Los agentes encubiertos que trabajaron para detenerlo aseguran que, durante las tareas de campo, vieron al principal sospechoso a bordo de un automóvil durante 12 horas seguidas: así vendía la droga, listo para huir si es que sus cómplices que actuaban como campana le avisaban que estaba por llegar la policía al inmueble del barrio Las Américas.

Se trata del mismo sitio de Magallanes al 10.400 donde hace un mes apareció el automóvil del remisero Carlos Guzmán (55), horas después de que lo mataran dos delincuentes durante un asalto en el barrio Bernardino Rivadavia. Allí cayó Carlos Conte Savaría, en compañía de tres mujeres que también comercializaban estupefacientes según las pruebas reunidas durante la pesquisa.

La causa en curso, por la que este jueves a la tarde se consumaron las detenciones, está a cargo del fiscal de Estupefacientes Leandro Favaro, quien le ordenó al personal de la Policía Federal Argentina (PFA) la realización de las discretas tareas investigativas tendientes a confirmar si en el lugar indicado se efectuaban transacciones compatibles con la venta de narcóticos. La sospecha siempre estaba sobre esa construcción precaria, ya que contaba con múltiples antecedentes de hechos delictivos y, además, los empleados del Sistema de Emergencias 911 habían recibido varias denuncias alertando sobre esta situación y acerca de la tenencia de armas por parte de quienes lo frecuentaban.

Así, los detectives trabajaron durante varios meses en distintos horarios y lograron recabar material fotográfico y fílmico que demostraba el frecuente ingreso y egreso de personas en el inmueble y en domicilios sitos en el radio de 100 metros, en evidentes maniobras sospechas, y lográndose en más de una oportunidad efectuar procedimientos previos con compradores en las cercanías del lugar.

Conte Savaría, el principal investigado, cuenta con frondosos antecedentes: en su prontuario se observan delitos de diferente envergadura. Inclusive, en el pasado fue acusado por homicidio y otros miembros de su familia también han estado procesados o fueron blanco de ataques a balazos con dos crímenes incluidos.

Su primo, Juan Carlos Conte (23), está imputado por “encubrimiento” y “tenencia ilegal de arma de fuego” tras el allanamiento llevado a cabo el domingo 28 de agosto pasado en el que se encontró en el mismo lugar el automóvil de Carlos Guzmán. De todas formas, se encuentra en libertad ya que no se encontraron indicios de que hubiera participado en el asalto y el crimen del chofer en forma directa.

Los jóvenes, conocidos como “satélites” o “soldaditos” que solían avisarle acerca de la presencia de gente ajena a la zona dificultaron la investigación policial en las últimas semanas. De hecho, los federales tuvieron que utilizar este jueves un colectivo de pasajeros en el que iban más de 30 efectivos para evitar ser descubiertos. A aproximadamente 10 cuadras permanecieron los móviles de la fuerza, que arribaron una vez que fueron asegurados con éxito los objetivos del operativo.

Según señalaron desde la fuerza, en total se allanaron siete domicilios, de los cuales uno funcionaba como un búnker reforzado. A este inmueble ingresó el grupo especial de la PFA denominado Dutif, que logró secuestrar más de 300 envoltorios con cocaína y marihuana listos para ser comercializado, dinero en efectivo, teléfonos celulares, municiones, paneles de chaleco balístico, y elementos de corte y estiramiento.

Todos los detenidos en las próximas horas serán trasladados a la sede de la Fiscalía de Estupefacientes a los fines de prestar declaración por los delitos en los que quedaron incriminados.