Aaron Chavez, un joven de 18 años sin brazos ni piernas que viajó desde Jujuy a Mar del Plata para competir en los Juegos Nacionales Evita 2022, cumplió mucho más que el sueño de conocer la ciudad, competir (salió subcampeón en boccia) y descubrir el mar. Antes de regresar confesó su ilusión de meterse al océano a surfear y en menos de ocho horas una increíble cruzada solidaria hizo realidad un momento inolvidable y lleno de emoción.

Entre los miles de chicos y chicas que viajaron a la ciudad por los Juegos, hay historias que superan lo deportivo y se convierten en experiencias de vida que demuestran que, a veces, lo imposible solo tarda un poco más.

Un grupo de familias muy humildes de Jujuy despidió hace una semana con lágrimas y nervios a sus hijos e hijas que emprendieron por primera vez un viaje de un día y medio en colectivo rumbo a Mar del Plata para competir en distintas disciplinas en las finales de los Evita.

Entre ellos estaba Aaron, un joven multiimpedido que se sumó este año a la delegación de Jujuy de deporte adaptado en boccia, disciplina en la que compitió estos días en la ciudad alzándose subcampeón.

Pero la alegría no terminaría con una medalla. Al llegar a “La Feliz”, Aaron vio el mar por primera vez en toda su vida. Sorprendido por su color e inmensidad, calló hasta el anteúltimo día su sueño guardado: poder surfear a pesar de su condición física.

Este viernes, a las 7 de la mañana, mientras la delegación desayunaba en el hotel, se animó a decirlo: “Qué lindo debe ser surfear”.

“Ya lo tenía en mente, pero no me imaginé todo esto. Viví una experiencia hermosa que no me voy a olvidar nunca”, le contó a LA CAPITAL.

Fabián Belizán, el profesor de la Delegación de Jujuy de Deporte Adaptado, escuchó sorprendido esa mañana a Aaron, uno de los siete jóvenes con los que viajó.

Ya venía emocionado con todas las experiencias vividas a lo largo de la semana y enseguida pensó si también sería posible cumplir ese sueño, aunque parecía imposible.

En diálogo con LA CAPITAL, el profesor contó que se contactó con Nicolás Miranda, un marplatense que integra la ONG Alambreman, a quien ya conocía de antemano.

“Le hablé a la mañana y se armó una bola de nieve por la que estamos eternamente agradecidos con Nico y con Alambreman. A las 12 me llamó diciendo que la Escuela Mardelsurf podía hacer posible el sueño de Aaron y nos convocaron para las 15, así que después de competir terminamos a la tarde con Aaron surfeando en Mar del Plata, increíble, hermoso y emocionante“, contó el profesor.

¿Qué es Alambreman? Es una ONG que surgió en 2016 integrada por triatletas amateur, quienes generaron la posibilidad de que personas sin recursos pudieran correr triatlones y comenzaron a organizar ese tipo de competencias abiertas y gratuitas para deportistas amateur, siempre con una perspectiva solidaria. Así, han ayudado a distintas entidades reuniendo zapatillas, alimentos, abrigos, medias, útiles escolares y dinero, entre muchas otras acciones. Ayudar a Aaron fue la más reciente.

Al respecto, Nicolás Miranda contó: “Buscamos la vuelta para poder hacer esto posible. Empezamos a tirar mensajes en las redes y Lucas Rubiño de la Escuela Mardelsurf enseguida se solidarizó. Fuimos a buscar a Aaron, lo llevamos a la playa y logramos que pudiera cumplir su sueño”.

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Hora de surfear

La Escuela Mardelsurf, que este verano cumple 19 años de trayectoria y fue la primera escuela de surf y SUP inclusiva del país, enseguida se involucró y convocó a los Alambreman y a Aaron a la playa Puerto Cardiel.

Tras salir subcampeón de boccia y antes de emprender el regreso a Jujuy, por la tarde Aaron llegó a la playa con nervios y fuertemente emocionado por aproximarse a cumplir el sueño que había confesado apenas ocho horas atrás a 1930 kilómetros de su casa.

Integrantes de Alambreman y de la Escuela Mardelsurf, a cargo de Lucas Rubiño y su pareja Yamila Urizar, se pusieron a disposición y ayudaron a Aaron a entrar a la playa y a llegar al mar con una silla anfibia para poder surfear.

“Inauguramos el primer camino inclusivo al mar hace unos días en la playa Puerto Cardiel, donde también tenemos sillas anfibias para que nuestros alumnos puedan ingresar al mar y sentirse seguros. El balneario privado es accesible, ya que también proveemos de sillas anfibias para sus usuarios y tienen carpas con piso de madera, rampas y caminería”, precisó Lucas, responsable de Mardelsurf y profesor de educación especial al igual que Yamila, su pareja.

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Aaron salió impactado. “No lo podía creer, fue todo de imprevisto pero fue hermoso. La escuela Mardelsurf se comportó excelente, me enseñaron muchas cosas, aprendí muchísimo de ellos”, contó el joven a LA CAPITAL tras cumplir su sueño.

Seguido, agregó: “El agua estaba bastante fría, pero no importó, fue todo una emoción que ya les compartí a mis papás en Jujuy y ellos también están felices”.

“Fue una manera hermosa de cerrar el viaje con los Evita que fue muy lindo, lo pasé genial. Quería salir campeón, soy subcampeón pero lo importante es disfrutar más allá del resultado deportivo. Paseamos, disfruté mucho, conocí el shopping, la playa… Mar del Plata es increíble”, dijo antes de subirse al micro de regreso.

En los últimos minutos de su primera e inolvidable estadía en Mar del Plata, el joven expresó su deseo de volver pronto a la ciudad: “La próxima vendremos como paseo turístico con mi familia. Esta experiencia fue única y no me la olvido más. Me voy feliz y orgulloso de representar a todo Jujuy”.

“El esfuerzo vale la pena”

“Mis alumnos son de muy escasos recursos. Vienen de los loteos de la caña de azúcar, así que estar acá en Mar del Plata, competir en los Juegos Evita, conocer el mar y poder cumplir este tipo de sueños no tiene precio. Ver esa carita de frío y alegría de los chicos te emociona, sentís que todo el esfuerzo vale la pena”, dijo el profesor a cargo de la delegación jujeña de deporte adaptado.

Fabián Belizán, todavía con la emoción a flor de piel por lo vivido, contó que hasta unos días antes de viajar tuvieron que “gestionar a las corridas el CUD desde la escuela porque los chicos no lo tenían”. Además, el profesor está próximo a ser padre: “A fin de mes mi señora va a tener familia y me vine a Mar del Plata. Uno deja todo por los chicos”.

Fabián es docente de escuela primaria y secundaria y trabaja en Ledesma, una localidad ubicada a 120 kilómetros de San Salvador de Jujuy. “Le mando un cariño enorme a todo Ledesma”, dijo aprovechando el medio.