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Cultura 26 de agosto de 2022

Grandes libros, pequeños lectores: “Quizás en el tren” y “Todas las tardes de sol”

Reseña de dos novelas juveniles de Martín Blasco, editadas por Loqueleo. "Quizás en el tren" narra sobre las tradiciones de una familia china, mientras que "Todas las tardes de sol" tiene como protagonistas a tres adolescentes que forman una banda.

Martín Blasco nació en Buenos Aires en 1976.

Por María Elena Estruch (*)

 

Tapa de "Quizás en el tren", editada por Loqueleo.

Tapa de “Quizás en el tren”, editada por Loqueleo.

 

Quizás en el tren
Martín Blasco- Andrea Ferrari
Eva Domínguez
Loqueleo- Santillana
Buenos Aires
2018
144 páginas

 

Quizás leer una novela en la cual gran parte de su historia transcurre en un tren nos resulte conocida. Pero lo que hace que Quizás en el tren sea una novela inusual y atrapante es que el tren de esta historia es un lugar de trabajo, donde Jorge, uno de sus protagonistas, es un joven de clase media, aficionado ladrón de celulares. Recorre andenes y vagones esperando la oportunidad para que alguna víctima desprevenida caiga en sus manos.
Un día, encuentra a Alma –o Jiang Li para su familia–, una adolescente que vive con su familia en el Barrio Chino de Buenos Aires. Ella es una de las tantas viajeras que a diario toma el Ferrocarril Mitre y que, en un descuido, su preciado teléfono cae en otras manos. La oportunidad para el delito está y Jorge la aprovecha.
La historia publicada por editorial Loqueleo en 2018 y escrita a dúo por Martín Blasco y Andrea Ferrari, autores de grandes novelas, nos permite conocer las tradiciones de una familia china, sus particularidades y sus desarraigos. Y, por otro lado, abre la problemática realidad de quien roba para sobrevivir.
Quizás en el tren posibilita el debate entre lo correcto, lo propio, lo permitido, al tiempo que se pregunta cuál es el límite entre lo privado, lo ajeno, la libertad para elegir. Palabras de dos escritores, representadas en voces de los protagonistas. En cada capítulo se entrelazan la injusticia, la rabia, la transgresión pero también la ternura y el asombro.
Entonces, avanza la historia en paralelo, como las vías del ferrocarril, con realidades dispares pero que, quizás en el tren, se crucen para cambiar de rumbo.

 

Tapa de "Todas las tardes de sol", novela juvenil de Martín Blasco.

Tapa de “Todas las tardes de sol”, novela juvenil de Martín Blasco.

Todas las tardes de sol
Martín Blasco
Loqueleo- Santillana
Buenos Aires
2017
117 páginas

Leer esta novela juvenil es una oportunidad para conocer el lado musical del autor Martín Blasco, quien, antes de escribir novelas, escribía canciones y las grababa con su banda llamada Fostro, sumando el sonido de su guitarra. Aún hoy proyecta componer y grabar canciones, porque de eso se trata la felicidad, de tener proyectos.
Es muy fácil identificarse con esta historia, con sus protagonistas, Damián y Julia, con los anhelos de la adolescencia, el primer amor, un verano en la playa, el azar, el destino. Hay capítulos que nos remiten a canciones de rock argentino y extranjero, a partir de las cuales estos jóvenes sueñan con formar una banda y compartir el repertorio. Él es un guitarrista apasionado; ella suma la voz, como si saludara el sol, fresca, brillante. Pero aparece Ana, la tercera integrante de este triángulo musical y amoroso. Para que los acordes sigan sonando, la banda “Todas las tardes de sol” debe reunirse, ensayar y seguir con sus sueños y poder mostrarlos en el primer recital en público.
Pónganse cómodos y disfruten de esta melodía acompasada que, seguramente, concluye con un final bien afinado, propio de las buenas bandas.

 

(*) Miembro de la ONG Jitanjáfora.