Por Marina Sánchez Herrero*

La ley de Economía del Conocimiento que tuvo media sanción en la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia es una oportunidad para Mar del Plata. Tenemos que verlo así, porque con esa mirada lograremos profundizar un camino hacia un futuro distinto.

¿Por qué es una oportunidad? Porque no empezamos de cero. Le ley, que no es solamente la adhesión a la normativa nacional, sino que incorpora novedosos agregados que propician el fomento a empresas y emprendimientos cuyo eje central es la creación y aplicación del conocimiento, impacta de lleno en la consolidación de una iniciativa que Mar del Plata ya tiene avanzada: la creación del Distrito Tecnológico y de la Innovación.

Esa iniciativa, aprobada por el Concejo Deliberante el año pasado, fue un avance fundamental para potenciar a las actuales empresas tecnológicas y también para promover la radicación de nuevas inversiones. Ahora tenemos una herramienta más: el proyecto en Provincia, que ya tiene media sanción, favorece especialmente a este tipo de desarrollos, porque se incorporó a los parques o distritos tecnológicos que no figuraban en la Ley nacional, con pisos mínimos de exenciones de IIBB y otros beneficios. Allí radica nuestra oportunidad.

La ciudad, y también la zona, tiene todas las condiciones para explotar la economía del conocimiento: tiene un sector privado muy avanzado en la cuestión, tiene la fuerza del emprendedorismo, entendido como capacidad para innovar en la diversificación de factores productivos. Tiene un Estado municipal que abrazó la cuestión, y tiene legisladores provinciales comprometidos con darle a ese movimiento un marco normativo.

Tenemos mucho camino recorrido. La posibilidad de transformar nuestro esquema productivo, y complementar el perfil industrial, turístico, gastronómico, textil y pesquero encastra a la perfección con la letra del proyecto aprobado en Diputados.

Una vez convertido en ley, será tiempo de trabajar localmente. La convocatoria amplia y abierta al diálogo con todos los actores involucrados, entre los que se cuentan las empresas, los emprendedores, las asociaciones y cámaras que reúnen al sector TIC, las universidades, y el gobierno en todos sus niveles, es la clave para diagramar un proyecto, una serie de acuerdos que sustenten una política de Estado, que nos trascienda, pero que, a su vez, nos permita construir un nuevo horizonte económico y social en Mar del Plata.

Está más cerca que antes. Vamos a trabajar con decisión para que se acerque todavía más, porque la economía del conocimiento ya es la segunda actividad en exportaciones de nuestro país: ya no es futuro, es presente, y hoy nos brinda una nueva oportunidad.

*Presidenta del Concejo Deliberante de General Pueyrredon