Néstor García: “El jugador argentino sabe lo que hace y conoce el juego”
Entrevista con el entrenador del seleccionado argentino de básquetbol, durante la preparación en esta ciudad.
El entrenador bahiense demuestra un elevado optimismo de cara a las próximos compromisos del seleccionado argentino.
Ha recorrido el mundo como entrenador de básquetbol. Dirigió en Puerto Rico, Venezuela, Uruguay, México, España, República Dominicana, Brasil, Arabia Saudita y, por supuesto, en Argentina.
Si bien ha sido asistente en el seleccionado “albiceleste” y también campeón en el Sudamericano de Resistencia 2012, como entrenador principal, su marca registrada es el primer título con Peñarol, en la Liga Nacional 1993/94. Desde el año pasado, Néstor García asumió como sucesor de Sergio Hernández en el seleccionado masculino y está en Mar del Plata, al frente del equipo que se prepara para la ventana de eliminatorias y la AmeriCup de Brasil. A continuación, la entrevista exclusiva concedida a LA CAPITAL:
-¿Hay diferencias entre haber estado a cargo del seleccionado argentino como interino y estar ahora como entrenador jefe?
-No. El compromiso y la responsabilidad son los mismos. Para mí, haber estado en el Preolímpico de Mar del Plata 2011, como asistente de Julio (Lamas), con el equipazo que había y haber podido clasificar a los Juegos Olímpicos de Londres 20212, fue espectacular. Y después, a varios de esos chicos los pude dirigir para salir campeones sudamericanos. El compromiso es igual. La sensación, también. Es la Selección Argentina, estés en el lugar en que estés.
-¿Con qué grupo te encontraste ahora, con algunos jugadores nuevos?
-Muy bueno. Los chicos nuevos están muy bien. Hay jugadores que compiten a grandísimo nivel y los jugadores que hemos ido citando de la Liga Nacional también respondieron perfectamente. El jugador argentino sabe lo que hace y conoce el juego. Entrena a conciencia, es respetuoso, es educado. Y lo que encontré, en este nuevo ciclo, es que hay muchísimas ganas. Cada vez que hemos convocado, todos han venido con muchas ganas. Y, de verdad, en todos estos días que llevamos entrenando, no he visto nada que no sea algo bueno. Le ponen ganas, tienen buena relación entre ellos, todo lo hay que entrenar, lo entrenamos. También tenemos nosotros un muy buen diálogo. Les consultamos muchas cosas, porque son ellos los que juegan después. Preguntamos mucho porque ellos son los que están adentro de la cancha. Estamos muy bien.
-Muchos han estado en el proceso anterior, vienen jugando juntos hace tiempo y tienen incorporados conceptos que forman parte de la identidad, aunque seguramente le vas a sumar tu impronta como entrenador. ¿Cuáles serían esos lineamientos?
-Las cosas que sabemos que venían haciendo y que están bien, no las tocamos. Seguimos con lo mismo, a lo mejor con alguna variante pero no mucho más. Y después hemos puesto otras cosas nuestras. Porque éste es otro equipo. Totalmente diferente al que jugó desde los Olímpicos de Tokio para atrás, aunque algunos nombres se repitan. Es otro equipo, y le hemos puesto cosas nuestras. Estamos buscando abrir mucho la cancha, intercambiando algunas defensas. Siempre sin apartarnos de la identidad que a los argentinos nos gusta: que todos toquen la pelota, que tengan participación. Estamos haciendo mucho hincapié en eso.
-Hay jugadores argentinos, en calidad y cantidad, por todo el mundo. ¿Cómo se hace, ante una convocatoria, para poder verlos a todos y tener la seguridad y/o la convicción de que son los indicados?
-No es nada fácil. Hay muchas cosas que influyen y hay que tener en cuenta. Primero, los que pueden venir y los que no; segundo, cómo están jugando en sus respectivas Ligas; tercero, los pocos días que tenés en cada ventana; cuarto, la situación que está atravesando el país. Siempre he dicho que la disponibilidad económica es una limitación para traer a los jugadores de afuera; es un gasto grande. Son muchas cuestiones que no lo hacen fácil. Por eso, con el cuerpo técnico pensamos mucho antes de confeccionar la primera lista de 24 jugadores, que ya es difícil, porque a alguno, por diversos motivos, no lo vas a tener. Y después invertimos mucho tiempo en definir los 14 o 15 que van a quedar en la lista definitiva. Tal vez podría ser mejor citar a 12, para evitar el momento nada agradable de hacer los cortes. Pero si tenés 12, corrés el riesgo de que haya alguna lesión. Y te sentís mal porque la regla te lo pide, no porque uno lo tenga que hacer. Seguramente, la elección de los jugadores que son citados sea una de las cosas más complicadas en un proceso de este tipo.
-Y tener que decirle a uno o varios jugadores que no superan el corte debe ser una de las peores…
-Sí, de las peores. No tengas dudas. Es durísimo.
