El apellido Chávez resuena en las crónicas policiales de Mar del Plata desde hace años. No se trata de un apellido poco frecuente y que solo lo llevan los miembros de una sola familia. Sin embargo, una rama de esa descendencia, numerosa y principalmente asentada en el barrio Nuevo Golf, es asoma relaciona a episodios de extrema violencia y algunos de sus integrantes han estado vinculados a crímenes, ya sean como víctimas o victimarios, e incluso a otros delitos que parecen imposibles en una ciudad en el siglo XXI como las peleas ilegales de gallos.

El asesinato de Ezequiel Aguirre Chávez (18) abrió un sangriento capítulo más: es que al joven, de 18 años, lo asesinaron de un disparo en el pecho en el barrio Nuevo Golf, según trascendió por una absurda deuda de 200 pesos. Por el crimen se encuentran detenidos Cristian “El Eléctrico” Duarte y Gastón “Chaky” Serrano. Al entregarse, Serrano presentaba un disparo en una pierna, presuntamente recibido durante la confrontación en la que resultó baleado Aguirre Chávez. 

El apellido Chávez también fue protagonista de uno de los hechos más sangrientos y resonantes de los últimos años: “La Matanza de El Martillo”, en la que Nelson Alderete asesinó a Brian Falcato (17) y a Francisco Chávez (15) y luego fue linchado por una turba iracundo que clamó venganza.

En 2019 el Tribunal Oral en lo Criminal N° 3 condenó a prisión perpetua a Mariano Lezcano, Alexis Juárez, María Belén Palavecino y Ángel “Baggio” Chávez, primo de una de las víctimas y también familiar de Ezequiel Aguirre Chávez (18).

“Baggio” Chávez.

La matanza de El Martillo contiene una trama de sangre, venganza y muerte que comenzó en 2010, con la muerte de Martín Sotelo, hermano de Belén Palavecino. Por este homicidio, la mujer culpó a Martín Moyano, quien había salido a “laburar” con Sotelo y ese “laburo” había sido intentar robarle a un “transa” del barrio. El crimen quedó sin resolver, pero lo cierto es que Sotelo falleció y Moyano escapó del lugar, algo imperdonable para Palavecino.

El 30 de abril de 2017 Martín Moyano fue asesinado al salir de la cárcel de Batán, lo que fue la antesala a los crímenes del 7 de mayo de ese año.

La muerte de Moyano fue el punto de quiebre definitivo en la compleja “armonía” del barrio El Martillo, lo terminó de definir en dos bandos claros: por un lado Belén Palavecino, Mariano “Chaqui” Lezcano y las familias Chávez y Juárez y, por el otro, la familia Moyano y Nelson Alderete.

El 7 de mayo, Nelson Aderete, queriéndose vengar de Lezcano por la muerte de Moyano, disparó al auto que el joven manejaba y asesinó a Francisco Chávez. El asesinato de este adolescente fue lo que motivó la venganza, el linchamiento de Alderete. Brian Falcato moriría esa misma noche, al intentar ingresar en la casa que estaba escondido Alderete.

“Baggio” Chávez fue detenido poco después de la matanza, pero insólitamente se escapó cuando era trasladado en un camión del Servicio de Traslado de Detenidos. El 11 de mayo fue recapturado: estaba en la casa de Gianelli y calle 71, esto es en el domicilio de su primo “El Viejo Millán” Chávez.

El “Viejo Millán”, padre de Ezequiel Aguirre Chávez

Detención de “El Viejo Millán” Chávez.

En marzo de este año, Walter “El Viejo Millán” Chávez fue condenado a 14 años de prisión por un jurado popular por haber asesinado a Marcos León (26) en el barrio Nuevo Golf. “El Viejo Millán” es justamente el padre de Ezequiel Aguirre Chávez, el joven que murió este domingo.

El crimen de León, ocurrido en 2018, tuvo algunos ribetes singulares, ya que en verdad a quien habían ido a buscar para tomarse venganza era a su hermano.

Los tres hombres que llegaron a la casa 2 de la Manzana 11 entraron armados y preguntaron por el joven y al no encontrarlo Chávez se dirigió a una de las habitaciones donde se hallaba Marcos León. Allí, en medio de una discusión, disparó contra el joven y la bala le impactó en el pecho.

Un gallo para “Esculapio Chávez”

En el marco de una investigación por comercialización de drogas, en agosto de 2019 la policía allanó una casa en Gianelli y 73 donde, si bien no se hallaron estupefacientes, fueron secuestrados casi 170 gallos cautivos en jaulas que eran utilizados para realizar peleas ilegales. Riñas de gallos en la periferia marplatense que estarían a cargo de uno de los mayores del clan Chávez, apodado “Esculapio”, justamente por la popular serie argentina que graficó el mundo del hampa en el Gran Buenos Aires.

Si bien “Esculapio” Chávez quedó en el centro de esa causa por infringir la Ley Sarmiento (de maltrato animal) no fue imputado de ningún delito vinculado a la venta de drogas.

El costado sangriento del barrio Nuevo Golf

Ezequiel Aguirre Chávez fue baleado a pocas cuadras de donde en febrero de este año fue asesinada Romina Gilardi, quien se encontraba en el interior de una casa de calle 71 al 4600 a la que un joven disparó tras discutir con el padre de la víctima, supuestamente por una diferencia al momento de pagar una gaseosa.  El almacén de los Gilardi queda a tan solo 2 cuadras de la casa de los Chávez y a un poco menos de donde fue baleado Ezequiel Aguirre Chávez.

Según consta en la causa, esa madrugada de febrero el padre de Gilardi discutió con Francisco Santoro, quien antes de retirarse en su automóvil prometió vengarse. Media hora después regresó en auto a baja velocidad y realizó varios disparos con una pistola calibre 22. La mayoría de los proyectiles impactaron en el frente del inmueble y otros llegaron al interior de la despensa, donde se encontraban los Gilardi y también un hombre de 56 años. Una bala perforó la espalda de Romina Gilardi, que había salido de su casa y llegado para interiorizarse de la pelea de minutos antes. Las lesiones que sufrió fueron fatales y su fallecimiento se confirmó en el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) a las 6 de la mañana.

Ya sea por una deuda de 200 pesos o por la diferencia al comprar una gaseosa, en el barrio Nuevo Golf de Mar del Plata parece que cualquier monto, por más bajo o ridículo que sea, es un motivo suficiente para asesinar a otra persona. O al menos esas son las explicaciones que le dan a la Justicia.