Un nuevo patrullero oceánico arribó a la Base Naval de la ciudad
La división "Patrullado Marítimo", con asiento en la Base Naval, quedó completa con el arribo de la nueva embarcación. Prevención y vigilancia en mar argentino.
Los acordes de las marchas de Malvinas y la Armada Argentina, ejecutadas por la banda musical, marcaron el final de la ceremonia de bienvenida al patrullero oceánico ARA “Contraalmirante Cordero” a la Base Naval local.
La embarcación se incorpora, así, a la división “Patrullado Marítimo” dependiente del Área Naval Atlántica junto a otras tres naves: “Bouchard”, “Piedrabuena” y “Storni”.
Además de las autoridades, encabezadas por el comandante del Área Naval Atlántica, Marcelo Luis Fernández, y el comandante de la división Patrullado Marítimo, Mariano García Bonini, estuvieron gran parte de los familiares de los 40 integrantes de la tripulación.
Luego de la bendición a cargo del capellán Luis Bertú, y de entonar las estrofas del Himno Nacional, el comandante Fernández agradeció a las familias de los tripulantes, saludó a los periodistas “que hoy celebran su día” y le dio la bienvenida al nuevo patrullero oceánico que se incorporará “a su apostadero, desde donde se desplegarán para las futuras operaciones”.
“El buque y su personal están listos -añadió- para llevar adelante las tareas que nos encomienden. Así que bienvenidos y los comprometo a llevar adelante esta misión de vigilancia y control del mar de la manera que debemos hacerlo: con nuestra presencia en dichas aguas”.
Cuidados
El patrullero oceánico ARA “Contraalmirante Cordero” -cuyo capitán es Nicolás Leonardo Salinas- arribó el pasado 2 de junio al apostadero naval Buenos Aires, tras 22 días de navegación por el océano Atlántico, después de zarpar de Concarneau (Francia), donde se construyó.
La nave fue botada en septiembre del año pasado en esa ciudad francesa y a fines de febrero se concretaron las primeras pruebas de mar. Asimismo, durante el traslado del patrullero oceánico “Contraalmirante Cordero” continuó la instrucción y el adiestramiento de la tripulación, para “consolidar el conocimiento y empleo de la unidad, incrementando paulatinamente las exigencias y complejidades de las ejercitaciones, a los efectos de alcanzar un nivel de adiestramiento que permita reducir los tiempos para finalizar el alistamiento definitivo”.
Finalmente, el comandante Fernández explicó que “la incorporación de esta nueva unidad de superficie permitirá continuar con las actividades de vigilancia, control del mar y la defensa de los recursos y espacios marítimos de jurisdicción nacional”.
Muchos de los 40 tripulantes fueron recibidos por su familia, tal el caso de Jorge Tejerina, que fue recibido por su pareja María José y su madre Lidia. “Estoy muy contento de volver a verlas”, aseguró el marino.
El buque fue bautizado con ese nombre en honor al contraalmirante Bartolomé Leónidas Cordero, que prestó servicio en las fuerzas navales durante más de 50 años, hasta que falleció en 1892.