“Todo lo que nos rompió el corazón”, la nueva obra de Banal, colectivo de artes escénicas, es el resultado de un largo proceso de reflexión, análisis y creatividad de sus fundadoras, las artistas María Elías Monserrat y Catalina Sánchez Palacios.

La performance tendrá su estreno este sábado 17 de diciembre a las 22, en Soma Danza (Libertad 5067).

La puesta cuenta con la actuación en escena de Monserrat y Sánchez Palacios, la intervención de la actriz Ainhoa Mendiola, la escenografía multimedial y performance en vivo de Luciano Lomastro, música original de Rubén Montoya -ganador del premio Argentores por la música original de Has Vivido?, la anterior obra de Banal-, quien también realiza la técnica de sonido y luces de la puesta, diseño de iluminación de Diego Montoya, vestuario de Silvana Briñuzzone, maquillaje de Cecilua Ventura y asistencia de producción de Camila Palos.

En esta obra, Monserrat y Sánchez Palacios se sumergieron en un proceso creativo en el que preguntas “muy personales” fueron el disparador de una serie de diálogos, reflexiones y análisis a partir de las que indagaron en sus historias, sentimientos y experiencias, en torno a temas tan cotidianos como profundos, para dar forma a una puesta artística que busca ofrecer a las y los espectadores un espacio de disfrute y contención para compartir sus propias reflexiones.

“Todos experimentamos y observamos, pero creo que el artista le encuentra una vuelta y muestra al resto una mirada sobre lo que está subyacente, que te permite notar algo que no ves en lo que ves todos los días, esa sutileza” definió Sánchez Palacios en una charla con LA CAPITAL.

Todo ese caudal de emociones y sentimientos está plasmado en la danza de las dos artistas, la actuación y la puesta multimedial, en la que la comunicación y el valor de la amistad, son algunas de las respuestas clave.

“La obra empezó con esa idea de hacernos preguntas. Yo tenía una lista muy larga de preguntas y terminamos usando 70, que fuimos respondiendo durante un proceso muy largo, de mucha charla y de ir volcando al movimiento todas estas respuestas que luego trabajé también con Ainhoa, para la parte que ella genera en escena” contó la directora coreográfica de Banal.

Si bien toca fibras emocionales, muchas dolorosas, la artista indicó que “la obra tiene un aire un poco cómico en algunos momento, bastante inesperado por su título, pero intentamos que sea tierna, más allá de la temática”.

En ese sentido, contó que “buscamos hablar de este tema que es oscuro difícil, buceando en los momentos que pueden ser más terribles para cada uno, pero desde un ámbito seguro, de contención y con la idea de que si querés llorar, acá -en la obra- te abrazamos. Generamos este ambiente cálido para que todos podamos estar tranquilos o permitirnos ser vulnerables, abrazarnos en la emotividad” aseguró la artista, reivindicando, justamente, esta vulnerabilidad a pesar de que “a veces está mal vista”.

“Hablamos de todo lo que nos ha roto o puede rompernos el corazón. Las relaciones de pareja seguramente nos pueden romper el corazón, pero hay muchas otras cosas que a lo largo de la vida generan esa sensación del corazón partido. Conectamos con todas ellas y por eso estuvimos investigando bastante alrededor del corazón como órgano, las cosas que pasan de la sangre, el flujo y conectamos con las lágrimas, con el agua, del agua a la corriente y la comunicación, en una línea que fuimos llevando desde los patrones que encontramos que se repetían en nuestras respuestas a preguntas muy distintas” reflexionó.

“Encontramos un montón de vinculaciones entre la comunicación -y la falta de comunicación- con los corazones rotos y ahí hay preguntas que no respondemos, para que el público pueda descifrarlas, para que cada uno encuentre su propia respuesta” señaló, al tiempo que también llegaron a cómo “las amistades funcionan de una manera distinta a otros vínculos y este amor de la amistad, tan particular, sobre todo de la amistad entre mujeres”.

En ese sentido destacó que “este vínculo es tan particular que ofrece un espacio de seguridad que te permite despojarte absolutamente de la dignidad y el orgullo, que permite descuidar las formas y exponerte al 100, porque hay confianza, porque te sentís en un lugar seguro. Y eso es lo que intentamos también en esta obra, ofrecer un lugar seguro”.

Si bien no hay una continuidad literal entre “Has vivido?” y “Todo lo que nos rompió el corazón”, “si fuiste a ver la otra obra, seguramente encuentres cosas en común. Aunque son muy distintas, podría ser que como a nosotras una pregunta nos llevó a la otra, quizás al público también le pase” señaló Sánchez Palacios.

Tras el estreno “Todo lo que nos rompió el corazón” se podrá ver el 15 de enero también en Soma Danza y el 29 de enero y 26 de febrero en El Club del Teatro.