El pasado martes 25 de octubre dos obreros de la Dirección de Hidráulica del Puerto encontraron flotando el cadáver de una mujer a 200 metros de la costa en la zona de La Perla. Ante el hallazgo los hombres dieron parte a la policía, y actuaron en el hecho la Comisaría Primera y Subprefectura de la ciudad de Mar del Plata. Según relata uno de los hombres que hicieron el hallazgo, identificado como Atilio Pierini, vio flotando algo que podía ser un cuerpo y no dudó en tirarse al agua y arrastrarlo hasta la costa.
El otro sujeto, identificado como Oscar Parisi, dio parte a las autoridades policiales, y el cabo Antonio Santana y el cabo Dámaso Castro se constituyeron en el lugar poco después de las 8 de la mañana, para hacer las diligencias pertinentes en la escena. Constataron un aparente suicidio de una mujer de aproximadamente 45 años, sin elementos que permitan su identificación, que estaba vestida, y sin un zapato. El cuerpo estaba en buen estado, sin rasgos de haber flotado muchas horas en el agua. Se constataron lesiones en la zona del pecho, como resultado de una cirugía posiblemente, que nada parece tener que ver con las causas del deceso.
Una vez sacado el cuerpo del agua y hechas las primeras inspecciones oculares, se decide trasladar en ambulancia el cuerpo de la mujer a morgue del Hospital Mar del Plata, donde se da conocimiento del caso al Dr. Silvio Bellati para la realización de la autopsia correspondiente.
La muerte de la mujer tuvo que haber ocurrido en algún momento entre la 1 de la madrugada y la hora del hallazgo; se presume que llegó a pie a la playa y se subió a la escollera del Club Argentino de Mujeres, desde donde decidió arrojarse perdiendo un zapato, que quedó enganchado entre los hierros de la escollera. No se verificaron signos de violencia en el cuerpo, ni podría sospecharse un homicidio.
Tras las primeras investigaciones se constata que la mujer no era oriunda de la ciudad de Mar del Plata, sino aparentemente de origen extranjero, posiblemente europeo, y que se alojaba en un hotel de la calle 3 de Febrero, en cuya habitación redactó varias cartas de despedida y abandonó el cuarto después de la medianoche del lunes 24, según declaró el cuidador del hotel, José Porto.
Las cartas que habría redactado la mujer estarían dirigidas a un joven de nombre Alejandro, posiblemente su hijo, y a otro hombre misterioso, cuyo nombre no se explicita y al que sólo se menciona con el pronombre personal “Él”. De acuerdo al contenido de última carta –que según cuentan está dirigida a la redacción del diario capitalino La Nación- puede percibirse un desorden mental en el que confunde una cama con el lecho marino, una lámpara con una constelación de estrellas y se alude a una nodriza que la policía no ha podido ubicar. No se descarta que sea imaginaria.
Si bien las investigaciones sobre el hecho continuarán, fuentes policiales indicaron que la hipótesis principal es la de suicido producto de ataques paranoicos y alucinaciones. La mucama del hotel, Celina, dice que la mujer vestía un poncho catamarqueño durante los días anteriores a su fatal decisión, a pesar de que esta primavera marplatense de 1938 es una de las más cálidas desde el comienzo del siglo.
Se presume que los restos de la mujer serán llevados en tren a Buenos Aires, lugar de su residencia. Antes, personas que dicen conocerla bien le harán un homenaje en el Colegio Nacional de Mar del Plata, y sugieren ponerle el alusivo nombre de Alfonsina a la playa donde la mujer se suicidara, en recuerdo del lamentable hecho del pasado martes.