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Arte y Espectáculos 8 de noviembre de 2022

Se estrenó “La uruguaya”, una película con casi dos mil socios coproductores

Tiene el sello de la Comunidad Orsai. Fue financiada colectivamente por socios anónimos que aportaron dinero para su realización. La directora es Ana García Blaya, una cineasta que se encargó de hacer su aporte feminista a la historia.

El equipo de "La uruguaya".

 

“Tuve plata, libertad y una red de gente que aportaba cosas, fue ideal”, aseguró en Mar del Plata la directora de la comedia “La uruguaya”, Ana García Blaya. El filme, realizado con el aporte económico de 1961 socios coproductores, resultó una experiencia de financiación colectiva que lideró la Comunidad Orsai, que impulsa el escritor Hernán Casciari.

Con las actuaciones de Sebastián Arzeno, Fiorella Bottaioli, Jazmín Stuart y Gustavo Garzón, entre otros y otras intérpretes, el filme desembarcó ayer en la competencia internacional del Festival de Cine de Mar del Plata, antes de que llegue a una plataforma on demand -no se dio a conocer el nombre- que la adquirió.

 


"Si eligieron a una directora mujer, entonces bancate la pelusa", dijo García Blaya.

“Si eligieron a una directora mujer, entonces bancate la pelusa”, dijo García Blaya.


 

Está basada en la novela de Pedro Mairal, “La uruguaya”, y es la historia de un escritor en crisis que viaja a Montevideo, Uruguay, para realizar una transacción de dinero y, de paso, reencontrarse con una mujer de ese país que conoció un tiempo antes y con la que mantiene una relación virtual, mientras su matrimonio entra en una zona de hastío.

Rodada en pandemia, durante el año pasado, la película es exponente de un sistema de financiación colaborativo por el cual las personas interesadas tuvieron acceso a donar entre uno y doscientos bonos de cien dólares cada uno. Ese dinero se utilizó para pagar el costo de la producción del filme.

Ahora, la venta a una plataforma permitió que los socios pudieran recuperar el dinero donado. “La gente que puso plata la recuperó, porque la película se vendió a una plataforma, aunque también seguirá su camino en festivales“, se anunció este martes durante la conferencia de presentación del filme, realizada en el foyer del Teatro Auditorium.


La conferencia en la que se presentó "La uruguaya".

La conferencia en la que se presentó “La uruguaya”.


 

“Yo era parte de la comunidad Orsai -contó la directora-. Cuando me llamaron pensé que era para poner plata y en realidad era para que la dirigiera. Dije que sí automáticamente”.

Premiada por su opera prima “Las buenas intenciones”, en la que también dirigió a Jazmín Stuart, García Blaya aseguró haber trabajado en condiciones ideales y se mostró muy satisfecha con el aporte feminista que pudo darle a la historia.

“El sistema (de financiación) fue muy lindo, porque yo conozco esa comunidad y la entiendo bien, en este caso me dieron mucha libertad, porque había gente que no venía del palo del cine y estaba dispuesta a aprender y no tanto a decir cómo tenían que ser las cosas”, contó a LA CAPITAL.

 


Sebastián Arzeno y Fiorella Bottaioli, la pareja protagónica.

Sebastián Arzeno y Fiorella Bottaioli, la pareja protagónica.


Consultada sobre si este original procedimiento de financiación podría emplearse para la producción de otras películas, la cineasta dijo que el acierto se centra en el grupo que supo armar Casciari.

“Me parece que acá el capital real es de la comunidad que tiene Hernán Casciari, que lo sigue, cualquier influencer pude pedir que le pongan plata, ahora que la pongan es otra cosa. Pero Hernán tiene una comunidad a la que en diez años le cumplió siempre, tiene una revista, libros, un sistema de suscripciones anticipadas. Había un riesgo muy grande de que esa plata no volviera, pero aún así la gente la puso igual”.

“Mi ideal sería laburar con el Incaa (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) y que haya un grupo de gente tan generoso que te financie la peli y que adelante ese efectivo, porque el problema en realidad es la financiación, no la obtención de los créditos. Adelantar ese dinero es importante para producir”.

En todos los roles

El trabajo fue colectivo en todos los roles: la escritura del guion, la búsqueda de locaciones, la participación de muchos de los socios coproductores como extras y hasta las decisiones que tomaba el equipo que armó la directora.

“Mi equipo tuvo que hacer reuniones abiertas por zoom y contar por qué hacíamos las cosas así. Explicando aprendés, te preguntás cosas”, agregó.

La presencia de esos casi dos mil socios coproductores forjaron una suerte de “músculo productivo”, tal como los llamó el productor general, que permitió que el proceso de realización fluyera con sinergia.

El proceso fue angelado, no tuvimos ni un enfermo de Covid, tuvimos extras que eran socios coproductores, contamos con gente que jamás pensábamos que íbamos a llegar porque siempre había uno que conocía a alguien, la red fue realmente un músculo productivo, apoyaron en momentos de máximo estrés, fue una red de contención y de buena onda, la sentí”, aportó.

Su visión del mundo en la que prevalece la búsqueda de sororidad y la igualdad entre hombres y mujeres se deja ver en esta historia. Una remera violeta con la frase “Ojos de videotape”, en alusión a la canción de Charly García, que todo el tiempo lleva el personaje de Fiorela Bottaioli, avisa sobre lo que viene: una película feminista.

“Vivo una vida así ahora (feminista), creo que no podría hacer otra cosa, espero que sea bien recibida, estoy orgullosa de aportar algo y creo que quienes me encargaron la peli se habrán imaginado: llamando a una directora mujer, en esta historia tan particular con una mirada tan masculina y tan varonil, algo de esto iba a pasar, no se si imaginaron tanto”.

En los detalles que tiene el filme lo mismo que en la historia central el contenido a favor de la fuerza de las mujeres se advierte en la aparición de otras representaciones: otro modelo de amor, otra vestimenta que llevan las actrices, otras maneras de relacionarse, otro tono y hasta en el poco rencor que una de ellas siente por la otra, a pesar de haber descubierto una aparente traición. “Si eligieron a una mujer para dirigir, entonces bancate la pelusa”, finalizó entre risas.