por Víctor Molinero

Hay futbolistas -no muchos- que trascienden clubes. Dejan de pertenecer a una divisa y son adoptados por el mundo del fútbol en general. Santiago Silva es uno de ellos. Su capacidad goleadora y la actitud innegociable en cada partido lo llevaron a ser admirado por propios y extraños. Mucho más aún cuando, cerca de las cuatro décadas, una injusta sanción de dos años por habérsele encontrado alto nivel de testosterona en su cuerpo por un tratamiento que había encarado con su pareja para volver a ser padre, amenazó con sacarlo de la cancha para siempre.

Este delantero uruguayo de 41 años tampoco bajó los brazos ante esa situación. Aún desoyendo consejos de gente cercana se dispuso a dar pelea para volver a jugar.

Entonces apareció Aldosivi y hacia Mar del Plata se vino con sus ganas de demostrar que todavía tenía mucho para darle al fútbol. Entrenó a la par del resto, se ganó un lugar entre los titulares y hasta se reencontró con el gol en el triunfo ante Patronato. Santiago “el Tanque” Silva está de vuelta y en la previa del duelo de este lunes en cancha de Lanús se prestó al diálogo con LA CAPITAL para contar cómo vive este momento.

– ¿Cómo estás viviendo este presente?
– Estoy feliz de estar acá. De ser parte de este proceso de Aldosivi, de ser parte de este cuerpo técnico, este grupo. Lo estoy disfrutando como si fuera un niño. Claramente no soy un niño, lo tomo con mucha responsabilidad y con mucho entusiasmo. Sigo disfrutando con mis 41 años del fútbol. Me preparé para esto. Soy muy autoexigente y no me conformo con nada así que estoy feliz pero es como que no se nota (risas).

– Se te ve entero, corriendo a la par del resto en cada partido ¿te ponés plazos o fecha de retiro?
– No está en mi mente. Lo estoy disfrutando, viviendo y esa es mi esencia. Durante mi carrera la actitud, más allá de los goles que me tocó convertir, siempre fue mi esencia. Hoy soy consciente de que por ahí transmito mucho más que antes. Lo que es el nosotros y no el yo. Y eso me pone contento porque en los lugares en los que estuve antes de mi suspensión el ascenso ha sido muy bueno. En Argentinos Juniors, en Gimnasia, hoy acá. Eso es lo que me gusta transmitir hoy e inculcar. Hoy me pongo a la par de chicos de 17, 18 años. Y lo disfruto. Cuando ya no pueda estar más a la par me daré cuenta y, como soy muy autocrítico, me voy a dar cuenta enseguida. Así que sigo viviendo, transmitiendo y sintiéndome vivo futbolísticamente.

– Hoy te toca compartir ataque con otro centrodelantero como Cauteruccio ¿cómo te sentís dentro de la cancha con él?
– Muy bien. Me ha tocado jugar en diferentes equipos con dos “9”. Hoy hemos logrado un estilo de juego y tanto “Caute” como yo podemos estar dentro del área. Hoy le toca estar a él más cerca del área, le toca estar convirtiendo, y para mí es una alegría. Los goles que hace él es como si los hiciera yo.

– Y el que vos hiciste contra Patronato fue como si lo hubiesen hecho todos por cómo se festejó entre el plantel y en la tribuna. Hay jugadores que trascienden clubes. ¿Vos te sentís uno de ellos?
– Antes de mi suspensión me ha tocado estar en diferentes equipos, varios, y siempre intenté dejar algo. Nunca tuve problemas con ninguno más allá de poder salir peleado o no. Pero dentro de la cancha mi actitud siempre fue la misma. Después de lo que me pasó empecé a sentir que podía ser un ejemplo o que transmitía actitud. Todo lo que tuve que vivir, que lo tengo bien adentro y no me olvido de nada… Fue duro pero me hizo ser mejor persona, mejor jugador, mejor marido, mejor padre. Y de entender muchas cosas de la vida que por ahí antes no las había vivido.

