“Un artista de murga tiene que saber que todo el año es Carnaval y que la alegría de la denuncia y la búsqueda de esperanza duran todo el año”, resume Leticia Doumic -gestora cultural de la murga Confusa Algarabía- el espíritu de trabajo de este colectivo.

Tras dos años de trabajo, esta nueva murga debuta en la escena local con su primer espectáculo: “¿Qué hacemos con la torta?”. Será a las 21 de este sábado en el Teatro Auditorium.

“El cansancio se disfruta en esta familia elegida, siempre va a haber un compañero para contener y apoyar. Y aunque la puesta más fuerte es en febrero, para tener un febrero hace falta mucho esfuerzo y bastante dinero para trabajar todo el año“, indica Doumic sobre el intenso trabajo de armado de cada show, con ensayos sostenidos durante el año que se realizan en la Biblioteca Juventud Moderna.

Los dieciocho integrantes de la agrupación se pondrán bajo las órdenes de esta historia, que transcurre en un antiguo casco de estancia. Allí, un grupo de profesionales trabaja desde temprano en los preparativos de lo que se presume será una fiesta inolvidable, bajo la supervisión de un detallista organizador de eventos. Pero lo que parecía ser una noche propicia para la celebración y el encuentro, se va transformando de a poco en un escenario donde la indiferencia, el egoísmo y las miserias de los invitados ponen en evidencia las problemáticas de una sociedad atravesada por la violencia, la injusticia y la desigualdad.

Formada en 2019, la murga tenía listo su primer espectáculo pero, en el medio, ocurrió la pandemia de Covid-19. “Teníamos todo armado, pero lo que estaba escrito quedó fuera de la actualidad, más el tiempo de aislamiento que impedió el encuentro”, recuerda Doumic, quien no olvida que de las lecciones se aprende.

“De aprovechar las oportunidades se trata, así que nos dimos tiempos para investigar sobre las problemáticas sociales sin abordaje o aquellas que aún siendo visibilizadas, no llegan a mejorar la calidad de vida de las personas”. Así es que surgió este primer espectáculo.

“¿Qué hacemos con la torta? es un sueño de más de dos años y tremendo trabajo de más de un año de muchos compañeros que restando tiempo a la familia y al descanso se montan al hombro desde el canto a la costura, solo por amor a este género que incluye tantas ramas del arte, y lo hacen con compromiso social”, siguió.

-¿Qué es lo que viene a denunciar el espectáculo?

-En la murga uruguaya la canción, los diálogos y el vestuario no son sólo sinónimo de alegría sino también de compromiso social. La murga denuncia, contesta, cuenta e informa desde el humor y la ironía de sus canciones. En este espectáculo, Confusa Algarabía propone revelar los asuntos pendientes de una sociedad acostumbrada a resignarse a hacer siempre las preguntas equivocadas; con la única certeza de no tener respuestas acerca de cómo se cambian las cosas, pero con la convicción de que vale la pena seguir intentándolo. En “¿Qué hacemos con la torta?”, lo que parecía ser una noche propicia para la celebración y el encuentro, se va transformando de a poco en un escenario donde la indiferencia, el egoísmo y las miserias de los invitados ponen en evidencia las problemáticas de una sociedad atravesada por la violencia, la injusticia y la desigualdad.

-¿Por qué decidieron llamarse Confusa Algarabía?

-Muchos de los compañeros que formamos hoy Confusa Algarabía venimos con más de quince años de desarrollo en el género. Algunos integraron las primeras murgas de estilo uruguayo de Mar del Plata y han ganado varios premios en el Uruguay. Se sumaron otras personas, varios profesores de música reconocidos y amigos que con mucho amor fueron aprendiendo. Hoy somos un grupo compacto, super predispuesto a la exigencia que requiere nuestro proyecto y con la excelente dirección de Leo Silva y Bruno Viviani.