Por Horacio Tettamanti

Llama la atención la sincronizada campaña de las foráneas ONGs contrarias a los proyectos estratégicos que impulsan los gobiernos argentinos a los efectos de crear las condiciones mínimas para permitirle al país retomar una senda de progreso y desarrollo económico.

No hay ninguna duda que la triada fundamental para consolidar cualquier proceso virtuoso de producción, trabajo y empleo esta definida por la energía, la logística y la política monetaria. Herramientas elementales donde el ejercicio soberano del estado es determinante.

Abandonar estos resortes básicos a la lógica del mercado en países como la Argentina significaría condenar al país a un proceso de decadencia y empobrecimiento perpetuo. En un mundo en crisis en un virtual estado de guerra estos conceptos se hacen doblemente válidos.

El país, la provincia de buenos aires y la ciudad de Mar del Plata están frente a una oportunidad histórica excepcional, la colección de evidencias sólidas de la existencia de importante yacimiento de gas y petróleo así lo acredita.

Esta instancia amparadas por las leyes nacionales y rigurosos procesos de protección del ambiente que nuestra legislación dispone aseguran que este importante proyecto de explotación se desarrolle en igualdad de condiciones en que sus similares lo hacen en los más adelantados países líderes en esta materia.

Llama también la atención el ruidoso silencio que, emprendimientos similares que actualmente de desarrollan en las aguas ilegalmente ocupadas por el Reino Unido, en el Atlántico sur, es dispensado por esas mismas organizaciones.

También es fácil corroborar que el origen del financiamiento de estas ONGs son mayoritariamente pertenecientes a fondos y empresas del mismo origen del ocupante ilegal de nuestras islas Malvinas.

Es evidente observar el permanente interés, también, de estos grupos económicos extranjeros en instalar procesos mediáticos, judiciales y políticos tendientes a impedir u obstaculizar el normal desarrollo de estos estratégicos emprendimientos nacionales.

En estos momentos críticos de la economía nacional donde se hace imperativo lograr la autonomía energética y la sustentabilidad financiera de nuestra moneda se hace más  necesario que nunca la presencia de un estado fuerte y determinado en custodiar estas áreas estratégicas de gobierno de este tipo de operaciones.

Pero además se hace mas necesario que nunca que las organizaciones libres del pueblo , sus ambientes académicos , empresarios y las organizaciones gremiales de los trabajadores en sus más amplias expresiones construyan en forma solidaria una gran base de licencia social para dar la cubertura y debida protección a la acción de gobierno en el impulso de estos  emprendimientos estratégicos poniéndolo a resguardo de este tipo de estrategias de sometimiento.

También debemos advertir la permeabilidad que este tipo de operaciones han logrado en nuestro sistema judicial de tal forma que se debilitan las posibilidades de poder controlarlos.

La debilidad de nuestras instituciones, la falta de políticas de estado, y la permeabilidad de nuestro poder judicial han colocado a estos proyectos en zona de alto riesgo de naufragar.

Esperemos que el ejemplo dado por las fuerzas vivas de mar del para en defensa de sus derecho al progreso y al trabajo sea tomado como ejemplo a lo ancho y largo del país y logren evitar que una vez mas la Argentina se deslice por los caminos del fracaso y de la decadencia

Las consecuencias sobre nuestro país podrían ser devastadoras.

Todavía estamos a tiempo.