– ¿Cómo es tu relación con la gente? Se ve que se te acercan con distintas camisetas por una foto o una firma…
– Noto, recibo y siento el cariño de la gente. Y me di cuenta que empecé a transmitir algo que no cualquiera lo puede hacer. Lo que transmito es positivo, y fui preparándome para lo que me tocó vivir en cada momento. Poder conseguir un equipo primero, poder jugar, poder convertir… Todo eso lo fui visualizando. Para que cuando me llegara el momento de esas cosas que yo sabía que me iban a tocar no fuera tan fuerte el golpe. Hoy te lo digo tan frío pero la verdad es que me preparé, lo visualicé y… hay un Dios arriba. No sé cómo explicarlo.

– Fuiste cumpliendo esas metas que te planteaste ¿Qué es lo próximo que visualizás para tu carrera en Aldosivi?
Ahora es este momento que vivimos. Lo que está viviendo este Aldosivi que lleva tres victorias consecutivas. El cambiar un poco las mentalidades. Porque creo que el fútbol es 100% mentalidad, 100% confianza. Si vos estás bien de la cabeza, por más que te salgan mal las cosas, vas a salir…

“Durante mi carrera la actitud, más allá de los goles que me tocó convertir, siempre fue mi esencia. Hoy soy consciente de que por ahí transmito mucho más que antes. Lo que es el nosotros y no el yo”.

– ¿No pensar tanto en el promedio sería en el caso de Aldosivi?
– No sé, nunca lo hablé. Te voy a poner un ejemplo: cuando llegué a Argentinos Juniors estaba en zona de promedios y terminamos peleando el campeonato, entramos en Copa Libertadores. Nunca me tocó pelear el promedio y no me va a pasar acá. Son cosas que no se tienen que hablar porque no van a pasar.

– ¿Aldosivi ya te había buscado antes?
– Sí, cuando yo jugaba en Chile y estaba en el Nacional B. Jugaba (Leandro) Somoza acá.

– Para la temporada del ascenso…
– Claro, pero yo estaba jugando en un equipo de primera división en Chile y se me hizo difícil. Pero la posibilidad siempre estuvo latente y hoy estoy feliz acá.

– ¿Y con qué te encontraste acá?
– Ya conocía lo que era la infraestructura del club porque vine a hacer una pretemporada con Argentinos Juniors acá. Maravilloso, hay muchos equipos de primera división que no tienen esto. Veo un crecimiento del fútbol y el club en Aldosivi. Pero siempre hay que seguir mejorando. Y para seguir mejorando hay que seguir creciendo mentalmente. Las cabezas tienen que abrirse.

– Mar del Plata tiene algunas similitudes con tu Montevideo natal ¿Coincidís?
– Sí, muchas. La parte de la rambla. Me encanta la ciudad, me encanta ver el mar.

– ¿La disfrutás en familia?
– No fui mucho a la playa en verano porque había mucha gente pero ayer fuimos y no había nadie. Me encanta estar con el mar, es como que uno se desconecta. Mis hijas, el perro, vamos todos.

“Veo un crecimiento del fútbol y el club en Aldosivi. Pero siempre hay que seguir mejorando. Y para seguir mejorando hay que seguir creciendo mentalmente. Las cabezas tienen que abrirse”.

– Se mueven en patota…
– Para mí la familia es fundamental. Siento que para un deportista la familia es el soporte y es la que está en los momentos buenos y en los malos. Es la que sabe entender. Hoy, con 41 siento que la familia es fundamental. Y más con lo que me tocó vivir.

– Fue clave para darle para delante y seguir, imagino. Porque cualquier otro en tu situación y con tu edad por ahí hubiese bajado los brazos…
– Mi primer sostén fue mi forma de ser, mis ganas, el querer terminar como uno quiere. Después es claro que está la familia atrás. Pero uno como cabeza de familia y, estando acostumbrado siempre a pelear en el primer nivel y saber fracasar. Porque uno va conviviendo con eso y por ahí la familia no lo entiende tanto. Lo sufre. Pero era mi decisión. Tuve amigos y gente muy cercana que me decía “Tanque ya está, hiciste una carrera hermosa. Ya está amigo. Pensalo, fijate, pero ya está”.

