Metamorfosis de la “avenida del ruido” que se resiste a perder sus orígenes
Constitución no se resigna a dejar de ser considerada como "la avenida del ruido" aunque cambiaron los horarios de actividad y se reconvirtió de la mano de nuevos emprendimientos gastronómicos, ya sean de la índole de las cafeterías, comida gourmet y cervezas artesanales. Además, conviven varios salones para fiestas y algunos boliches.
La avenida Constitución, desde la costa hasta la rotonda de la ruta 2, contiene a locales comerciales de todos los rubros pero sin dejar de focalizarse en lo gastronómico y de entretenimiento.
Así, a lo largo de sus casi 4 kilómetros, la arteria que décadas atrás fue bautizada como “la avenida del ruido” por ser espacio de la mayoría de los boliches bailables que funcionaban en la ciudad, ahora es un importante polo gastronómico. Y pronto contará con un centro comercial que ocupará toda una manzana (ver recuadro).
Si bien existen supermercados, consultorios médicos, farmacias, iglesias evangélicas, casas de alfajores, gimnasios e instalaciones deportivas como canchas de papi fútbol, pádel y tenis, sigue albergando a boliches históricos de la noche marplatense como Sobremonte y, más acá en el tiempo, a Chocolate y Gap.
Sin embargo, desde hace unos años, la gastronomía fue ganando espacio de la mano de las cafeterías, pizzerías, parrillas y, últimamente, locales especializados en comidas gourmet que ofrecen la modalidad de “take away” (para llevar).
A las sucursales de conocidas cafeterías que se fueron instalando, se le sumaron nuevos emprendimientos que además de contar con la opción de comer en el lugar, brindan la posibilidad de comprar las especialidades de la casa o incluso el plato del día para llevarlo y comerlo donde elija el comensal.
Esa modalidad fue ganando adeptos, sobre todo en los últimos meses, debido a que permite cierto ahorro en materia de costos para el consumidor.
Incluso, existen “complejos” que ofrecen “hamburguesas caseras, con sus acompañamientos, y en local de al lado tenemos los helados y la cafetería”, explicaron desde Lucciano, que se erige al 5600 de Constitución desde hace más de 2 años. “Trabajamos muy bien”, contaron en el espacio gastronómico, que abre todos los días desde las 11 hasta las 2 de la madrugada.
Justo enfrente está ubicada una sucursal de la cervecería artesanal Baum, cuyo local está terminado y completamente instalado pero que todavía no pudo abrir sus puertas al público por falta de habilitación.
A menos de una cuadra de distancia, al 5500 de la mano impar, se instalará una sucursal de la pionera de la cerveza artesanal, Antares, de acuerdo a lo que indica un cartel.
Comer y más
El entretenimiento nocturno fue la marca distintiva de la avenida Constitución, que en la década del ’70 y ’80 ostentó el récord de boliches bailables llegando a sumar más de 40. Hoy el rubro sobrevive con el clásico Sobremonte, el denominado templo del rock Gap y Chocolate.
Asimismo, en la actualidad se multiplican los pubs, bares y los salones para fiestas que contemplan un menú que va desde fiestas de 15 a bautismos, pasando por casamientos, celebraciones privadas y eventos empresariales.
Estos salones comparten opcionales para los festejos, como parque escenográfico, área para fumadores, estacionamiento, cámaras de seguridad y seguridad privada, lounge bar, guardarropa, espacio para los más chicos, acceso para discapacitados, urgencias médicas, además del tradicional servicio de recepción (léase musicalización, iluminación, comida) que se arma de acuerdo a las necesidades y gustos de cada cliente.
Los motivos de celebración son tan variados como festejantes, pero algunos de estos salones -como Posh o Baccardi- además de los servicios básicos añade el tema del vestuario y arreglo personal.
De todo
Estas locaciones también se utilizan para eventos empresariales, aniversarios de casados, bodas y bautismos, entre otros.
Además, algunos también cuentan con restaurante habitual a la carta o con menú especialmente preparado para el día, como Balboa o Estancia Quelucó que, a principios de los ’80, se caracterizó por albergar a varios de los elencos de artistas que trabajaban durante la temporada veraniega en el teatro.
Las pizzerías y casas de pastas también defienden su nicho al igual que las fábricas de alfajores reconvertidas en cafeterías. Las pastelerías ganaron espacio sumando locales de distintas firmas, muchas de las cuales incluso sumaron espacio para disfrutar de bebidas -frías o calientes- en el mismo lugar.
Así, la avenida Constitución no se quiere quedar sin ruido, aunque haya cambiado el horario del mismo.