Si es cierto aquello de que la primera impresión es la que cuenta, el espectáculo ofrecido en los entrenamientos del Enduro Pale se llevó este sábado todos los aplausos. Y la promesa de lo mejor para este domingo tomó forma de compromiso, con las expectativas bien arriba.

Desde lo estrictamente numérico, entre las motos, el ganador del último Enduro Pale, en Necochea, Rodrigo Landa, resultó el más veloz en las dos tandas. En la primera, con 3m18s434/1000; y en la segunda, con la arena más complicada por la acumulación de tránsito sobre la pista, cronometró 3m20s399/1000. En ambos casos, su más inmediato perseguidor fue Cristian Vaquero, a 6s414/1000 en la primera tanda, y a 11s911/1000, bajo peores condiciones, situación que postula a Landa como el gran candidato para el domingo.

Entre los quads (cuatriciclos), también se quedó con los tiempos más rápidos en cada una de las tandas el mismo piloto: Nahuel Coleur. Estableció 3m10s595/1000 para la tanda con la pista en mejor estado, y 3m18s623/1000 en la tanda más difícil. De todas maneras, sus perseguidores estuvieron cerca.

Sebastián Molina (a 402/1000) y Vital Cazenave (a 1s998/1000) lo escoltaron en la primera tanda. El propio Molina (a 431/1000) y el marplatense José “Josecito” Guerra cumplió una gran actuación, ubicándose tercero (había sido noveno en la primera), a 1s259/1000, fueron quienes más lo acecharon en el segundo tramo, donde los locales Lucas Bartucci (3m22s332/1000) y Julieta Martínez (3m35s480/1000) se ubicaron sexto y novena, respectivamente.

Entre las dos divisionales giraron 225 pilotos, y se espera alguna inscripción más de último momento para la mañana de este domingo.

Según se escuchó por la zona de pilotos, el circuito es muy técnico, con varios tramos en “serrucho”, unos cuantos saltos que obligan a disminuir la velocidad y cuyo tránsito sobre los mismos se complican a medida que transcurren las vueltas. Y es lógico, la arena no está asentada y probablemente la superficie se ablande aún más, tornando más difíciles las condiciones para la hora de la competencia.

Claro que fuera de los límites de la pista, también pasan cosas. Impacta la cantidad de personal abocada a la organización: seguridad en el circuito y en los accesos, asistencia, prensa, banderilleros, y muchas áreas más. Hasta una lancha del Prefectura Naval Argentina custodiando desde el agua, como para no dejar nada librado al azar.

Y entonces, más allá de la arena, es inevitable levantar la cabeza y mirar alrededor. Lo primero que asombra, es la cantidad de público. No porque no se esperaba semejante impacto. Pero una cosa es imaginarlo y otra cosa es poder verlo. Vista desde arriba, la multitud se asemeja a un hormiguero humano. Muchos recostados/asomados sobre las vallas, bien cerca del paredón que baja hacia la playa, atentos para ver el paso de los competidores sobre la arena. Y otros tantos, disfrutando del espectáculo integral, como bandas en vivo y la posibilidad de tomar o comer algo en la casi veintena de food trucks instalados sobre el Acceso Norte.

Y lo otro que llama la atención, más allá del nivel conductivo de los pilotos, es el ruido. Tampoco es inesperado, pero por momentos, es atronador. Como en cualquier competencia de deporte motor. Solo que aquí es sobre la playa, en una zona bastante céntrica y a metros del mar. Una combinación fantástica que permite mostrar la ciudad como nunca se había mostrado. Y eso va mucho más lejos que el impacto deportivo.

Las alternativas de todo lo que pase en pista podrán ser visualizadas por la transmisión de streaming vía YouTube, a través de @DalmiKees y Caracol Producciones

Y también con la cobertura especial que durante los dos días de acción ha instrumentado LU6 Radio Atlántica, con María Julia Caro, Alberto Spognardi, Patricia Garciarena y Horacio Jofré.