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Deportes 22 de abril de 2022

“Estar en estas Sordolimpíadas es para mí un sueño hecho realidad”

Próximo a cumplir 34 años, este marplatense por adopción se prepara para asistir en unos días al gran acontecimiento deportivo de su carrera tenística. “Quiero disfrutar y aprovechar cada momento de este viaje”, le aseguró a LA CAPITAL.

Nicolás Lahitte juega al tenis desde los ocho años. Es la raqueta uno del país y en unos días estará en los Sordolimpíadas.

Nicolás Lahitte nació en Buenos Aires el 28 de junio de 1988, se radicó con su familia en Mar del Plata seis años después, empezó a practicar deportes a los ocho, creció, se casó, tiene dos hijos y hoy trabaja en el Banco Provincia. Jugar al tenis es su pasión y confiesa que para él es como “una especie de medicina”.

Planteada de esta manera, su historia no tiene nada de extraordinario. Sin embargo, Lahitte es un claro ejemplo de superación. Sordo desde muy pequeño, llegó a ser la mejor raqueta del país y en unos días viajará a Caixas do Sul, el centro turístico de montaña más importante de Brasil, a disputar sus primeras Sordolimpíadas.

Pude ir a varios torneos internacionales. De todos, este va a ser el más importante de mi carrera tenística. Para poder llegar tenés que tener un determinado ránking. Es un torneo que reúne en un mismo lugar a los mejores deportistas sordos. Estar en estas Sordolimpíadas es para mí un sueño hecho realidad”, explicó Lahitte.

 

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Las Sordolímpiadas, un mega acontecimiento deportivo que pasa inadvertido, se disputan desde 1924 y estas de Caixas do Sul, en realidad, debieron celebrarse el año anterior y fueron pospuestas por la pandemia de Covid-19.

Lahitte viene entrenando desde enero para llegar en forma a esta cita. “Estoy bastante bien, además en los últimos meses jugué una final y una semifinal. Todo alimenta la confianza”, manifestó.

Viajar a competir, como muchos suponen, no es nada fácil para un deportista amateur. “Tengo mucho para agradecer. La Secretaría de Deportes de la Nación aporta el viaje y el alojamiento para estos Juegos. Los gastos de entrenamiento, indumentaria, las pelotitas y el alquiler de las canchas, en parte, fueron solventados por el Banco Provincia, mi sponsor, que últimamente me acompañó cada vez que tuve que viajar al exterior, y de mi propio bolsillo. Y mi familia, sobre todo mi esposa, me ayudaron cuidando a mis hijos para poder fabricarme el tiempo para entrenar”, reveló.

Cuesta tanto salir a competir que este tenista radicado en Mar del Plata se plantea para Brasil objetivos que van más allá de lo deportivo. “Simplemente quiero disfrutarlo y aprovechar cada momento desde el día de la inscripción hasta el del regreso. Todo es parte del viaje y obviamente quiero dar lo mejor de mí en todos los partidos que me toque jugar”, aseguró.

La delegación argentina, integrada por alrededor de 130 atletas, se reunirá en el CENARD el próximo jueves y viajará a Brasil un día después. El 1 de mayo, día de la inauguración de los Juegos, se sortea el cuadro. Allí Lahitte y los otros cuatro tenistas de este país conocerán cuándo entrarán en acción y a sus rivales.

Lahitte convive con su sordera desde la más temprada edad. “No tengo recuerdo de haber escuchado alguna vez. Mi familia se dio cuenta que no escuchaba cuando yo tenía alrededor de tres años y desde entonces empecé a usar los audífonos. Recién se estaban desarrollando los primeros aparatos”, recordó.

El tenis, de todos modos, se transformó en un fiel compañero desde que tenía ocho años. “Mi papá jugaba, cada vez que miraba sus fotos con la raqueta me daban más ganas de jugar. Al mismo tiempo que al tenis, empecé a probar con el básquet y el fútbol. Pero me terminé quedando con el tenis por dos motivos: por el deseo de emular a mi papá y porque a mi me servían las características de un deporte individual para ser más independiente y responsable en mi propia vida”, explicó.

“No me resultó difícil dominar los detalles del tenis. Tal vez lo más costoso, como le pasa a muchos jugadores, sea dominar la parte psicológica, los nervios y la presión en el momento de competir, Pero se mejora con años de experiencias. Y en las competencias exclusivas para sordos no se permite utilizar audífono o implante coclear. Al principio me costó mucho porque perdía el equilibrio y, al no escuchar, no tenía noción de si impactaba bien o no los golpes. Pero pude adaptarme a eso también”, amplió Lahitte.

 

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“El tenis es un hobbie para mí. Todavía me amargo cuando no puedo jugar un fin de semana. Es como una medicina. Me ayuda a despejar la cabeza y a desenchufar de la realidad”, remató.

No solo de tenis, sin embargo, vive el hombre. Lahitte entrena y además trabaja en el Banco Provincia. “El banco es como parte de mi familia. Iba al club a jugar desde que tenía ocho años, en verano a la colonia de vacaciones y a la mayoría de mis compañeros de laburo los conozco desde la infancia gracias al club. A mí me ayudó enormemente a socializar”, definió.

Tenista, bancario y, como si fuera poco, un padre dedicado a Santi (2) y Tomi (4). “Generalmente me levanto a las seis de la mañana a tomar un buen desayuno y a ducharme. Cuando se despierta mi esposa levantamos a los chicos, les damos la leche, los llevamos al jardìn y de ahí al trabajo. A la tarde, los días que mi mujer trabaja en la Facultad, me ocupo de los chicos, de bañarlos, darles de comer y dormirlos con un par de cuentos”, finalizó.

Planteada de esta manera, la vida de un hombre común y corriente. Pero que se prepara para disfrutar del acontecimiento deportivo más importante de su carrera, de una reunión deportiva reservada para aquellos que alcanzan la excelencia.