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Tecnología 24 de abril de 2022

El gran colisionador del CERN vuelve a empujar la ciencia hasta sus límites

Es uno de los desarrollos científicos más importantes de la historia humana y desde que empezó a funcionar ha sido objeto de teorías conspirativas.

El Gran Colisionador de Hadrones ha vuelto a a arrancar después de tres años de estar apagado por trabajos de mantenimiento, consolidación y modernización. Foto: EFE | Samuel Joseph Hertzog | CERN.

Por Isabel Saco

El gran colisionador de hadrones del Centro Europeo de Física de Partículas (CERN) es uno de los desarrollos científicos más importantes de la historia humana y desde que empezó a funcionar, en 2008, ha sido objeto de teorías conspirativas, como que es causante de los desarreglos del clima, que puede crear agujeros negros capaz de englutir el universo o que puede funcionar como una máquina del tiempo.

Hoy, este acelerador de partículas subatómicas (conocido como LHC), ha vuelto a operar tras tres años de trabajos que han aumentado sus capacidades hasta el límite de lo que permiten cada una de las tecnologías que integra, señala en una entrevista con EFE el español José Miguel Jimenez, jefe del Departamento de Tecnologías del CERN.

Jimenez, quien ha sido uno de los responsables de los trabajos en el LHC, explica las características más alucinantes del acelerador, los resultados que se espera obtener y cómo permitirá entender mejor la materia oscura, desbarata fabulaciones y pone distancia entre las tecnologías que desarrolla el CERN y sus eventuales usos para la guerra, que nada tienen que ver con los principios pacifistas de esta institución.

– ¿Qué mejoras específicas se le han realizado al acelerador en estos tres últimos años de trabajos y con qué objetivos?

– Los últimos tres años de parada del acelerador tenían dos objetivos. El primero era cambiar y mejorar toda la cadena de inyectores, incrementando la energía y el brillo de los haces dentro de la cadena de inyección para que los haces que lleguen al acelerador tengan más luminosidad, más intensidad. La segunda etapa ha sido la mejora de los circuitos de los imanes y la calidad de todos los sistemas de protección para poder incrementar la energía en las colisiones.

– ¿Por qué es importante tener más luminosidad y energía más potente para las colisiones?

– La luminosidad corresponde a la cantidad de datos. Cuantos más datos, más estadísticas. La energía permite abrir una ventana de oportunidades para descubrimientos, así que las dos cosas son complementarias. Se puede tener una, se puede tener la otra, pero si se tienen las dos, todavía mejor.

– Ahora que el LCH ha empezado a funcionar ¿Qué pasará?

– Tendremos los haces circulando en el LHC, primero a una energía de inyección para calibrar todos los sistemas de protección porque estamos hablando de 27 kilómetros, 1.232 dipolos y 392 cuadrupolos, una energía acumulada que es gigantesca y antes de subir la intensidad en los imanes hay que comprobar todos los parámetros de seguridad de la máquina para evitar cualquier incidente.

– Si todo transcurre como está previsto ¿Cuándo se alcanzará la energía máxima?

– Tenemos que trabajar a la vez en el acelerador y en los detectores. Ahora empezamos a operar todos los sistemas de los aceleradores y los detectores se están poniendo en una configuración experimental. Esperamos que a principios de julio todo el sistema de aceleradores y detectores esté en una configuración de adquisición de datos.

– ¿Cuáles son las características más impresionantes del acelerador?

– Todos los valores que tenemos son prácticamente únicos en el mundo. La energía de los protones que estamos comunicando es la más elevada que nunca se ha conseguido en un acelerador, la temperatura en los sistema de imanes es de menos 269 grados Celsius en casi 24 kilómetros, 150 toneladas de helio líquido, todas cifras muy impresionantes. La energía acumulada por el haz permitiría derretir instantáneamente 700 kilos de cobre. Estos parámetros están al límite de lo que permite cada tecnología, los imanes, la superconductividad, la criogenia y el vacío.

– La ciencia avanza muy rápido ¿Lo que están haciendo ahora se podía prever hace diez años?

– Sí se podía prever y, de hecho, ahora ya estamos con los prototipos de la alta luminosidad que instalaremos en 2026. Hacen falta diez años para cubrir un ciclo completo y otros diez años para llegar a un punto de industrialización en serie, así como para controlar los riesgos financieros y tecnológicos.

– ¿En qué medida los conocimientos que aporte el LHC permitirán entender la materia oscura?

– El Módelo Estándar (de la física de partículas) que quedó demostrado con el descubrimiento del Boson de Higgs (la partícula que da masa a todas las demás) explica el 4,5 a 5 % de la masa del universo en el que vivimos. Parece increíble que no sepamos de qué está compuesto el 95 % de nuestro universo. Tenemos que entender en qué mundo estamos evolucionando. La materia oscura, que representaría el 20 o 25 % de nuestro universo, hay que entenderla de alguna forma. Durante esta parada hemos instalado dos detectores que permitirán estudiar de forma indirecta la materia oscura.

– Se estima que el LHC funcionará en este nuevo ciclo hasta 2025 ¿Qué seguirá luego?

– La idea es seguir optimizando los costes operacionales del acelerador, que debe funcionar hasta el 2040 para agotar todas sus capacidades de descubrimiento e incrementar las colisiones para amortizar la inversión. El LHC tiene sus límites y por eso estamos trabajando en una nueva mejora que se llama “Alta luminosidad en el LHC” que permitirá tener 100 veces más colisiones que las de hoy en día.

– ¿Cuál es el aumento de colisiones en el LHC en esta ronda con respecto a la anterior?’

– En la ronda anterior teníamos 600 millones de colisiones por segundo y ahora esperamos tener casi diez veces más incrementando la intensidad y brillo de los haces. De cara a la próxima mejora tendríamos otro factor entre cinco y diez. Uno de los problemas que tendrán los compañeros de la física será decidir qué datos se almacenan y cuáles no porque sería completamente imposible almacenar toda la cantidad de datos generados. Este es uno de los desafíos futuros.

– Siempre hay teorías complotistas en torno al CERN ¿Qué les dice a los que creen en ellas?

– Son fabulaciones. Desde el punto de vista de las infraestructuras tenemos mecanismos de autoprotección que permiten parar todos los sistemas en pocos milisengundos en cada configuración de fallo. A nivel de probabilidad de generar un agujero negro, varios premios Nobel lo estudiaron y confirmaron que en el Universo se generan pequeños agujeros negros que se desintegran inmediatamente y de la misma forma nosotros podríamos generar un pequeño agujero negro, pero desaparecería casi de forma instantánea como pasa todos los días fuera de nuestra atmósfera.

– ¿Puede haber alguna relación indirecta entre la tecnología que se desarrolla en el CERN y la tecnología militar que ahora está haciendo estragos en la guerra en Ucrania, o con armamento nuclear?

– Si hablamos de las tecnologías electrónicas del LHC, puedo decir que la industria del armamento tiene tecnologías mucho más avanzadas porque se dedican a ello. Si hablamos de materiales superconductores, ahora se utilizan para aplicaciones como el almacenamiento de energía o en tratamientos del cáncer. Yo prefiero ver este impacto actual en la sociedad. En el CERN no tenemos tecnología nuclear y lo que llamamos nuclear es porque trabajamos con colisiones de nucleones, pero no trabajamos con ninguna tecnología que tenga que ver ni de lejos ni de cerca con lo que es una central nuclear, con uranio o materiales de este tipo.

EFE.