Desde el año 1985, en pleno auge del paddle (en ese entonces se escribía así), el Club Náutico Mar del Plata contaba con una cancha exclusiva para ese deporte.

Al principio no escapó al furor generalizado por esa actividad con varios puntos de contacto con otro deporte enraizado en la entidad del Puerto marplatense: el tenis.

Sin embargo, con el paso del tiempo, esa explosión fue perdiendo intensidad, y fue cayendo en desuso. Tanto que los recursos que podrían haberse destinado al mantenimiento, se volcaron en otras necesidades.

El espacio pasó a ser subutilizado. O, por mejor decir, a ser un espacio su utilidad, además, ubicado en un sector privilegiado del predio: pegado a la cabina de tenis, a metros del portón de acceso vehicular y frente a la cancha N° 4.

Este sábado, luego de un par de intentos anteriores infructuosos, se concretó la inauguración de las obras de remodelación de la cancha de (ahora) pádel.

Quedó fantástica. Y el Náutico recuperó no solo ese espacio, sino también a un deporte emblemático en la ciudad, que además experimenta un crecimiento considerable a nivel internacional.

Se instaló un piso sintético de alfombra y arena, tal como marca la nueva tendencia, un sistema de iluminación de última generación, se pintaron las paredes y las rejas, se cambiaron y elevaron las redes de protección, se sumaron gradas y ambientación con plantas, entre otras mejoras.

Y, acaso lo más importante, para después del tradicional corte de cintas que inauguró la obra, llegó lo que muchos de los presentes que desafiaron al frío y al viento esperaban: el partido exhibición entre leyendas.

De un lado, Adriana Costagliola (cinco veces campeona mundial) y Leonardo Cattáneo (en su momento, número uno de Argentina e integrante del seleccionado nacional). Del otro, Virginia “China” Mazzuchi (campeona del mundo por parejas y por equipos, en 1992) y Jorge “Bubu” Casalet (ex integrante del seleccionado de Chile), además autor del proyecto de remodelación.

El resultado, anecdótico por cierto, favoreció a Costagliola-Cattáneo, por 12-6. En princpio, habían acordado jugar un set a llegar a 9 games, tal como se acostumbraba en los inicios de este deporte, pero luego le entusiasmo de la gente y de los propios protagonistas, extendió la contienda. El gran desafío fue volver a jugar al aire libre y controlar la incidencia del viento. Pero la magia de los cuatro está intacta. Acaso con menos velocidad y movilidad que antes, pero con suficientes recursos como para entretener y sorprender a todos.