Por Marcelo Solari

Esta nueva etapa del básquetbol de Quilmes pretende identificarse con cualidades emparentadas con el orden y la prudencia. Por eso el flamante entrenador de Liga Argentina, Luis Fernández, no ofrece precisiones sobre nombres y apellidos, aunque en forma recurrente, términos como estructura y solidez aparecen en esta entrevista con LA CAPITAL:

-¿Cuáles son tus sensaciones al ser confirmado como el nuevo entrenador del básquet profesional?

-Tengo muy lindas sensaciones. Estoy muy tranquilo en lo profesional, en mi vida y en mi club. Desde ese punto de vista, me halaga profundamente que me haya venido a buscar esta dirigencia nueva. Es cierto que hay integrantes que han estado muchos años en el club, pero también están los nuevos que se han incorporado. Me presentaron su idea, me preguntaron cuál era la mía, y concordamos. Era bastante parecido lo que pretendíamos unos y otros para el básquetbol profesional de Quilmes. Y también para el básquet formativo, porque va a ser una integración. Voy a participar en ambas. Estoy muy contento.

-¿Cuál es esa idea compartida?

-Primero, la idea es dotar al club de una estructura acorde a una competencia profesional. Si tenemos básquet profesional, tenemos que entrenar en el lugar que corresponde, con la ropa que corresponde, viajar como corresponde, comer como corresponde. Sin ninguna pretensión especial, pero sabiendo que hay cosas que no pueden faltar. Una estructura normal, como el banderín o el escudo de Quilmes se merecen. Los dirigentes también están convencidos y están trabajando para ello. En principio, para cerrar la temporada pasada, y luego para delinear el presupuesto para la próxima. A partir de ahí, veremos qué podemos armar. La intención es conformar algo sólido que permita que pueda llegar a caer un proyecto, pero no la estructura.

-Es un lindo desafío en tu club, que siempre ha intentado ser protagonista. ¿Tal como está la situación, es posible armar un equipo para pelear por cosas importantes?

-Gracias a Dios, esto es deporte. Me ha tocado estar rodeado de figuras y perder. Y tal vez no se necesite estar lleno de figuras, sino armar esa estructura sólida para que los jugadores estén pensando nada más que en entrenar, viajar, jugar, nutrirse y descansar bien. Con eso, un buen grupo, de buena gente y con buen trabajo del cuerpo técnico, por ahí te sorprendés y te encontrás en un lugar que al principio ni lo imaginabas. Obviamente que es más seguro contratar a ocho jugadores de jerarquía para la categoría, porque te da una cierta garantía. Está claro que eso no lo podemos hacer. Entonces, seamos muy buenos en conformar toda la estructura para potenciar el rendimiento. Y después veremos. Nadie sabe qué va a pasar antes de empezar a jugar los partidos.

-Como coordinador del básquet formativo seguramente tendrás unos cuantos nombres para poder sumar al plantel profesional…

-Parte de la idea es esa. El club, por una decisión estratégica, no circunstancial, ha tomado la postura de que aquellos chicos que tengan la posibilidad física y técnica, van a participar en el plantel profesional. En la última temporada Manu (Gelpi) se encontró con tres jugadores con Covid, se le rompieron otros tres y puso a los juveniles. Fue valiente. Yo me saco el sombrero por lo que hizo.

-¿Se puede pensar en aquel modelo de reclutamiento que tan buenos resultados dio en su momento?

-Sí, está en carpeta. Tal vez con un formato un poco diferente. Pero tiene que estar el respaldo de la estructura. El reclutamiento a pulmón no puede ser. Hagamos estructura. Si un chico tiene que ir a un médico, tiene que poder recurrir a un médico del club, no a un amigo. Eso va a llegar. La dirigencia está muy bien predispuesta para hacerlo. Apuntamos a un reclutamiento específico, no masivo. Para buscar lo que nos haga falta y, al mismo tiempo, no tapar a los chicos que ya tenemos y juegan bien.

-¿El cuerpo técnico se va a conformar con gente que ya trabaja en el club?

-Creemos que sí. Pero bajo ningún punto de vista, ni los dirigentes ni yo, queremos desestructurar el básquet formativo, que está muy bien. Eduardo Dominé, el gerente del club, está haciendo un gran trabajo también. Tenemos 100 pelotas, aros por todos lados, una sala para jugadores. Cosas de calidad. Pero si empezamos a sacar entrenadores de abajo para conformar el cuerpo técnico, probablemente el básquet formativo se resienta.

-¿Y entonces?

-Evaluaremos al máximo los movimientos y veremos si es necesario que se sume algún entrenador de afuera del club, de la ciudad o de otro lado, a cumplir una función específica. Queremos articular el básquet formativo con el profesional, no quitarle cimientos.

-De la última temporada, el único jugador con contrato vigente es Alex Negrete. ¿Puede seguir?

-Es una pregunta para los dirigientes. Pero tengo entendido que va a seguir. Tiene contrato, aunque sabemos que si viene algún equipo poderoso, puede poner el dinero y llevárselo. Esto es así.

-¿Ya tenés planificado el comienzo de la pretemporada?

-Probablemente sea a principios de septiembre. Sin embargo, soy de la idea de que a los jugadores del club o los que tienen contrato, tienen que empezar a entrenar a fines julio.

-¿Te interesa repetir a alguno/s de los jugadores de la última temporada?

-Todos son jugadores libres. Veremos cómo se va armando el plantel de acuerdo a las posibilidades del club y en base a eso, evaluaremos si alguno de los que estaba puede estar y si al jugador/es les interesa seguir en Quilmes. Los dirigentes me dieron una libertad absoluta en la elección de jugadores. Pero yo les digo que ellos también tienen que opinar. Por lo económico y por el futuro del club.

¿Extranjero sí o extranjero no?

-No. Mi idea es jugar sin extranjeros. Tendría que aparecer alguno con antecedentes en la Liga Nacional o la Liga Argentina que sepamos cómo es más allá de los partidos. Cómo entrena, cómo se comporta, cómo se adapta a los grupos. Y después, ver si está al alcance del presupuesto del club. Estamos analizando algunos juveniles de otros países, pero lo veo difícil.