-¿Te da el tiempo para verlos a todos? Porque las estadísticas son importantes, pero no son todo…
-El staff me ayuda mucho. Vamos viendo, vamos siguiendo. También evaluamos estadísticas, obviamente. Al tener a dos entrenadores en la Liga (Gonzalo García y Leonardo Gutiérrez), pueden ver a los jugadores, yo también voy a la cancha a los partidos y veo casi todos por televisión. Buscamos los jugadores que queremos. Hay que mantenerse informado todo el tiempo. Ahora, esto es una cosa. Esta ventana y la AmeriCup. Pero en la ventana de noviembre será otra cosa. Va a ser otro equipo diferente el nuestro. Hay que tener mucha claridad y convicción para saber quiénes son los indicados. Tenemos que ganar para clasificar al Mundial y la eliminatoria es durísima.
-El objetivo prioritario es lograr la clasificación. Pero también es muy importante terminar lo más arriba posible para poder ser cabeza de serie en el Mundial…
-Sí, para ser cabeza de serie hay que estar entre los ocho primeros del ranking FIBA. Nosotros empezamos este proceso con Argentina en el séptimo puesto. Son centésimas. El análisis de ese ranking FIBA no es fácil. No es tan lineal como si ganás o perdés. Se toma en consideración si jugaste de local o de visitante; si ganás por más de 9 o más de 19 puntos; a quién le ganás de acuerdo a ese ranking. Es un estudio matemático. Llegué a contratar de un especialista para que me explicara por qué era así. No es sencillo de entender ni de explicar. Es complejo porque está basado en una fórmula y al día de hoy, todavía no están computados los resultados de la ventana anterior. Clasificar al Mundial es el objetivo principal, pero también tenemos un segundo objetivo que es tratar de ser cabezas de serie.
-¿Cuál es el análisis previo al partido contra Canadá, acaso el rival más difícil?
-Canadá tiene tremendos jugadores. En cantidad y calidad. La mayoría juega en la NBA. Todavía no sabemos cuáles van a ser incluidos en la convocatoria. Tienen un talento increíble. Va a ser un partido dificilísimo. Es un viaje muy largo, además. Y ellos vienen bien. Ganaron todos sus partidos. Pero nosotros perdimos uno solo y me tengo mucha fe. Hemos hecho un gran trabajo. Nuestros jugadores son bravos. Juegan bien en cualquier lado.
-Y Bahamas, rival al que tendremos la posibilidad de ver acá en Mar del Plata, es tal vez más accesible pero no hay que descuidarse…
-No, eso con nadie. Son todos bravísimos. Incluso Bahamas podría traer también a algunos jugadores NBA. Por ahora son rumores. La preparación es clave. Y ahora tuvimos excepcionalmente varios días más, pero por lo general, el tiempo de preparación es muy corto.
-¿Estás conforme con los días y la clase de preparación que se está haciendo?
-Sí, súper conforme. Contentísimo por haber podido juntar a todos durante tanto tiempo. Lo que vivimos en el Dow Center en Bahía Blanca fue buenísimo. Fue la primera vez con nosotros para varios jugadores que no habían estado, y pudimos hacer una gran base información y de todo lo que habíamos planificado. Y acá en Mar del Plata lo pudimos desarrollar a pleno. En los dos lugares, la cancha, las condiciones de trabajo, el hotel, la comida, han sido de primer nivel. Es una muy buena preparación.
Volver a Peñarol
-¿Cuál fue tu primera sensación al entrar al club Peñarol como el entrenador de la Selección?
-Una sensación muy buena. Hermosa. Peñarol es un club del cual sentimentalmente nunca me he desprendido. Y veo que la gente tampoco se ha olvidado de mí. Me pasa que hay chicos que ni siquiera habían nacido cuando yo dirigí en el club. Y vienen, me saludan, se presentan. Tiene mucho que ver con la idiosincrasia de Peñarol. Los abuelos, los padres o quien sea de esos chicos, les han contado toda la historia y lo que significar ser hincha. Siempre tienen presente cosas de toda la historia del club. Y pasa el tiempo y eso sigue manteniéndose. La verdad es que la gente de Peñarol es impresionante.
-Es indudable que aquel primer título de 1993/94 ha dejado una marca imborrable. En tu carrera y en la gente…
-Claro. Fue como el inicio de muchas cosas en las historias de cada uno. Tanto la mía, en particular, como la de Peñarol, de allí en adelante.
-¿Y te siguen pidiendo que vuelvas al club?
-Sí, siempre. Me preguntan cuándo voy a volver. “Dale, Néstor”, me dicen. Uno nunca sabe. Yo he pensado mucho, por lo que significa para mí la gente de Peñarol. Por ahí la historia queda así, con un final feliz o quizás haya otro capítulo. Siempre tengo la duda sobre eso.