Hace poco más de un año, soñaba con convertirse en intendente. Esta tarde, la radical Vilma Baragiola volvió a sufrir otro duro golpe, al perder las elecciones internas de su partido.

Un resultado que, de alguna manera, puede hacer variar distintos escenarios en el movimiento político local. De hecho, el triunfo de la lista encabezada por Mario Rodríguez, evidencia no sólo que el afiliado radical está decidido a apoyar pero no a libro cerrado -en el marco de la alianza de Cambiemos- todas las decisiones adoptadas por el intendente municipal, sino que se consolida un nuevo poder que emana del “arquitecto” de la lista ganadora, el diputado provincial Maximiliano Abad.

Vilma Baragiola deberá decidir en las próximas horas qué decisiones adoptar para no terminar de dilapidar el capital político que supo construir a lo largo de estos años, y que, a la luz de los resultados en las urnas, se le va escurriendo como agua entre los dedos.

Tras el “cimbronazo” del video de Camioneros, en la previa de las primarias, sufrió la derrota ante Carlos Arroyo, para luego decidir sumarse al equipo del intendente en la Secretaría de Desarrollo Social.

Desde allí pensó que podría construir poder con su tarea barrial, pero en los últimos meses lo único que encuentra son dificultades y protestas. Vecinalistas, entidades sociales, cooperativistas, son figuritas repetidas en los cortes y reclamos frente a la comuna, y las respuestas no llegan o si lo hacen, sólo aparecen en dosis terapéuticas.

El radicalismo, en los últimos comicios, por primera vez desde 1983 no tuvo candidato a intendente en General Pueyrredon. Eso es algo que muchos “boinas blancas” no terminan de digerir, como aquellos carteles que se multiplicaban en las calles marplatenses, antes de los comicios, con el escudo de la UCR y la palabra Arroyo, lo cual hoy, a menos de un año de gestión, adquiere aún más rechazo en algunos sectores del radicalismo.

Tras defender a rajatabla la gestión municipal, Mario Rodríguez, fue diferenciándose con el correr de los meses, siendo una voz crítica ante determinadas situaciones.

Para esta interna recibió el apoyo de Abad, pero también el de alguien que de internas conoce bastante: el ex intendente municipal Daniel Katz. El ex jefe comunal sonreía con ganas ayer a la hora de abrirse las urnas y constatar la contundente derrota de Vilma.

Repercusiones en la comuna

En política, los errores se pagan, y aunque parezca muy lejano en el tiempo, ya hay muchos que se anotan para la carrera electoral del año próximo.

Vilma decidirá si seguirá convirtiéndose en una de las espadas defensoras del intendente -quien para colmo, hace algunas horas se autodefinió como un auténtico peronista, reflexionando que el PJ debería llegar a la intendencia local- o volver al Concejo, donde tras el portazo de José Reinaldo Cano y el inminente alejamiento del castigado Eduardo Abud, el oficialismo se queda sin mayoría.

En tanto, Mario Rodríguez, en su carácter de nuevo presidente del Comité local, se verá obligado a “surfear” entre su pertenencia a Cambiemos y la necesidad de marcar las disidencias para mantener la autonomía del centenario partido.

Los resultados de estas internas en el ámbito políticos son leídos como la derrota de Baragiola, pero también de Cristina Coria y de Nicolás Maiorano, ediles del oficialismo más ligados al “arroyismo” que los vencedores.

El pase de “facturas” fue una de las grandes características de los comicios radicales de ayer donde se consolidó un nuevo poder con el voto de los afiliados que también prendieron una luz amarilla en la relación UCR- gobierno municipal.

Arranca entonces una semana en la cual habrá “reacomodamientos”, no sólo en el partido que puso en el sillón principal de la comuna a tres intendentes -Angel Roig, Elio Aprile y Daniel Katz- sino también en distintos ámbitos de la comuna.