicha moneda a partir de estas líneas. Aun así los argentinos tenemos históricamente naturalizada la circulación de otra unidad monetaria que no es de curso legal: el dólar.

En nuestra cotidianidad, los ciudadanos de a pie, vemos cómo los agentes económicos le asignan una primacía al dólar sobre el Peso, y además de convertirse en reserva de valor, la divisa norteamericana, se utiliza para un número creciente de operaciones de la economía –inmobiliarias, automotores, turismo, insumos industriales, etc.-, y también funciona como unidad de cuenta e inclusive para transacciones. En este punto no habría que dejar de mencionar el agravante que implica que se vaya generando un daño estructural en la economía, ya que el ahorro individual en dicha moneda extranjera, fruto del esfuerzo personal y familiar, no redunda en un bien común que ayude a estabilizar la macroeconomía, sino que por el contrario, termina siendo un factor de desestabilización.

Es fundamental para la comunidad nacional encontrar el modo en que nuestro esfuerzo de ahorro individual tenga al mismo tiempo como resultado un proceso virtuoso para fortalecer el sistema financiero, económico- productivo y social, que no implique el riesgo de perder en una devaluación del Peso, los esfuerzos personales y familiares acumulados.

En este contexto existe una posibilidad que podría ofrecer el sistema financiero “nacional”, que hoy nos permite con mucha facilidad ahorrar en moneda extranjera. Esa alternativa consistiría en que haya acceso a una caja de ahorro de Agentino Oro. Esta moneda que fue creada por la ley en el año 1881, bajo el criterio del patrón oro, tiene el valor del oro mineral con una pureza de 0,900 de 8,0645 gramos. El BCRA publica su cotización en forma trimestral.

 

argentino oro

 

No es necesario acuñar el Argentino Oro, pues la idea no es que circulen dos monedas nacionales, sino que el BCRA emita un certificado de tenencia garantizado con reserva de oro, y quede expresado en las nuevas cajas de ahorro de todas las entidades del sistema financiero. Por lo tanto el objetivo no sería retirar el ARGENTINO ORO ahorrado, sino que cuando decidamos salir de dicha inversión se nos pague el valor en PESOS, que estaría garantizado por el BCRA. En este sentido la cotización tiene que seguir siendo oficial, pero ya no trimestral sino en tiempo real y con un mecanismo transparente en relación a la cotización del oro.

Hoy el BCRA tiene 61,74 toneladas de reservas de oro (con la onza a más de U$S 1600 son más de 3.500 millones de dólares), solo contabiliza lingotes de mineral refinado en bóveda y los certificados de tenencia en otras entidades. Sería beneficioso la incorporación del bullion doré de la minería nacional cuya producción está creciendo, hoy más de 40 toneladas al año, y se podría obtener con PESOS. Más importante aún son los contratos de futuros oro en el mercado internacional, estos le permitirán al BCRA actuar rápidamente frente a una gran demanda.

Estas reservas no deben estar condicionadas al reconocimiento del sistema financiero internacional, lo que conviene al país es que el ahorro individual del ciudadano argentino se transforme en un medio virtuoso de acumulación de reservas colectivas en el BCRA, y que gradualmente la entidad lo certifique como reservas bajo normas internacionales. Es fundamental cambiar gradualmente el actual sistema de ahorro en moneda extranjera, -aproximadamente unos U$S 350.000 millones- que no nos permite una acumulación colectiva virtuosa. Esta suma de dólares implicaría aproximadamente de 750 millones de Argentino Oro y una reserva superior a las 6000 toneladas de oro.

Si se llegase a captar con el Argentino Oro el 50% de lo que la ciudadanía ahorra en dólares, el BCRA podría duplicar sus reservas de oro en el término de un año, sin otro esfuerzo que encauzar la pulsión de poseer una moneda fuerte hacia la nacional y liberar la moneda norteamericana para ser utilizada en importaciones que necesite el sistema productivo. Esto sin ningún tipo de riesgo para la autoridad monetaria, que además, una vez reglamentado el nuevo instrumento de ahorro, podrá darle otras funciones en las operaciones dentro del sistema financiero.

Sin tener como horizonte que el Argentino Oro se transforme en una competencia que desplace al Peso, como regla general no deberían permitirse las transferencias entre las nuevas cajas de ahorro y su utilización en los contratos de comercio interior. Aunque esta regla podría tener excepciones, por ejemplo: las transferencias en un caso de sucesión o con el tiempo, si conviene, habilitar las transacción de bienes registrables y, con cierto estímulo, en el comercio exterior, bonificando la tasa de estadísticas a quien importe pagando con esta moneda. También en la medida que la utilización del Argentino Oro sea exitosa, será inevitable su uso como “unidad de cuenta” y “transacción”, además de naturalmente, “reserva de valor”.

En Argentina tenemos un bimonetarismo atrofiado (Peso-Argentino Oro), porque no se le permite al pueblo ahorrar en una moneda fuerte nacional y se le da en la praxis cotidiana de vinculación con el sistema financiero como única opción la moneda extranjera que erosiona el tejido financiero, económico-productivo y social. Si lo ponemos en proporción lo que existe hoy ahorrado en dólares es aproximadamente noventa y nueve (99) veces a uno (1) a lo que el BCRA tiene en oro.

Hay una oportunidad y un desafío de revalorizar un bimonetarismo nacional dando la posibilidad (opción) al pueblo de ahorrar en el Argentino Oro, que tiene un valor intrínseco por su conversión legal al oro -cosa que no sucede con las monedas extranjeras- pero además, se le debe dar un tratamiento impositivo (Impuesto País, Ganancias, Personales) similar al Peso en cuanto que es una moneda nacional, y transformarlo en una opción competitiva para el ahorro individual.

Para finalizar, esto va más allá del cálculo de rentabilidad financiera, que dependerá de la relación oro-dólar, pues se fundamenta en la propia conciencia de un pueblo que necesita desarrollar procesos de circulación monetaria sinérgicos (cooperativos) que le ayuden, aunque sea lenta y gradualmente, a consolidar con su ahorro a la Nación en términos financieros, económicos-productivos y sociales.

*Abogado. Socio Fundador de Fundación Pro.Y.E.C.T.Ar. (Programas y Estrategias de transformar Argentina), Autor de varios libros: “Perón vs Kissinger”, Ediciones Fabro, 2013/ 2° Ed 2020; “Argentina 2030”, Ediciones Fabro, 2014; con Miguel Barrios de: “Repensar a Perón”, Ediciones Fabro, 2016. y “Teología de la cooperación” (tesis), Editorial Intercooop, 2018 / 2° Ed Ediciones Fabro 2019.-.



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