“Vos no están entendiendo” le decía. “Yo voy a cerrar el círculo como yo quiero”.
Fueron dos años y podrían haber sido tres y hubiese pasado lo mismo. Yo iba a volver a jugar igual. Porque mi cabeza desde el primer momento estaba trabada en que yo tenía que terminar como yo quería. Y después, más allá de toda esta injusticia que fue por haber ido yo a la justicia ordinaria, porque en ningún caso deportivo pasó esto, lo tomé para fortalecerme, para crecer. Para decir yo puedo. Y se transformó en todo esto que me está pasando: volví, jugué, convertí y sigo jugando.

– Tenés contrato con Aldosivi hasta fin de año. ¿Con tu familia disfrutando la ciudad y vos cómodo en el club proyectás la posibilidad de extenderlo?
– Yo desde hace un tiempo atrás, desde los 34, 35 años, voy dejando fluir la situación. Es claro que si se hace algo muy bueno por ahí está la posibilidad de poder seguir un año más. Lo vamos a ir viendo. A mí me pone contento este momento, hoy soy parte de esta institución y me debo a ella. Quiero seguir enfocado en eso. Llevar a Aldosivi lo más arriba posible. Hoy miro, no mi objetivo, sino el objetivo del grupo. Poder decir “Aldosivi llegó a una Copa internacional, Aldosivi está en octavos de Copa Argentina o está en cuartos de la Copa de la Liga”. Quiero transmitir eso. Y sé que lo vamos a lograr.

“Al mundo Boca lo viví intensamente”

Santiago Silva recorrió el mundo con su fútbol. Jugó en Uruguay, Italia, Alemania, Portugal, Brasil, Chile y en diez clubes en Argentina, entre ellos Boca. Allí fue goleador y campeón, aún en tiempos convulsionados.

– Pasaste por más de 20 clubes en tu carrera. ¿Cuál fue el lugar que más te incomodó? ¿Boca, aún siendo campeón, por ahí tiene todo un contexto difícil no?
No, no. Al mundo Boca lo viví intensamente. Es hermoso. Boca es intensidad pura y no lo sufrí. A mi me encantan las presiones. Me tocó hacer goles importantes. Es hermoso. Está claro que no todo el mundo puede jugar en Boca, pero soy un agradecido de haber jugado con esa camiseta.

– ¿Y hubo algún lugar en el que te hayas sentido incómodo?
– Me tocó estar poco tiempo en Arsenal. Justo con Martín (Palermo) un tiempito. Pero lo despidieron a Martín y después vino Caruso. Por ahí fue incómodo esa parte nomás, en la que yo había salido de Lanús por dos o tres meses.

– ¿Te gusta transmitir todas esas vivencias a los más chicos del plantel? O te buscan ellos para hablar?
– Soy de romper el hielo yo porque por ahí mi presencia intimida. Soy muy dado con los chicos y me encanta. Eso es lo que me gusta: transmitir, acompañar, aconsejar. Después cada uno tomará su decisión. Por eso hablo con muchos chicos y no solo de Aldosivi. Me llaman para pedirme algún consejo. Me gusta dejar algo y que sepan que conmigo pueden hablar siempre.

– Llevás 24 años jugando. Tenés compañeros que, cuando vos arrancaste, no habían nacido…
– Algunos podrían ser mis hijos, si.

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La confianza de Silva contagia. El goleador de ceño fruncido que pelea cada pelota como si fuera la última en la cancha es un tipo sereno y reflexivo fuera de ella.

La nota termina y él se presta amablemente a cada pedido de autógrafo o firma de los hinchas de Aldosivi y Tigre que el sábado presenciaron la jornada de juveniles de AFA en el predio. Disfruta el momento, la revancha que le está dando el fútbol a sus 41 años. Como si fuera un niño.