Una semana después del crimen de Orlando José Botegui (56), ocurrido en una casa de la avenida Carlos Gardel al 400, la Fiscalía Nº 4 aguarda por el resultado de diversos peritajes ordenados para resolver la situación procesal del imputado, Andrés Jesús Agustino (32).

Si bien en un comienzo se dudó de la versión del acusado, quien declaró que actuó en defensa propia al ser víctima de un asalto, con el paso de los días esa posibilidad parece haber cobrado fuerza. Y precisamente por eso es que en las próximas horas podrían existir novedades de relevancia para el desarrollo de la causa judicial.

Según pudo saber LA CAPITAL tras consultar fuentes del caso, tanto Agustino como Botegui tenían antecedentes penales. Entonces, eso hizo que en un comienzo se dudara de la hipótesis de la legítima defensa en el marco de un robo. Sin embargo, hay algunos aspectos de la declaración que suministró el imputado que llamaron la atención de los investigadores.

Conforme trascendió, Agustino mencionó ante los miembros de la fiscalía que encabeza Andrea Gómez -de licencia- que momentos antes de verse sorprendido en el interior del inmueble que alquilaba en el sector trasero de Gardel 443, sufrió un corte de electricidad que lo dejó sin luz. Ese dato motivó que los pesquisas solicitaran declaraciones testimoniales de otros habitantes de la zona, como el mismo locador de Agustino, un hombre que vive en la casa del sector delantero del mismo terreno.

Esa misma casa fue incendiada el pasado lunes por cuatro personas que circulaban en un automóvil. Esa situación fue extraña: no se logró establecer aún si se trató de una equivocación de quienes quisieron tomar venganza por el crimen de Botegui, o de una venganza directa contra ese mismo propietario del terreno, que además fue quien dio aviso a la policía de que se producían en el lugar ruidos extraños.

Para orientar la investigación en alguna línea definitiva de las varias que trabajan los investigadores es que se aguarda entonces el resultado de diversos peritajes, como se explicó antes, y el análisis de las versiones que suministren o hayan suministrado ya los testigos citados en la causa.

De comprobarse que se trató de un homicidio en el marco de una legítima defensa por robo, Agustino podría ser excarcelado en los próximos días.

El caso

El crimen de Botegui se produjo aproximadamente entre las 2 y las 3 de la mañana del domingo 29 de mayo en Carlos Gardel 443, a cuatro cuadras de la comisaría decimoprimera.

El denunciante -que se desempeña como agente de seguridad en comercios privados y vive con su pareja en la casa del sector delantero del terreno- explicó que momentos antes había escuchado ruidos en el inmueble trasero en el que vive su inquilino, Agustino.

De inmediato, los uniformados concurrieron al lugar e ingresaron en la vivienda, donde hallaron signos de desorden y descubrieron el cadáver de un hombre, con tres heridas de arma blanca. Poco después, se presentó ante los investigadores Agustino y declaró que el fallecido había intentado robarle, produciéndose entre ambos una pelea en la que se defendió del asalto. Además, especificó el sitio en el que se había descartado del arma blanca utilizada, que más tarde quedó secuestrada.

A pesar de la versión exculpatoria, el fiscal Facundo De La Canale ordenó la detención del autor del hecho y su traslado a la Alcaidía Penitenciaria Nº 44 de Batán. Al día siguiente, Agustino declaró oficialmente -como lo había hecho de manera informal ante la policía- que había atacado a Botegui para defenderse de un robo. Esa mismo lunes por la tarde, desconocidos incendiaron la casa del denunciante del hecho, quien debió mudarse a otro domicilio.