Unión del Sur, el club que hace de la sustentabilidad su nueva bandera
El proyecto marca el camino a seguir para evitar que los residuos plásticos tengan un destino seguro y no terminen llegando al mar.
Los postes de madera plástica reciclada colocados en el perímetro de la cancha principal de Unión del Sur.
Ciertas personas, que pueden ser o no sobresalientes en sus respectivos campos de acción, suelen marcar la diferencia a partir de la capacidad (o visión) para transformar situaciones complejas en oportunidades. Bien podría aplicarse esta introducción a Gastón Jury, el presidente del Club de la Unión del Sur (CUDS).
Prestigioso médico gastroenterólogo, Jury reconoce, en charla con LA CAPITAL, que no le gusta estar sin proyectos por concretar y que, por esa razón, siempre está buscando algo por hacer. Incluso más allá de su profesión. A través de la dirigencia deportiva también canaliza ese empuje. Lleva tres períodos como presidente de la entidad de La Josefa y, al margen de la problemática diaria, demandante al máximo en cualquier entidad deportiva, también puede ponerse al frente de una colecta de leche para donar a colegios, por ejemplo.
Sin embargo, el motivo de esta entrevista no tiene tanto que ver con todo lo anterior. O sí. Así lo explica Jury, el principal impulsor del proyecto de sustentabilidad y reciclaje que lleva adelante el club y que puede marcar un camino a seguir.
“Sabemos que durante la pandemia todos los clubes estuvieron cerrados. Y que muchos de ellos resistieron gracias a que los socios decidieron/pudieron ayudar. Durante ese tiempo en que no se podía pensar en lo deportivo, fuimos tomando dimensión de todo lo que implica la sustentabilidad, más allá de la situación económica y de subsistencia, y buscamos darle la forma para que los concurrentes al club se involucraran”, recordó.
Y agregó: “Cuando se empezaron a liberar paulatinamente las actividades, yo tenía un poco más de tiempo y entonces planificamos la generación de algo que fuera más allá de lo deportivo, del rugby y el hockey que son nuestras actividades. Nos dimos cuenta de que las botellas plásticas podían ser representativas de la sustentabilidad y diagramamos una acción que apuntara a la recolección y a generar conciencia. Hablamos con una ONG de Pinamar, lo presenté ante la comisión directiva y la idea prendió. Una mamá de uno de los chicos tiene una consultora para empresas sostenibles, así que realizamos charlas introductorias y eso nos fue enseñando”, dijo.
Gastón Jury, el presidente del club.
Postes de madera plástica
Al mismo tiempo, fue surgiendo una iniciativa paralela. “Adquirimos en Mendoza postes fabricados en madera plástica para parte de la la demarcación del perímetro de la cancha N° 1 y quedaron espectaculares. Sin contar el beneficio de no tener que cambiar los postes de madera cada 3 o 4 años, y de la cantidad de árboles que se talan y la generación de oxígeno que se perdería si se talaran esos árboles. Cierra por todos lados. A largo plazo, un ahorro significativo y, también, la disposición final del plástico que se recicla, evitando la contaminación ambiental”, indicó Jury.
La tarea no es sencilla. Hay que insistir a diario para que la gente, especialmente los más chicos, incorpore esos hábitos. Y los resultados comienzan a aparecer. “Apuntamos a algo mensurable, y con las botellas eso se puede advertir fácilmente -continúa Jury-. Antes, juntábamos 18.000 botellas plásticas en cuatro meses. Ahora, a esa misma cantidad llegamos en 40 días. El impacto a través de un club es gigantesco. Mucho más que el que se puede transmitir a través de una ONG, porque un club tiene un poder de transmisión mayor”.
Como referencia para construir un poste de madera plástica hacen faltan unas 600 botellas. Para almacenar todo ese material que se va acumulando se diseñó un espacio específico en Unión del Sur. Es, por qué no, una especie de obra de arte: el escudo del club, un palo de hockey cruzado en diagonal sobre una pelota de rugby delimita un sector donde se van depositando botellas, tapitas, envases, bidones, etc.
“Nuestro propósito es reunir todos esos materiales de plástico distintos y mandarlo a una fábrica en Vivoratá, que lo procesa y después lo vende. Así evitamos que esté dando vueltas por la ciudad y que, tarde o temprano, vaya a parar al mar”, profundizó Jury.
Allí se depositan los residuos plásticos.
Gimnasios, escuelas, restaurantes
El acopio de ese plástico no solamente proviene de los socios y/o jugadores/as del club y sus respectivas familias. Están involucrados cinco o seis gimnasios de la ciudad, algunos restaurantes, salones infantiles. Se van enterando y se suman a este proyecto que ya tiene unos 18 meses y en el que también participan cuatro colegios: Nauel Huapí, Punta Mogotes, San Roque y Atlántico del Sur (CADS).
Sin embargo, esta encomiable iniciativa encuentra algunos obstáculos, los cuales podrían superarse con el apoyo de empresas o incluso desde el Estado municipal. Nunca está de más recordar que se puede ayudar. En otros países, las empresas están obligadas a hacerse cargo de sus propios residuos, algo muy lejano de poder aplicar aquí.
El inconveniente pasa por una cuestión logística. Como ya se explicó, cada vez son más los comprometidos con la causa y generan un gran volumen de residuos plásticos. Y allí radica el problema. Es muy difícil de trasladar si no se posee el vehículo adecuado (léase camión o similar).
Desde el club se refuerza el aprendizaje que los chicos desarrollan en la escuela sobre el cuidado del ambiente y la sustentabilidad con publicaciones y charlas internas, que incluyen a los padres. Y el propio Jury ha sido invitado para disertar en FortaleceRSE y en la UCIP.
Actualmente, Unión del Sur cuenta una masa societaria que llega a 500 familias. En el predio de La Josefa posee tres canchas de rugby, un espacio de entrenamiento, cinco canchas de mini rugby, una cancha de césped sintético y otra cancha de césped natural, ambas para hockey.
Para poder cercar el perímetro de cada uno de esos sectores, se necesitan entre 800 y 1.000 postes, a razón de 90 a o 100 por cada cancha. Es un proyecto a muy largo plazo, que podría potenciarse con mayor alcance, situación que se encuentra limitada por la comentada problemática de logística. Un cuello de botella que complica una mayor celeridad en todo este proceso.
Con todo, Jury tiene una mirada particularmente optimista. “Esto es muy positivo. Tiene un impacto enorme sobre la ciudad. Pero tenemos que laburar entre todos para hacerlo mucho más masivo. Y un camino posible es replicarlo en los demás clubes”, concluyó.